Ultimate Frisbee: rugby, fútbol y baloncesto, pero sin árbitro
Este fin de semana el recinto de La Magdalena acoge el VI ‘In&Out Seven Savage’, torneo de un deporte bastante peculiar. El Ultimate Frisbee se podría denominar como un deporte de frikis, dado que no es nada común, pero eso no lo hace menos atractivo.
El detalle de que no precise de árbitro y de que cada jugador sea responsable de sus propios actos y sea lo suficientemente limpio como para no infringir el reglamento, ya despierta suficiente interés como para poder acercarse a verlo. Será en la Campa de La Magdalena y en la playa de Los Peligros donde se desarrolle este evento, sábado y domingo de 10 a 19h.
Esa es otra peculiaridad, no tiene una superficie única para practicarlo. Ahí se parece más al tenis, donde también hay modalidad de tierra y de hierba. El hecho de que se juegue con un frisbee, esa especie de platillo volador con el que millones de personas de varias generaciones han jugado en el mundo entero, hace viable jugar tanto en césped como en playa. Los pies están para correr, las manos para demostrar la destreza lanzando el artilugio.
Este fin de semana, Santander acoge por segunda vez este torneo. Acudirán más de 130 jugadores de 14 equipos, varios de ellos de fuera de Cantabria, pero alguno sí es de casa, como el US Fendisc, el equipo de la capital cántabra que lo organiza. Se dividirán en categoría masculina y femenina.
Este deporte recoge conceptos de otros más antiguos. Se trata de anotar ensayos en la zona rival, como el rugby. Sin embargo, cuando se tiene el frisbee en las manos, no se pude correr con él, sólo puede hacerse cuando no se tiene, una especie de ‘juego sin balón’, que resulta clave para lograr desmarcarse y poder recibir un pase en una zona de ventaja o en la de anotación, incluso.
La mayor destreza está en saber hacer volar el frisbee. No se puede recuperar quitándoselo de las manos del rival, sólo si el oponente se equivoca o si te anticipas a un pase suyo. Aunque pueda parecer sencillo, no lo es en absoluto.
Un jugador nunca puede pasarse el platillo a sí mismo, debe buscar siempre a un compañero. De este modo, se logra un deporte donde no es el individualismo lo que prima, sino en que cada equipo tenga bien ensayado el juego aéreo y la manera de ocupar los espacios.
El campo de ultimate es muy grande, tan largo como uno de fútbol, aunque más estrecho. Y es para siete jugadores, por lo que es preciso ser rápido cuando no se tiene la posesión del platillo.. Y si se tiene, la rapidez debe ser mental y el pase debe ser bastante preciso.
Otra peculiaridad es que este deporte prohíbe el contacto físico. Se puede presionar a un rival para desconcentrarle e intentar interceptar el pase que dé, pero sin tocarle. Esta es una manera de facilitar que el juego sea limpio. La gente del ultimate lo llama «Spirit of the game», el espíritu del juego.
En palabras de Daniel Jablonski, jugador del Fendisc, «es una oportunidad única para que los santanderinos se acerquen a disfrutar de un deporte donde el espíritu es limpio y la espectacularidad está garantizada». No sale en televisión, hay que desplazarse para verlo, pero esa es la mejor manera de empaparse de un deporte que no se conoce. El ambiente que se respira siempre aporta más datos y sensaciones.
Desde el club han mandado agradecimientos al Ayuntamiento de Santander, al Instituto Municipal de Deportes y a Demarcación de Costas por la ayuda prestada para que se pueda celebrar el torneo, además de a los numerosos patrocinadores con los que cuenta el evento y sin los cuales sería imposible llevarlo a cabo.
Para descubrir más cosas sobre este deporte, o también para estar informados sobre el desarrollo del torneo, está la página web del Fendisc, y también sus perfiles de Facebook y Twitter.