Los vecinos de Castilla-Hermida están resurgiendo un año después de que se ‘levantaran’ en contra de la poda que se realizó para la modificación del Parque de la Marga.

En aquel momento denunciaron que el Ayuntamiento no les había dejado participar en el proceso de elaboración de lo que sería la planificación del nuevo parque que el consistorio santanderino inauguró poco antes de las elecciones municipales.

Zona de Castilla-Hermida.

Ahora también piden participación y, de hecho, se han puesto manos a la obra para dar su opinión en el proceso de renombrar algunas calles de la ciudad que, con motivo del cumplimiento de la Ley de Memoria Histórica, deberán cambiar de denominación para dejar de ensalzar la dictadura franquista.

La encargada de liderar este proyecto es la Asociación de Vecinos de Los Arenales, ubicada curiosamente en una de estas calles, la del General Moscardó, que ha cambiado su Junta Directiva recientemente. Este 2016 se ha hecho cargo de ella la plataforma que en su momento se denominó como ‘Amigxs del Parque de la Marga’, y está tratando de fomentar la participación de los vecinos en diversos temas.

La asociación considera que son los ciudadanos quienes deben participar activamente en ese proceso, por lo que han lanzado un proyecto para recoger las propuestas de nombres que los vecinos quieran anotar.

Las propuestas deben enviarse al correo electrónico de la Asociación (av.losarenales@gmail.com), y tienen de plazo hasta este domingo, 1 de mayo. Posteriormente, del día 2 al 8 los vecinos podrán votar las que más les gusten tanto por una encuesta que la Asociación publicará virtualmente como físicamente en el local vecinal.

La Asociación de Los Arenales enviará los resultados al Ayuntamiento de Santander, solicitando que se tengan en cuenta sus propuestas para renombrar las calles en las que viven, dentro de la Comisión que el consistorio ha creado para tal fin.

Aquí, la encuesta con las opciones.

EL NACIMIENTO FUE DEFENDIENDO LAS CATALPAS

Los inicios de la Plataforma de Amigxs de La Marga fueron en febrero de 2015, cuando algunos vecinos de la zona norte de Castilla-Hermida alertaron que las nuevas obras del parque pasaban por llevarse los árboles por delante.

Durante las protestas, un operario estuvo a punto de atropellar a dos jóvenes con una pala excavadora, y amenazó con agredir a otro que increpó.

De inmediato surgió un movimiento entre los ciudadanos que reclamaban poder elegir qué modelo de parque querían, ya que en su momento fueron ellos los que lo costearon. Así lo reclamaban mostrando la documentación que el Ayuntamiento les envió en tiempos de Hormaechea donde se les cobró un ‘plus’ para la elaboración de La Marga.

Varios activistas se colocaron entonces frente a las máquinas excavadoras para impedir que los trabajadores de Parques y Jardines siguieran con su trabajo. La mayoría de ellos dieron parte a su empresa y paralizaron los trabajos hasta nueva orden, pero estas jornadas no estuvieron exentas de altercados.

Con el lema ‘Los árboles se queda… y Amparo también» (en referencia a la anciana de Las Llamas que falleció ese mismo mes después de que el Ayuntamiento expropiara y derruyera su casa), los vecinos se solidarizaron con los demás movimientos ciudadanos que surgieron en Santander, entonces y más tarde, en contra de cómo el Consistorio gestionaba algunos de los temas que les afectan directamente.

Un año después, el nuevo parque se ha inaugurado y los árboles fueron trasladados, aunque su presión consiguió que fueran replantados en el Parque del Refugio, en El Alisal, en vez de hechos astillas. Ahora parecen decididos a dedicarse a aportar una mayor participación entre los vecinos de Castilla-Hermida.