Argumosa: La conciencia colectiva no está homologada
||por AITOR LOBATO, ingeniero torrelaveguense, militante de ACPT||
Quiero empezar el artículo con la historia de un pequeño solar olvidado durante 30 años en el barrio de Lavapiés en Madrid. En él, convertido en jardín comunitario de encuentro vecinal conviven vecinos y visitantes donde con cada nueva iniciativa mejoran el tejido social del barrio, compartiendo conocimientos y defendiendo valores ecológicos, la reutilización y el decrecimiento. La historia de este solar y sus vecinos es una historia de tenacidad y resistencia.
Los vecinos, a raíz de un taller de intervenciones urbanas construyeron en este solar olvidado una zona de deporte (campo de fútbol, petanca y badmington), un mercado de trueque, un teatro al aire libre y zonas verdes y de descanso.
En un principio se encontraron con la oposición del Ayuntamiento y fueron desalojados, buscaron durante casi un año el entendimiento con las instituciones pero esto no fue posible y volvieron a ocupar el espacio.
De nuevo el Ayuntamiento destruyó el trabajo de los vecinos con una excavadora, arrasando con el huerto, el teatro, las hamacas del área de descanso, la caseta del mercado de trueque y las porterías de fútbol, dejando todo en un amasijo de escombros, pretendiendo dejar en esos escombros la ilusión de los vecinos del barrio, pero el tejido era sólido y resistió.
Volvieron a organizar desayunos a la puerta del solar e intervenciones en la calle, siguieron sumando fuerzas de vecinos y colectivos afines a lo largo del estado y consiguieron el respeto institucional.
Por el momento “Esta es una Plaza” permanece abierta y los vecinos siguen yendo a desayunar juntos, cuidar el huerto y disfrutar de una zona verde maravillosa en pleno centro de Madrid.
En Torrelavega nos encontramos con una situación muy similar: el Ayuntamiento sigue presionando por destruir el resurgir de una conciencia colectiva, siguen amenazando con desalojar Espacio Argumosa y sus ilusiones, pero el tejido está construido.
Espacio Argumosa se ha consolidado: lo ha consolidado la propia historia del lugar, los vecinos y sus “Refugios de Poetas”, el foro de movimientos sociales de Cantabria No Se Vende, las sesiones de cine, las jornadas de mantenimiento, los grupos de música locales que colaboran sin dudarlo en las luchas de sus vecinos, los grupos que visitan Cantabria y paran para colaborar con el espacio y todos los vecinos de Torrelavega que cada día pasan por esta esquina de la ciudad y sonríen.
Tras el apoyo recibido hasta de forma judicial, queda una última batalla para Espacio Argumosa. No es una batalla aislada, se pelea tanto en esta pequeña esquina de la ciudad como en nuestras mentes o en el parlamento europeo con el TTIP. Quieren estandarizarnos para acabar teniendo que pasar un examen personal que nos certifique como ciudadanos homologados.
No, las gradas de Espacio Argumosa no están homologadas, al igual que no lo están las multitudinarias gradas del Campo de Cebada, de esta es una plaza y de los millares de solares recuperados a lo largo del estado. Homologado está el aparcamiento subterráneo del Bulevar Demetrio Herrera que hunde el Ayuntamiento al mismo ritmo que se hunde la conciencia social de sus ocupantes.
Las gradas del Espacio Argumosa han sido creadas por un numeroso grupo de voluntarios que sabían lo que hacían, con un conocimiento colectivo más grande que el que puedan juntar todas las mentes dormidas de nuestros gobernantes. Con materiales reciclados que requieren de una renovación, la misma adaptación que requerirá el espacio en función de su uso.
El espacio no está homologado al igual que nunca lo estarán las mentes de sus ocupantes, el espacio y su diseño es efímero, pero no el sentimiento colectivo construido.