“Hay mucha confusión y miedo entre las familias de refugiados”
Cada noche, en la tienda de campaña, Javier Sobremazas editaba los vídeos que estaba grabando para retratar el trabajo de la ONG Voluntarios de Galdakao.
Este realizador cántabro, inquieto y viajero, ha pasado varias semanas en el campamento de refugiados de Idomeni, en Grecia, el que están desmantelando justo ahora.
Cuando se marchó, justo la noche antes de que empezara el desalojo, ya empezaba a notar un “ambiente extraño”, con “mucho movimiento de policías y antidisturbios”, incluso con rumores de cortes de agua y la electricidad.
En su labor contaba cómo se realizaba el traslado de materiales, fundamentalmente comida y ropa, de los almacenes al campamento de refugiados de Idomeni o de campamento a campamento.
Y mientras tanto, Sobremazas ha convivido con las familias, y ha visto las condiciones en que vivían, masificados en un auténtico “barrizal”, sin “nada” y con muchas necesidades.
También ha visto los problemas de las propias ONGs, “ayudando en lo que puedan”, “cada día con un problema diferente” y con problemas de coordinación ante la acumulación de problemas.
De momento, allí, ahora, sobre el terreno, lo que hay es desinformación, tanto entre las familias, con “mucha confusión y miedo” porque no saben qué va a ser de ellas y adónde les van a llevar (“no saben de asilo o trámites, “ellos sólo quieren que se abra la valla y seguir su camino”, “sólo han oído por megafonía que se les desaloja a un lugar mejor”), pero también entre los voluntarios y miembros de ONGs.
Ellos fueron avisados anoche por la Policía, “tienda por tienda”, de que tenían que irse, y abandonaron el campamento escoltados, con la promesa de que podrían volver cuando las cosas estuvieran más calmadas.
Pero mientras “siguen esperando”, su material (incluidos algunos costosos como un hospital de campaña de la ONG) sigue allí, “solo”, y tienen miedo a que sea desvalijado.