Despreciando a las bibliotecas públicas

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||por JESÚS SALAS, bibliotecario||

El pasado sábado más de quinientos aspirantes participaron en un proceso de selección para cubrir puestos de trabajo en la Biblioteca Central de Cantabria. Había allí muchos nervios, DNI en la mano, bolígrafos de recambio y caras de tensión. Una convocatoria, plazo de presentación, abono de tasas, exenciones de pago, examen, tribunal…. lo propio de una oposición.

Sin embargo, aquello no era una oposición para entrar en la administración, sino un simple proceso selectivo para trabajar en una empresa pública. Una diferencia sutil pero muy importante que asienta un modelo de arbitrario y precario en la gestión de la principal biblioteca de Cantabria.

Las empresas públicas nacieron para superar la estructura rígida y lenta de las administraciones y comenzaron a medrar en época de bonanza con el bipartito PRC-PSOE ante crisis.

Una forma de llegar donde la administración no podía pero en la que también cabía el despilfarro y el clientelismo oculto a los controles públicos. Era un modelo sospechoso pero poco cuestionado en época de bonanza.

Pero la música dejó de sonar y la fiesta terminó. Cuando en 2009 el gobierno central (encargado de la restauración del edificio) entregó el antiguo depósito de Tabacalera como sede para la nueva Biblioteca Central, la crisis económica ya empezaba a ahogar las cuentas autonómicas.

Biblioteca Central

Biblioteca Central

El consejero de cultura de entonces, Francisco Javier López Marcano, se encontró con el problema de llenar de personal el edificio con un presupuesto menguante y para hacerlo de forma rápida y barata pensó en una empresa pública.

Sin embargo, a pesar de intentar dar un barniz de objetividad a la selección de parte del personal, la contratación se convirtió en un instrumento del clientelismo más descarado.

Un modelo que permitía ofrecer personalmente puestos de trabajo sin ningún problema para tejer redes de lealtades personales o pagar favores políticos.

La oposición del Partido Popular denunció entonces la situación, llegando a publicar un listado con supuestos enchufados en la biblioteca y prometiendo la solución que a todos parecía obvia: la convocatoria de oposiciones públicas para cubrir esos puestos de trabajo.

Sin embargo, cuatro años de gobierno entre 2011 y 2015 no fueron suficientes para cumplir con lo prometido y se mantuvo el modelo anterior.

Con la vuelta del bipartito al gobierno tras las elecciones de 2015, lo que un consejero del PRC creó y otro del PP mantuvo, uno del PSOE lo asienta definitivamente como modelo de contratación. Y lo peor es que ya nadie parece cuestionarse que se gestione el personal a través de una empresa pública, que no se convoquen oposiciones, que convivan trabajadores con derechos distintos, que la vía al clientelismo siga abierta. Nos conformamos con que el consejero de turno se porte bien y no cuele a nadie.

No es solo una cuestión de derechos laborales de los trabajadores. Es una cuestión de la consideración que se tiene por las bibliotecas y la gestión cultural pública. No valorar a los trabajadores, su formación y sus condiciones de trabajo significa no valorar el servicio que prestan, la importancia de su función y su utilidad como motor cultural. Es el reflejo de la desidia y abandono que sufren muchas de las bibliotecas del Sistema de Lectura Pública, la falta de medios, espacios inadecuados y fondos bibliográficos escasos. Un desprecio, en definitiva, a lo que significan las bibliotecas públicas.

 

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3 Comentarios

  • Mario
    28 de junio de 2016

    Totalmente de acuerdo.

    Añadir que muchos de los que entraron lo hicieron correctamente, es decir, aprobaron las pruebas establecidas por la administración, por mucho que éstas nos puedan parecer (subjetiva) o sean (objetivamente, aquí no entro) injustas. No todos eran necesariamente enchufados, es de suponer. Imaginad la situación para quien se presenta, aprueba (el esfuerzo generalmente va de suyo cuando se opta a una plaza de este tipo, esfuerzo que puede ser de cara a las pruebas o de largo recorrido: licenciaturas, títulos de postgrado y otros méritos que se van acumulando a lo largo de una vida académica y/o profesional que muchos se toman o nos tomamos muy en serio) y como pago le ponen el sambenito. Una perrería.

    Añado a lo anterior que el PP hizo purga, pero centrada en los de abajo. Fue lastimoso ver cómo los que estaban mal echaban culpas a los que estaban peor, quedando los verdaderos responsables, los de arriba, libres de polvo y paja.

    Ánimo a los que se hayan presentado a esta última prueba. Que gane el mejor. Y espero que a ellos no les toque pagar las culpas de nadie.

    Buen artículo, Jesús, enhorabuena.

  • Belén
    29 de junio de 2016

    Buen artículo, pero se olvida la purga realizada por el PP que condicionó a una situación peor a lo anterior, se redujo tanto la plantilla que a día de hoy todavía el personal se ve sobrepasado.
    Muchos de los que utilizamos dichas instalaciones podemos comprobar como hay días que determinados servicios están cerrados por falta de personal.

  • Lector
    1 de julio de 2016

    Sería interesante saber cuál es la opinión de ANABAD Cantabria al respecto. Les faltó tiempo para posicionarse contra (no hacerlo a favor es lo mismo que en contra) los alumnos de la UC que reclamaban (1) horarios más generosos y (2) más puestos de estudio, pero para este tema están tardando. ¿Hay responsables de ANABAD Cantabria implicados en este proceso de selección o en alguno de los precedentes? ¿Hay responsables de ANABAD Cantabria que concurren a este proceso de selección?

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