Las elecciones, o un paso atrás para dar dos adelante
||por RAMÓN QU, periodista||
Pues sí, no hay más cera de la que arde y bien haremos en reconocerlo cuanto antes y en dejarnos de lamentos y descalificaciones de amantes despechados. Que una buena parte del pueblo español no nos haya querido, no significa que no sepa lo que quiere; que una amplia porción de la ciudadanía no nos haya dado su voto no implica que sean ignorantes, corruptos, borregos y cómplices.
De que mucha gente no haya estado a la supuesta altura de nuestras magníficas convicciones no se sigue que la gente se merezca un gobierno como el de Rajoy. A lo mejor hemos sido nosotros los que no nos hemos merecido gobernar. Dejemos, pues, de culpar al pueblo de que grite “vivan las cadenas” en vez de “viva Unidos Podemos” y preguntémonos por qué no hemos podido ni unidos.
1º.- Resulta evidente la existencia en España de un núcleo conservador muy fuerte. Este núcleo, por ejemplo, es inmune a las informaciones sobre corrupción generalizada en el PP. El anticuerpo que posee para no verse afectados por los virus tipo Bárcenas es tan sencillo como complicado de desmontar: en todos los partidos cuecen habas.
Los integrantes de este núcleo son en buena parte gente mayor y habitantes de ciudades medias o de ámbitos rurales – con excepciones significativas como Madrid – En este núcleo hay integrantes de las clases medias y bajas muy difíciles – por no decir imposible – de atraer por las fuerzas del cambio.
2º.- Aunque en franco retroceso, existe otro núcleo fuerte de votantes del PSOE. Los miembros de este grupo pertenecen a la cultura que ve en el partido socialista “el” que trajo la modernidad a España, “el” que nos metió en Europa, “el” que creó el estado del bienestar. En definitiva, siguen creyendo que el PSOE es un partido de izquierdas y progresista.
Este núcleo, formado por profesionales y trabajadores de clase media y baja es más susceptible de ser atraído por las fuerzas del cambio, pero para ello se necesitaría o una variación de la correlación de fuerzas dentro de PSOE – variación que propiciara un desplazamiento de la actual dirección ya en su vertiente de Sánchez, ya en la de Susana Díaz – o una pasokización del partido provocada por la probable complicidad de la dirección socialista en los próximos recortes y en la continuación de las políticas neoliberales.
3º.- Las fuerzas del cambio real – Unidos Podemos – parecen haber alcanzado el techo electoral del ciclo electoral y político que se abrió con la crisis económica y el 15 M. Veamos esto más despacio:
A) Este techo electoral se situaría en torno al 25%, es decir más cerca de los resultados de las anteriores elecciones que de estas.
B) Este 25% sería insuficiente para intentar dirigir un proceso de cambio real en el estado español.
C) El que en estas elecciones no se haya alcanzado el techo electoral de las fuerzas del cambio – el famoso millón y poco pico de votos perdido – es algo que exige un urgente análisis.
D) Parece evidente que, por un lado, un porcentaje de votantes que en las anteriores votaron a Podemos no lo han hecho en estas, y por otro, que un porcentaje – estimo que bastante mayor – de votantes de IU no han votado a Unidos Podemos.
E) Este hecho es grave. Sin embargo creo que el necesario análisis de este millón de votos “disuelto en el aire” debe evitar dos posturas simplistas: una, la alianza con IU ha supuesto la pérdida de la transversalidad: no ha sumado, ha restado; dos, el empeño en mostrarse “socialdemócratas”, moderados y transversales ha llevado a la abstención a los verdaderos votantes de “izquierdas”
F) Estas posturas – aunque tengan su momento de verdad – aparte de simplistas, son peligrosas porque serían enarboladas por determinados bandos dentro de Unidos Podemos y podrían conducir a una lucha inútil y cainita.
G) En nuestra opinión, la unidad es un logro irreversible pero debe refundarse.
H) Esta refundación pasa por recuperar los principios de lo que se llamó nueva política: horizontalidad, respeto a las diferencias, participación ciudadana, vuelta a los movimientos sociales…
4º.- No hay mal que por bien no venga. Unidos Podemos no tiene posibilidad de entrar en ningún gobierno. Esto es malo porque la gente necesita un gobierno por y para la gente; pero recordemos que el próximo gobierno va a estar atado de pies y manos: deberá, por ejemplo, hacer recortes entre 8.000 y 10.000 mil millones de euros. Un hipotético gobierno con el PSOE y en estas condiciones habría podido significar el fin de Unidos Podemos – al modo de Syriza –
5º.- Los resultados de Unidos Podemos han sido malos si los miramos desde las expectativas que tenía mucha gente; pero si los miramos con perspectiva histórica son extraordinarios: nunca, desde la segunda república, una fuerza de cambio real ha tenido tantos diputados.
6º.- Análisis crítico de los resultados, reconocimiento de realidad y de nuestras fuerzas reales, refundación de Unidos Podemos, unidad como horizonte, acumulación de fuerzas, vuelta a los movimientos sociales, oposición parlamentaria férrea, respuestas claras a los problemas del país… este es el camino.
Andrei
Hombre…afirmar que nunca una fuerza del cambio ha tenido tantos diputados desde la segunda república!!!!!!,…es demostrar cierta ignorancia histórica…¿y los 202 diputados del PSOE tras los tres gobiernos de Ucd???…¿que eran?
Ramón
Es evidente que, desde la perspectiva del artículo, el PSOE moderno (de Felipe González a la actualidad)nunca ha sido una fuerza de cambio real, sino por el contrario la principal fuerza de estabilización de la democracia demediada nacida de la transición y el principal escollo para cualquier intento de transformarla en un sentido progresista. Cuestión aparte es el carácter de izquierdas o no de muchos de sus votantes.
Andrei
La ley del aborto, la ley del divorcio, la ley de la dependencia, las pensiones no contributivas, la legislación ambiental, las sucesivas leyes educativas, la extensión universal de la atención sanitaria, la inclusión en el C.P del delito del maltrato animal…(no sigo para no aburrir), no parecen obstáculos al progreso de España desde el punto de vista, no del autor del artículo, sino de la protección de las minorías y de los más desfavorecidos…todo eso no existía antes del paso del PSOE por el gobierno de este país.
Ramón
El artículo versa sobre las últimas elecciones y no creo que sea este el momento, ni el sitio adecuados para debatir sobre las luces y las sombras del PSOE moderno. Solo una cosa en aras de la verdad histórica: la primera ley de divorcio en España – dejando aparte la republicana del 32 – se aprobó en 1981 y fue elaborada por el inefable Francisco Fernández Ordóñez ministro de Justicia del último gobierno de Adolfo Suarez. Gracias por sus comentarios.