|| Por Guillem Ruisánchez y Oscar Allende ||

Teletubbies: así nos tratan

Tenía que llegar el día en que nos preguntáramos cómo el presidente más televisivo de nuestra historia mantiene la máxima de que Cantabria no puede tener una televisión autonómica. Y creemos haber encontrado la respuesta: en Cantabria se sigue viendo la tele en UHF.

Eso parece después de ver el Debate sobre el Estado de la Región (perdón, de la Comunidad). Porque cuando San Revilla Presidente del Gobierno desplaza a San Revilla Tertuliano de Televisión, ocurre que el presidente nos confirma que Cantabria se ha resignado al viejo modelo económico.

Todo pasa por la vuelta de los tiempos del asfalto, la inversión en infraestructuras, resucitar las viejas fábricas, rezar para que haga bueno en verano y le vaya bien al turismo.

Es una eterna redifusión de los programas. En tiempos en los que hasta el burrito del emule es ya un icono retro, aquí nos quedamos todavía con la llegada de las televisiones privadas: Berlusconi estaría orgulloso.

Asfalto, fábricas y turismo, todo es compatible con la atención a la emergencia social. Todo es posible en esta Cantabria, como en América, con un socio interno socialista en el Gobierno y otro externo podemita.

Sin explicarnos cómo al tiempo se mantiene el rescate de proyectos fracasados de empresas privilegiadas (Puerto de Laredo) y la recuperación de símbolos industriales o empresariales de dudosa –siendo generosos- rentabilidad (Greyco, Racing) con participación pública equivalente a cualquier riesgo que asuma un privado.

No vamos a librarnos nunca de los 90. Esto es VIP repetición. Un Gobierno empecinado en rescatar símbolos industriales, como Sniace, donde vale anunciar compras de terrenos y recalificaciones municipales en plena ampliación de capital.

Volver a poner en marcha viejas fábricas de aspecto soviético que echen humo y que mantengan unas pocas decenas de empleos; con la aparición de la sintonía de realities, Paco Lobatón se pregunta Quién sabe dónde está la mesa del nuevo patrón de crecimiento de nuestra comunidad autónoma.

O El juego de la oca en que se ha convertido nuestro plan para la acogida de los refugiados, que sirvió para atizar al Gobierno en funciones del PP, cuando asegurábamos que estábamos prestos y dispuestos a recibir a 300.

De oca a oca, hemos pasado, en este orden, de tener más plazas de las que nos correspondían a no poder acoger a ninguna familia; a sólo cuatro o cinco familias, y de nuevo a todas las que hagan falta, que caben en Valderredible o en algún polideportivo si se llega a dar la circunstancia.

Cintora no sabe que este es un Gobierno muy democrático, que lleva al Parlamento cuestiones importantes como el rescate del Racing, eludiendo y dilatando una decisión que le compete al Ejecutivo, con el único interés de retratar en un asunto muy sentimental a los adversarios políticos;

Y Ferreras cuestionaría que el talante democrático se esfume, cuando la mayoría parlamentaria exige que SODERCAN vuelva a la Consejería de Industria y deje de ser una institución para el reparto de fondos a capricho del PSOE (cinco diputados) o cuando se aprueba por la cámara donde reside la soberanía regional el cese de Salvador Blanco, consejero delegado.

Iñaki López no sabe que ese cese se exige después de trascender un informe de la Intervención General que revela múltiples irregularidades en la anterior etapa de Blanco en la empresa pública, también con Revilla en el Gobierno.

Cintora, Ferreras, Iñaki y Revilla, todos viven en la nueva telecracia del milenio mientras Cantabria se quedó en las Mamachicho.

Y claro, hay informes e informes. No pudimos hacernos un Gran Hermano, un la vida en directo en Guadalix de SODERCAN, cuyo informe vio la luz al llegar a manos de la oposición de Podemos, después de que se lo hubieran negado a la oposición de Ciudadanos.

A Informe Semanal, el ejercicio de transparencia quedó reservado al informe de MARE, que afectaba a la gestión del PP, y por ello se difundió a todos los medios, A mediodía alegría, una tarde de sábado desde el gabinete de prensa de la vicepresidenta (PSOE), cuando estaba todavía en fase de alegaciones.

Da para un especial Documentos TV: el de MARE sirvió para dar una rueda de prensa al lunes siguiente, mientras que la revelación del otro, el de SODERCAN, hizo suspender una rueda de prensa de acuerdos de Gobierno. Traducido a nacional: Soraya suspendiendo la rueda del Consejo de Ministros por un marrón del PP.

Queremos Saber, si Revilla, que sembró la duda sobre los funcionarios del Gobierno y reforzó a Blanco en SODERCAN, es el mismo Revilla que ha permitido que su consejero de Industria retire al abogado que ha llevado la acusación del caso Racing, que afecta a dos exconsejeros de PSOE y PRC, los partidos en el Gobierno.

Porque nos parece que con esos mimbres su Oficina Anticorrupción nacerá con la misma credibilidad que el juez de los programas de Ana Rosa Quintana.

Veredicto: el empeño en desactivar las acusaciones en el caso Racing no ha tenido el mismo celo en otra causa en la que el Gobierno es acusación: la imputación de nueve jóvenes por el escrache a Ignacio Diego (PP), en un pseudomontaje policial como probó la plataforma Preguntar No Es Delito.

En Cantabria siguen echando en diferido el Real Madrid – Benfica de la canción de Sabina (Y Eva tomando el sol). Porque hablando de fútbol, asistimos con mucha naturalidad a una supuesta negociación entre una empresa privada, ITM, que pretende salvar al Racing y que exige garantías al Gobierno de su ‘inversión’, mientras el Ejecutivo lo que pide supuestamente es tener control sobre el club en aras de la ‘fiscalización’: es decir, lo mismo que llevó a la ruina económica y social al Racing (y a responsables públicos y privados ante el juez).

La carta de ajuste: No signal.

Y que después de estas maniobras, Revilla sigue apostando por titulares de prensa muy llamativos, informaciones más cocinadas que las encuestas, en las que anuncia la creación de una oficina anticorrupción. Un tema para la prensa, porque en el Parlamento no le ha reservado ni una línea en su discurso del debate sobre el Estado de la Región (perdón, de la Comunidad).

Cantabria en redifusión. Quién dice que no han pasado cosas en el último año. Lo que pasa es que estamos en la era de la TDT, y muchos no sintonizan con la tele del pasado.

Pero hay una Cantabria Telebista, que se pilla en UHF y que echa para atrás, o, peor aún, para afuera, a la generación Netflix.

Empezamos la legislatura hablando de un nuevo modelo económico que nos independice del ladrillo, la chimenea y la bandeja en las terrazas. ¿Alguna idea? Un, dos, tres, responda otra vez.