Carmageddon

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||por MARIANO DE MIGUEL, historiador, experto en el mundo árabe||

14 de julio: “Libertad, Igualdad, Fraternidad”. Esos son los lemas de la Vª República Francesa. Día del aniversario de la toma de la Bastilla, donde el pueblo, harto de la megalomanía y despotismo de su monarca dijo “Basta”.

Ayer, se celebraba ese hecho que marcó un punto álgido en el inicio de la transición del Estado Moderno a la Francia Contemporánea. Ayer, un kamikaze (no se le puede aplicar otro calificativo), acabó con las vidas de 84 personas -en el último recuento según las autoridades- e hirió a no menos de 120.

Una de los primeros montajes que han surgido en homenaje a las víctimas de este último atentado.

Una de los primeros montajes que han surgido en homenaje a las víctimas de este último atentado.

Antes de nada, el autor de este texto, se solidariza con todas y cada una de las víctimas, incluyendo asimismo a sus familiares. Nada puede hacernos imaginar el horror que todas esas personas pueden estar sufriendo. Pero asimismo, toca ir “más allá”.

Casi de inmediato, el presidente de la República y su Jefe de Gobierno, los señores Hollande y Valls, han prorrogado el estado de excepción que vive el país desde los sucesos de Charlie Hebdo en enero de 2015, a 3 meses más. Lo que iba a acabar el 26 de julio, se amplía a 120 días más. La gente vive en un estado continuo de miedo, paranoia y desconfiando de sus vecinos.

Como ha pasado en Bélgica desde marzo, como ocurrió en Londres el 7 de julio de 2005. Y en más zonas del antiguo continente. Aunque debemos ver que esta lacra del terrorismo es total y global. Lo que aconteció en Francia en Noviembre de 2015 ayer mismo, ocurrió en el Líbano dos días antes de los sucesos de la sala Bataclán y lo de Niza, tuvo un prefacio horrible dos semana antes en Deir al Zor en Siria y en el mercado de Karrada, en Irak.

Poco se habló de esos sucesos en la prensa europea. Menos aún, en un mundo globalizado, redes sociales marcaban los “safe points” para que los familiares de las víctimas de Bagdad pudieran informarse. Es una triste realidad, en un mundo a dos velocidades.

Francia ha optado por volver a bombardear los feudos del DAESH en Siria (Raqqa) e Irak (Mosul). ¿Evitará esto más masacres? Me temo que no. No sólo eso, cada ataque a estas regiones puede destruir a varios integristas o acólitos, pero el precio en vidas inocentes, tal cual los ataques con dones de EEUU a Pakistán, por poner un ejemplo, debería hacernos pensar hasta qué punto esos hechos, son “beneficiosos” en aras de la “paz mundial”.

Del mismo modo, se habla de una segunda generación de yihadistas europeos, que pueden asolar el viejo continente. Si bien es cierto que el germen del integrismo ha calado en la juventud, este factor lleva presente desde 1992 en el país galo, cuando no se condenó el golpe militar en la antigua colonia de Argelia, que desplazó al ganador de las elecciones parlamentarias (el Frente Islámico de Salvación), dando pie a una guerra civil de 12 años y 220.000 víctimas.

Los franceses de origen argelino vieron horrorizados este factor y una parte de la juventud desempleada, rechazada por los ciudadanos franceses “puros”, abrazaron el islam radical y causaron varios atentados en París entre 1994-1995. Del mismo modo, no se puede negar que el auge fundamentalista, aumentase desde la invasión de Irak en 2003 (hecho ilegal y plagado de mentiras, certificado por un informe de la Cámara de los Comunes del Parlamento Británico, que censuró la actuación del premier Blair).

Y tras ello, la mal llamada “Primavera Árabe” donde antiguos “amigos” del Estado Francés (Ben Alí en Túnez, Gaddafi en Libia, Mubarak en Egipto y Bashar al Assad de Siria), pasaban a ser perros rabiosos a los que abatir. Cinco años después, sólo en Túnez se barniza una democracia parlamentaria, aún con múltiples problemas. Libia es un Estado Fallido con dos parlamentos y una insurgencia islamista. Egipto capea con un nuevo Pinochet y el caos del Sinaí. Y Siria…como todos sabemos, se ha transformado en un infierno sobre la tierra.

Añadiendo y matizando que el mal llamado DAESH, si bien usa una retórica milenarista y ultrarrigorista, poco de credo, tiene. Son oficiales del desaparecido ejército y cuerpos de seguridad de Saddam Hussein, en su mayoría. Que usan el baluarte de un credo viciado por ellos mismos para “recuperar Bagdad”, como indicaba el dossier recuperado al ideólogo abatido de este grupo, Haji Bakr, en 2014 (él mismo un ex oficial de la Guardia Republicana de Saddam).

Añadir por último, que desgraciadamente, no es la primera vez que un suceso como el de ayer, ocurre en Europa. Durante el día de la Reina en los Países Bajos, el 30 de abril de 2009, un desequilibrado, arrolló a 7 personas. No es el terrible número de víctimas de Niza, sin duda, pero se debe analizar si lo ocurrido ayer, bien pudo ser por un desequilibrado, al cual las soflamas del DAESH en la red ,dieron pie a que actuase de esa manera brutal.

El grupo no ha admitido aún la autora y por desgracia bien puede ser la rama de Al Qaeda en el Magreb Islámico, la causante, que ya en 2012, con un “lobo solitario” (Mohammed Merah) aterrorizó en marzo de ese año a la ciudadanía y posteriormente en 2015, con los sucesos de Charlie Hebdo, dado que los atacantes habían jurado pleitesía a esa organización integrista.

Sea como fuere, nos hallamos ante una nueva Hidra. Y en nuestras manos, desde la legalidad internacional, amén de evitar caer en la trampas de estos grupos, está el buscar evitar que sucesos terribles/execrables, vuelvan a ocurrir. Sean en Francia, Irak, o cualquier parte del globo. El terrorismo, terrorismo es. Sin adjetivos. Y debe combatirse, pero con los medios legales junto a la justicia que esos bárbaros, deniegan a sus víctimas.

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