Contradicciones en el PSIR de Las Excavadas
|| JOSÉ MANUEL MARTÍNEZ, VECINO DE TORRELAVEGA ||
Tras las recientes polémicas e incidentes ocurridos en el Ayuntamiento de Torrelavega y como ciudadano de Torrelavega preocupado por el oscuro presente y por el no menos preocupante futuro de la ciudad, me gustaría hacer una reflexión acerca de la gran apuesta de la mayoría política de Torrelavega, plasmada esta semana en la aprobación del PSIR de Las Excavadas.
Y es que, alabando el empuje de los dirigentes municipales por tratar de encauzar el futuro y cambiar el rumbo de la economía de mi ciudad, cada vez que oigo una noticia nueva acerca de este asunto me surge una duda mayor, pues solamente acabo viendo contradicciones.
Paso a explicarme:
La primera contradicción y de la que surgen todas las demás, es el axioma por el cual construir un polígono industrial es igual a generar más empleo. Y para afirmarlo tan sólo me fijo en la tendencia de los últimos veinte o veinticinco años no sólo en Cantabria sino en España e incluso en la Europa occidental.
Las industrias, y en especial las más grandes, se relocalizan y se marchan a países emergentes con menores costes de producción, salarios, impuestos, etc. No podemos luchar contra esa inercia, es una de las desventajas del mundo globalizado que nos ha tocado vivir.
Es decir, no veo que mientras industrias tan significativas, implantadas y arraigadas en Cantabria como Teka o Bridgestone van abandonándonos en pos de nuevas localizaciones, vaya de repente a venir como por arte de magia una gran industria que necesite tanto espacio, simplemente por hacer un nuevo polígono.
De aquí surge la segunda contradicción: realmente existen terrenos industriales en Torrelavega y en 10 kilómetros a la redonda para que venga cualquier tipo de industria que quiera implantarse.
Desde grandes industrias que bien podrían aprovechar los terrenos industriales existentes en Sniace o en el polígono del Besaya en Reocín, a medianas o pequeñas industrias que bien podrían tener cabida en el polígono de Tanos- Viernóles, en el polígono de Barros, en el sueño industrial de Requejada o en toda la zona industrial abandonada prácticamente en la zona cercana al río Besaya lindando con Torres.
En una palabra, si sumamos todo este suelo industrial son más metros cuadrados que el futuro polígono industrial a construir. ¿Pará qué hacer lo que ya está hecho? ¿Se trata de gastar dinero o de aprovechar los recursos ya existentes?
Y enlazando viene la tercera contradicción: dentro del propio Partido Socialista de Torrelavega hay voces que defienden un futuro para Torrelavega con más zonas verdes y destinadas al sector primario, amén de con menos tráfico rodado y contaminación.
Pues este PSIR que acaban de aprobar significa exactamente lo contrario: destruir la gran zona agrícola, natural y verde que queda en Torrelavega, la que une la sierra del Dobra con la Viesca. Y de paso aumentar exponencialmente el tráfico rodado en una de las principales arterias de acceso/salida de la ciudad.
Y de este punto surge la cuarta contradicción: a pesar del convencimiento del equipo de Gobierno de que su plan es perfecto, sin embargo a mitad del proceso anuncian la creación de un parque y una zona de esparcimiento en parte de los terrenos afectados.
Este hecho ya roza el esperpento: crearán una zona industrial arrasando una gran mies de terrenos agrícolas y ganaderos, pero crearán una zona de parque totalmente artificial a modo de isla dentro de un mar de alquitrán y hormigón. Esto es digno de Berlanga y alguna de sus películas.
Pero sigo con más. La quinta contradicción es que el día después de aprobar el PSIR (según palabras de Cruz Viadero y López Estrada, «la gran decisión que marcará el futuro» y por lo tanto entiendo que sobriamente pensada y repensada) en el Pleno, salen los responsables del Gobierno municipal en rueda de prensa y abiertamente dicen que no saben exactamente lo que han firmado: «no sabemos plazos, ni modo de ejecución; ni siquiera las cantidades de las indemnizaciones a percibir por los afectados». Es decir, aprueban hacer una actuación, pero no saben explicar qué, cuándo, cómo o dónde.
Y en este punto enlazo con la sexta contradicción. La que concierne a los afectados. En la misma rueda de prensa, los responsables municipales ofrecen su asesoramiento y ayuda a los propietarios afectados. Pero yo me pregunto: ¿Cómo les van a ayudar si acaban de asumir que no saben exactamente los términos de lo que han aprobado? Me imagino a cualquier afectado yendo al consistorio y deambulando de una oficina a otra sin obtener respuesta ni nada parecido, pues ni los propios autores intelectuales del PSIR sabrían explicarles nada.
Y por último la séptima y no por ello la más pequeña contradicción. Defiende el equipo de Gobierno que ha hablado con muchos de los propietarios y que les han mostrado su apoyo al proyecto. ¿Cómo es posible tal punto cuando la mayoría de los afectados se han enterado del PSIR el mismo día del pleno, debido a las protestas de la plataforma en defensa de Las Excavadas?
Ésta última contracción es a mi juicio la más grave, pues induce a pensar que el Gobierno municipal trata de engañar o equivocar a los propietarios de los terrenos, propietarios que no hay que explicar que son los más afectados por la decisión de crear el polígono, pues perderán no sólo sus terrenos y propiedades sin apenas indemnización, sino su modo de vida y sus ilusiones de mucho tiempo.
Tras estas reflexiones, que espero que hagan pensar al lector en la equivocada decisión de crear el PSIR en Las Excavadas, cabe una sola afirmación: Esta actuación no mejorará en absoluto la situación económica y laboral de Torrelavega.
Es más, sólo puede empeorar otros aspectos de la vida en la ciudad: tráfico, contaminación, posibles especulaciones… Seguiremos en la misma dinámica que los últimos veinticinco años: gobernar pensando en los intereses de unos pocos en lugar de pensar en los de la mayoría.