Ya se conocen los detalles sobre la nueva, y supuestamente definitiva, sede del Museo de Prehistoria de Cantabria. Después de que el Gobierno acabara con el inútil y sonado debate y dejara el MUPAC en Santander, donde nunca hubo serias intenciones de moverlo, finalmente ha revelado la ubicación donde se levantará el nuevo edificio.

Y es que las instituciones cántabras han optado finalmente por construir un nuevo edificio, que se construirá en el aparcamiento del Palacio de Festivales, en vez de rehabilitar uno que ya existiera.

El aparcamiento del Palacio de Festivales desaparecerá para albergar un nuevo edificio para el MUPAC.

Finalmente la solución ha pasado por recortar de manera significativa la zona de aparcamiento del Palacio de Festivales, uno de los pocos lugares donde aún se aparca gratuitamente cerca del centro de la ciudad, y donde se congestionan los estacionamientos cada vez que hay un espectáculo en el Palacio.

Lo ha anunciado el consejero de Educación y Cultura, Ramón Ruiz, en los actos de aniversario del Museo, que este lunes celebra su 90 aniversario. Para celebrarlo, la Consejería de Cultura ha diseñado un amplio programa de actividades donde destaca la exposición temporal titulada ‘Un museo en tránsito’; en referencia a los 90 años de itinerancia que ha vivido el MUPAC y con la que pretenden terminar.

La futura instalación con la que pretenden conseguirlo ocupará cerca de 7.000 metros cuadrados, contará con varias plantas y tendrá un coste de al menos siete millones de euros, aunque se cree que la cifra podría elevarse.

La razón esgrimida para construir un nuevo edificio en vez de rehabilitar algunos de loso que se encuentran vacíos en Santander es que el museo precisa de instalaciones concretas para albergar también otros espacios del museo como el archivo, la biblioteca y el centro de investigación, el almacén, ubicado ahora en Guarnizo, y la exposición permanente del Mercado del Este.

NO HABRÁ UNA RED DE MUSEOS

Se renuncia, por tanto, a una opción que plantearon los expertos en la materia, que consistía en crear una red de museos, que no todos estuvieran necesariamente ubicados en la capital, y que podría aportar otras opciones a este trabajo multidisciplinar.

Esta opción, que incluso llegó a ser acogida también por el presidente regional, Miguel Ángel Revilla, la expusieron los expertos Ramón Bohígas, presidente de la Fundación Sautuola, Luis Grau Lobo, director del Museo de León y presidente del Consejo Internacional de Museos y el propio director del MUPAC, Roberto Ontañón.

En una jornada organizada por el Ateneo a la sombra de esta polémica, los expertos consideraron que esta situación era perfecta para conseguir enlazar todos los museos de Cantabria, con el MUPAC como pieza central, y uniendo varias áreas con su especialización.

Los profesionales se quejaban en aquella ocasión en que “la mayor parte de veces se quedan en el papel” las opciones de elaborar redes de museos, y que el MUPAC podría ”convertirse así en una referencia y lograr un futuro realmente estable”. Ese futuro tampoco tendrá lugar en esta ocasión.

UNA POLÉMICA CON MUCHO RUIDO Y POCAS NUECES

La polémica surgida durante todo el año con la ubicación del MUPAC ha sido como la obra de Shakespeare: mucho ruido y pocas nueces.

Banco de España

Las quejas y acusaciones de las diferentes instituciones públicas fueron tan ruidosas como infructuosas, ya que el debate nunca se planteó con seriedad sino que se optó por sentimentalismos y por recurrir a los enfrentamientos históricos entre municipios como Santander y Torrelavega.

El alcalde de la capital, Iñigo de la Serna, llegó a acusar al Gobierno de querer “robar” el MUPAC a Santander, después que el Ejecutivo recibiera propuestas de otros nueve ayuntamientos para acoger el Museo de Prehistoria.

Este museo lleva casi un siglo (90 años) cambiando de sede y en los últimos años ha sido sistemáticamente ninguneado frente a otros proyectos como el Archivo Lafuente, que se quedó finalmente con el Banco de España, el edificio que había sido destinado inicialmente al MUPAC y que se alegó como insuficiente de espacio para acoger todo su infraestructura.

A partir de este debate, desde las instituciones se aprovechó este tema para lanzarse cuchillos con un tono muy propio de enfrentamientos partidistas. Sin embargo, se quiso disfrazar todo ello de reivindicación vecinal, como ocurrió en Santander con el inicio de una recogida de firmas iniciada por un anónimo, Gorgorito Martinez, que curiosamente repetía las mismas consignas del equipo de Gobierno del Ayuntamiento; o recogiendo apoyos por parte de hosteleros de la ciudad.

También se colocó una pancarta en la fachada del Ayuntamiento para reivindicar con orgullo que el MUPAC es de Santander y de nadie más. Algo que después se demostró que jamás estuvo en duda a pesar de que, en ocasiones, el Gobierno regional jugara al despiste.