El festival de cine Nuevas Olas se expande al MAS
El festival de cine Nuevas Olas (la nueva denominación del Corto y Creo, cita en torno al documental y los nuevos lenguajes que en esta edición evoluciona hacia el largometraje) comienza este viernes con sus actividades.
Al margen de las proyecciones, el festival incluye una serie de actividades complementarias, además, dentro de una apuesta por la colaboración que incluye la organización de citas junto a la asociación La llave azul, que durante el año organiza proyecciones de películas de calidad inéditas en Cantabria.
Además, se han organizado también citas en colaboración con el MAS (el Museo de Arte Moderno y Contemporáneo de Santander y Cantabria, que en el último año ha extendido sus alianzas a otros eventos culturales como el Santander Music y actividades como sesiones DJ en sus jardines al hilo de la expo sobre discos de vinilo, de la mano del deacMAS, el departamento de extensión que coordinan Laura Crespo y Alfredo Santos).
Dentro de esa apuesta, el denominado Cine Expandido y las Nuevas Pantallas serán analizados este sábado, 1 de octubre, a las 12:00 horas, en el Museo a través de una mesa redonda en la que artistas visuales y programadoras culturales profundizarán en este fenómeno en auge.
De la mano de los artistas visuales Julius Richard, Esther Estévez y Cecilia Álvarez de Soto, Laura Crespo, del Departamento de didáctica y Acción Cultural de MAS, y la directora del Festival de Cine Nuevas Olas, Isabel Giménez, la sesión ‘Cine expandido y las nuevas pantallas’ incluirá también proyecciones de vídeo con las que se ilustrarán diferentes experiencias artísticas enmarcadas en este fenómeno.
Si la creación fílmica ha sido tradicionalmente un espacio fecundado por artistas procedentes de otras disciplinas, son ahora los cineastas los que se expanden más allá de la sala de cine y realizan obras audiovisuales creadas para ser exhibidas en otros espacios para el arte. Museos y galerías han ido haciendo un hueco a las piezas de arte visual en movimiento, un terreno fértil y prácticamente virgen con enormes posibilidades de desarrollo futuro.
Mientras se apagan los proyectores en muchas salas, nacen otras pantallas donde el cine encuentra acogida. Así, se ha eliminado la distancia existente entre la pantalla y la pared del museo. El arte de la imagen en movimiento ya no comunica de manera unidireccional al espectador, ni se plantea para su consumo colectivo. Y se expande por otros espacios para el arte, como el museo, la galería, la calle…
Estos espacios suponen nuevas ventanas para el cine y añaden visibilidad, para nuevos autores y formas más libres de contar. Además, suponen nuevas oportunidades de producción de películas que no se harían en el seno de la industria del cine.
Esta realidad conlleva también una nueva forma de entender la creación para el cineasta, en la medida en la que muestra su trabajo a un espectador más libre, que ya no está sujeto a la butaca y camina entre las obras, sin estar sujeto a observar cada plano el tiempo exacto que dicta el artista. Formato, duración, integración del espacio expositivo en el propio concepto de la obras son nuevas cuestiones que condicionan el trabajo del cineasta.