Los estudiantes críticos ven con una mezcla de sorpresa e inquietud el rápido proceso que está abriéndose en la universidad, ya no solo con los nuevos modelos educativos o la subida de tasas que tanto han criticado los últimos años, sino el surgimiento de la gran cantidad de préstamos bancarios para costear los estudios.

Unos préstamos que cada vez se encarecen más y cuyas condiciones rozan lo increíble, como una de las que impone Liberbank: firmar un plan de pensiones o abrir una tarjeta de crédito con un gasto mínimo al año.

Los estudiantes críticos ven en estas cosas, un proceso común de privarización de la educación.

“Para las familias es un gasto muy grande a largo plazo porque pagas el préstamo pero las condiciones materiales de la familia no van a cambiar de un día para otro, no van a conseguir un trabajo tan pronto, por lo que se van a endeudar”, asegura Tomás Blanco, responsable de comunicación del Colectivo de Estudiantes.

Este colectivo, que está en proceso de renovación, alerta de los riesgos de este tipo de préstamos. “Al final van a tener que pagar más, porque todos sabemos lo que es un préstamo, que por cierto hay que incidir en que es innecesario”.

Innecesario porque desde el Colectivo mantienen que la universidad pública puede sostenerse sin esos préstamos privados. “Siguen empeñados en convencernos de que es insostenible, pero no lo es, y lo demostraremos”, incide, mostrando cuáles serán sus siguientes líneas de trabajo.

“Lo que están haciendo es forzarte a tener estos acuerdos con los bancos, cuando en la Constitución no dice nada de que sea obligatorio para continuar con tus estudios”, denuncian. “Te obligan a tener una cuenta en un banco o dos, tanto en Liberbank como el Santander en el caso de Cantabria”, asegura. Y cree que esto es una forma de empujar a los estudiantes a “entrar en ese juego y tener que endeudarte, a saber durante cuántos años, y que al pagarlo trastoque la economía familiar”.

Además, Blanco cree que este tipo de deudas condicionan la vida educativa y laboral de los estudiantes. “El tener esas deudas obliga aceptar determinados trabajo o unas condiciones laborales ante la urgencia de pagar; o se llega al caso de tener que dejar una carrera porque ésta se alarga y los costes se encarecen”.

LAS TASAS, EL PLAN BOLONIA, EL 3+2… TODO EL PROCESO

Desde el Colectivo de Estudiantes denuncian que este “no es un fenómeno aislado, sino una etapa más de este proceso, que comenzó antes incluso que el Plan Bolonia”.

En este proceso incluyen esta reforma educativa que se inició con el Gobierno de Zapatero y que tuvo siempre una gran crítica por varias de sus condiciones, como la de la asistencia obligatoria a clase, y lo que supone “para la gente que tiene que trabajar para costearse la carrera”.

O el famoso 3+2, que acorta un año las carreras para incluir otro año de máster. “Esto supone ahondar más en el hecho de que se está privatizando la universidad”, insiste desde el Colectivo estudiantil. “Se recurre a especializaciones que no tendrían por qué ocurrir, porque podrían ser incluidas en optativas o en carrera más largas, de 5 años”.

También critican que muchas de las prácticas, los másteres y los doctorados los financien empresas privadas. “Es para usar la mano de obra de los estudiantes”. Así como la nueva ley educativa. «La LOMCE está diseñada para echar a los alumnos de las aulas cuanto antes, a dejar sin opciones», manifiesta en referencia a las criticadas reválidas.

“Cuando salió adelante el Plan Bolonia había mucha gente que alertó de lo que se avecinaba, y ahora se está confirmando lo que temíamos y se está yendo más allá”, añade Blanco. “De hecho, me sorprende personalmente cómo ha surgido de manera repentina. Porque Bolonia fue un proceso progresivo, no vino de repente sino que estuvo muy maquillado pero esto que está pasando los últimos años, todos estos cambios tan repentinos que se vienen dando desde 2011, que comenzó el Gobierno de Rajoy, nos tienen sorprendidos”, asegura.

“TODA ESTA FORMA DE APLICAR LAS COSAS LO ESTÁN HACIENDO PRECISAMENTE PORQUE NO HAY REACCIÓN POPULAR”

La explicación que encuentran a este proceso que se está viviendo con tanta rapidez es que no hay una contestación ciudadana. “Toda esta forma de aplicar las cosas lo están haciendo precisamente porque no hay una reacción popular que sea lo suficientemente fuerte para detenerlo”, creen desde el Colectivo.

A pesar de las movilizaciones que se han llevado a cabo desde el 15M creen que el movimiento estudiantil se ha descafeinado y no está “lo suficientemente consolidado y unido como para poder hacer frente a estas medidas”. Algo que no acaban de comprender. “Por muy apolítico que te consideres, lo desinformado que estés, son cosas que se están dando de una forma tan violenta que no es normal que la gente no se posicione en contra”.

Aunque también reconocen que llega el momento de hacer autocrítica. “Hay parte de culpa nuestra por no organizarnos correctamente. Y estamos en un momento en que queremos hacerlo”, asegura, ya con la mente puesta en las próximas elecciones estudiantiles y el congreso que han organizado los estudiantes el próximo octubre.