Gracias, Buscando Sonrisas

Porque hay historias que merecen ser contadas: Un parque Infantil en Valdecilla que busca sonrisas, que las consigue gracias al esfuerzo,  de familiares y seres queridos. Son buscadores de sonrisas que se resisten a ver el vaso medio vacío. Porque cada gota cuenta. Cada intención convertida en motivo, cada motivo convertido en razón, cada razón convertida en latido y cada latido que nace de corazón. O algo así.  El orden de las palabras solo quiere alterar el producto si se asoma a tu rostro una sonrisa. Colócalas como quieras siempre y cuando ese sea el resultado final.

Y así tantas horas  sin dormir van recobrando su sentido. Y tantos desvelos demostrando que no todo es tristeza y dolor, que se puede soñar despierta colgada de la sonrisa de un niño. Que aunque el camino sea duro hay recodos donde recobrar el aliento. Y seguir. Lugares que hacen que te olvides del lugar donde estás. Que convierten la bata de una enfermera en la bandera blanca de un Juan sin Miedo, porque tener miedo es un acto de valientes. Donde las agujas y las jeringuillas son las sombras del garfio y la espada en el pen-último duelo a Vida  entre el capitán cáncer y los niños de Nunca Jamás: Nunca Jamás dejaré de luchar. Donde el único virus que se contagia es el de la risa.

Porque dibujar una sonrisa a la medida de cada rostro es la mejor de las medicinas: Administrar en caso de fatiga o cierto mal humor. Si tiene alguna duda consulte con su espejo y ríase, ríase porque la risa es revolución. Porque en lo que dura esa carcajada nos creemos capaces de todo. Porque “la risa acaba con el miedo” como diría uno de los personajes de Umberto Eco en El nombre de la Rosa. Y es verdad; la risa acaba con el miedo  o, por lo menos, le planta cara con una sonrisa…:)

Buscando sonrisas con La cuadri del Hospi (Hospital de Cruces)

Quizás por eso existan  buscadores de sonrisas, aquellas personas que se niegan a rendirse cuando la vida viene mal dada. Que no saben ni de edades, ni calendarios. Inventores que hacen del tiempo algo diferente. Consiguen atraparlo en el lazo de un pañuelo anudado a la cabeza. Son piratas de marea baja, de castillos de arena, de sonrisa y mirada llena de vida. Donde el vaso se sigue llenando, gota a gota. Y en cada botella puedes ver el mapa del tesoro más preciado: las ganas de vivir. Personas que hacen de tripas corazón y de latido carcajada. Que saben, aunque no lo digan, que una sonrisa es poesía y que la poesía es un arma cargada de futuro. Y que hacer reír  da la vida, también a ellos:

 “Ríete, niño, que te tragas la luna cuando es preciso. Alondra de mi casa,  ríete mucho. Es tu risa en los ojos la luz del mundo. Ríete tanto que en el alma al oírte, bata el espacio. Porque tu risa me hace libre, me pone alas. Soledades me quita, cárcel me arranca. Boca que vuela, corazón que en tus labios relampaguea. Es tu risa la espada más victoriosa.  Vencedor de las flores y las alondras. Rival del sol. Porvenir de mis huesos y de mi amor. La carne aleteante, súbito el párpado, el vivir como nunca coloreado. ¡Cuánto jilguero se remonta, aletea, desde tu cuerpo! Desperté de ser niño. Nunca despiertes. Triste llevo la boca. Ríete siempre.”

(Fragmento de las nanas de la cebolla de Miguel Hernández).

SE BUSCA: Buscando Sonrisas, porque la risa es la mejor medicina..:)

Buscadores de sonrisas  conscientes de que cada sonrisa va cosida a una lágrima como un roto para su descosido. Pero de que el traje de «payaso» es hermoso porque siempre lleva un siete zurcido. Aunque no lo veas porque  sus costuras cambian en función de la puntada, y del hilo. Pueden estar en cualquier lugar y forma. En el hospital con forma de médico y vestido de médico, con forma de mamá y vestida de mamá, con forma de amigo o de ser querido. Incluso si te miras al espejo tal vez encuentres al otro lado una buscadora de sonrisas.

Hay buscadores de sonrisas que te ponen el termómetro, que te enchufan para la quimio, que te saludan por el pasillo del hospital, que te llevan la comida, que te asean, o que te leen un cuento. Hay buscadores de sonrisas en la cafetería, en recepción. Que van a visitarte a la habitación o que se pasan noches durmiendo junto a tu cama. En todas las esquinas, en todos los rincones. Incluso donde menos te lo esperas.

Por cierto, los buscadores de sonrisas también lloran y se enfadan, también pueden estar, a veces,  tristes y deprimidos. Quizás por eso sean buscadores, o precisamente por eso lo sean. Y son valientes, muy valientes, pero no porque no tengan miedo, sino porque de ese miedo, de esa tristeza, o de ese enfado, nacen sus ganas de buscar. Como Tú.

Cerca de Valdecilla, no muy lejos, en el Hospital de Cruces,  a los buscadores de sonrisas los conocen como “La cuadri del Hospi”. Ellos dicen lo mismo pero cambiado; que a la cuadri del Hospi por aquí les llaman Buscadores de Sonrisas. Que curioso ¿no?..:)

Este vídeo forma parte de un proyecto benéfico de recaudación de fondos para la investigación del cáncer infantil organizado por ellos. ¡Suerte!

Para más información:  http://www.lacuadridelhospi.org/