El cuarto poemario del periodista y escritor santanderino Maxi de la Peña titulado ‘Sobre los márgenes’ (Editorial Fanes) transita por nuevas sendas y se reinventa sin perder su identidad literaria con relación a sus libros anteriores.

El nuevo libro, que consta de cuarenta poemas, será presentado en Santander en Sala de Tres Teatro (C/Tantín, 7) el jueves, 3 de noviembre, a partir de las 20.00 horas.

El poeta Maxi de la Peña

Este mes el autor pondrá la venta su nueva obra a la Feria del Libro de Bormujo (Sevilla) y se realizarán otras presentaciones en Santander, Torrelavega y otros puntos de la comunidad autónoma.

El colofón será la Feria del Libro de la capital cántabra, sin descartar otras ferias nacionales.

‘Sobre los márgenes’ está a la venta en librerías cántabras, en 48 horas en cualquier librería física de España y en plataformas on line, entre ellas la web de Editorial Fanes.

Con esta nueva cita con la poesía, Maxi de la Peña desarrolla una expresión más experimental “para hurgar en la búsqueda del placer y del dolor desde una contienda permanente al transitar en los límites más extremos”, según el propio autor.

«En ‘Sobre los márgenes’ he logrado quitarme el estigma de poeta social, una etiqueta reduccionista y mal comprendida». De la Peña explica que «desde el primer el libro he constatado un crecimiento creativo que me ha llevado a tener una voz propia. No solo es mi percepción, me lo comentan gente del mundo poético».

A este respecto, el escritor sostiene que «han sido cuatro años muy intensos, en los que tenía mucho que decir. Ahora me he quedado vacío. La poesía ha ejercido una potente terapia en mí y necesito un descanso mental para cambiar de registro. Me espera la narrativa, mi campo natural». El escritor santanderino está muy agradecido a todos sus lectores cómplices «que me han dado su aliento».

DE LA INOCENCIA A LA RABIA

Como destaca la poeta Dori Campos en su prólogo “esta obra habla de la lucha, del ser melancólico que ha vuelto sobre sí, por el placer negado del exterior”.

El autor escribe en el registro de una conciencia social interiorizada, pero también de lo íntimo y onírico. A modo de panícula, como el título de uno de los poemas, es decir en un racimo de racimos, eje central del que se originan otros ejes, que a su vez se ramifican en ejes terciarios, “vamos atravesando la inocencia, la ternura, el mundo femenino, la humildad, la rabia, los ideales, la fragilidad”, subraya Dori Campos.

Portada del libro

No se notan las influencias de otros poetas. La prologuista establece dos referencias. ”Tal vez me lleva un poco a Pessoa, a Sylvia Plath”. Y añade: “Es un pensamiento a borbotones que sale a encontrarnos, a comunicarse con la gente, dar fuerza con su mensaje, despertar y proteger”.

Y comenta tres poemas que destaca del libro: “Escribe alguien que se siente al margen. Maxi de la Peña describe en el poema “Motel sin memoria’ el vacío y la soledad: “Ya sé que mi camino está trazado/ sobre los márgenes/ donde me perderé en la negrura/de la noche/desprovisto de gloria”.

También en ‘La mueca de Prípiat’, lo desolador del mal, la visión de la ciudad fantasma por la radioactividad:. “Analizaba tu mueca/ en las hélices del tiempo. El poemario ofrece una inocencia sin defensas. En ‘El regreso’ resultan demoledores sus versos finales: “Cuando regresaste/ desaparecí de la faz de la Tierra./ Mi alma ya no era de este mundo”, afirma Campos.

Otra poeta santanderina, Patricia Fernández, en un análisis titulado ‘Zona Cero’ se adentra otras aristas y explica que Maxi de la Peña “destila supervivencia de los que no le mataron y como buen guía, nos lo cuenta”.

En algunos poemas, explica Patricia Fernández, pareciera haber sido captado el nacimiento de un ángel en plena calle, envuelto en luces de neón, amamantado con cristales rotos del círculo polar ártico, sostenido en una cuna de escamas mecida por los huesos de la autopista.

“Existe en el poemario una revolución, un empuje a mirar nuestra cuerda, ya que si la localizamos será más fácil romperla”, remacha. En ‘Sobre los márgenes’ se confirma Maxi de la Peña como un poeta maduro en el que las imágenes potencian el relato de sus versos.