Bueno para Santander
El nombramiento de Iñigo de la Serna como ministro de Fomento sólo puede ser bueno para Santander. Pero no tanto en forma de inversiones para Cantabria y su capital, que no van a depender tanto del todavía alcalde, sino porque su ansiada salida era necesaria, no sólo para él, sino también para los santanderinos.
La noticia ha sorprendido, a pesar de que De la Serna lleva en las quinielas desde el sábado, desde el mismo momento de la investidura de Rajoy como presidente del Gobierno. Medios nacionales bien informados en Moncloa y en la calle Génova han situado al alcalde de Santander entre los ministrables, junto al de León, Antonio Silván, y la de Logroño, Cuca Gamarra.
Ha sido un poco la fábula de Pedro y el lobo. De tantas veces que se le ha promocionado o se ha autopromocionado para cargos en la capital, ya no lo creíamos, y cuando ha ocurrido ha cogido un poco de sorpresa.
Tantas veces ha sonado De la Serna para Madrid, como sustituto de Gallardón en el Ministerio de Justicia o de Wert en el de Educación, o como número uno en listas al Congreso en diciembre de 2015 y anteriormente en noviembre de 2011, que la aparición de su nombre empezaba a asemejarse al “suena Michel” por cada vacante en un banquillo de equipos de fútbol de cierta importancia.
FOMENTO DEL URBANISMO
Aunque en las últimas horas parecía haber perdido fuerza su nombre, finalmente se ha colado en el Ejecutivo central, en una cartera, Fomento, con mucha relación con su perfil profesional y también político. Ingeniero de Caminos, su trayectoria en Santander ha estado marcada por el urbanismo y los daños colaterales de su planeamiento y de sus obras, con prácticas habituales como las bajas temerarias y los sobrecostes o costes extra.
Su nombramiento es casi una salida de emergencia, por la sentencia del Tribunal Supremo que anula el Plan General de Ordenación Urbana (PGOU) aprobado en 2012, después de una tramitación que heredó en 2007, cuando llegó a la Alcaldía. Anulado su proyecto de ciudad, que todavía puede recibir nuevos varapalos judiciales.
Rajoy no defrauda con la decisión. Dicen del gallego que le encanta jugar al despiste y para la ocasión, para una etapa de Gobierno en minoría parlamentaria y con necesidad de un pacto con Ciudadanos y la abstención del PSOE, su gabinete había vendido que buscaba perfiles dialogantes y con capacidad de comunicación para el Consejo de Ministros.
NI GESTIÓN, NI DIÁLOGO NI COMUNICACIÓN
Bien, pues si De la Serna no está para presumir de gestión, con fracasos tan sonados como los de la Capitalidad Europea, las Smart Cities, la pérdida de la mayoría absoluta en una plaza fuerte del PP como Santander o el diseño de ciudad con un PGOU irreal, tampoco puede presumir de diálogo ni de capacidad comunicativa.
En cuanto a su perfil dialogante, hay que recordar que nunca antes la ciudad había vivido situaciones de crispación institucional como las recientes polémicas con la Fundación Botín, a la que ha llegado a acusar de ofender la memoria de Emilio Botín, o con la Real Sociedad Menéndez Pelayo, que acusa al Ayuntamiento de prentender “okupar con k” las propiedades privadas que en 1935 adquirió a la familia del polígrafo.
La pérdida de la mayoría absoluta y un escenario de necesidad de diálogo con las fuerzas de la oposición le ha llevado a explorar uno de los primeros pactos opacos tras la irrupción de Ciudadanos, muleta del poder en Santander, y a perder los nervios con los concejales de los nuevos partidos.
En este sentido, su papel activo en la expulsión del concejal de Santander Sí Puede, Antonio Mantecón, le ha llevado a un enconamiento por el que el ahora ministro de Fomento tendrá que afrontar, presumiblemente, una querella por excederse en unas acusaciones en rueda de prensa en las que invadió derechos fundamentales del edil de la oposición.
Ni siquiera se puede decir que tuviera una buena relación con su propio partido, con el que ha escenificado importantes desencuentros y siempre ha sembrado en ciertos círculos una mala relación con el presidente del Partido Popular de Cantabria, Ignacio Diego, que le destituyó de vicesecretario general y De la Serna renunció a su acta de diputado regional (2011), recién estrenada la mayoría absoluta del PP tras el tsunami post 15-M.
En Santander, entre 2011 y 2015, ha coincidido el PP en todas las administraciones, central, autonómica y local, y nunca se concretó en avances de los grandes proyectos siempre pendientes en la ciudad. Y cuando ha gobernado Cantabria el PRC-PSOE, en las legislaturas 2007-2011 y desde 2015, De la Serna se ha sentido siempre más cómodo en una estrategia de confrontación y muy poco diálogo.
LA HIPÉRBOLE POLÍTICA
En cuanto a su capacidad de comunicación, De la Serna ha dado bandazos, con una importante tendencia a la exageración, la hipérbole como forma de vender sus políticas. Así, para destacar la potenciación de las Fiestas de Santiago, desde el balcón del Ayuntamiento llegó a decir que “más quisieran en Pamplona que unas fiestas como las de Santander”.
Y así casi siempre, con muchos proyectos que nos iban a poner en el mapa, y la búsqueda de un ‘gran’ evento que, fracasado el intento de la Capital Europea de la Cultura, tuvo que ser un Mundial de Vela con grandísimas carencias organizativas, sacado adelante por héroes anónimos y comprometidos con ciertas figuras, y con una deuda de un tamaño que todavía desconocemos. Y obras cuestionadas, como la Duna de Zaera.
INFOGRAFÍAS Y ALEJAMIENTO
En ausencia de cosas tangibles, su principal herramienta de comunicación ha sido la infografía, llenando portadas de periódicos con una ciudad idílica, que no existe. Algo que quiso enmarcar en un ‘nuevo Santander‘ que pecó del mismo “alejamiento de la realidad” que pesa sobre su proyecto de ciudad, el PGOU, la carta magna de cualquier Ayuntamiento, anulado en los tribunales.
De la Serna lleva la mayoría de los nueve años que ha estado como alcalde ambicionando un cargo en Madrid y utilizando al Ayuntamiento de Santander como trampolín para dar el salto a la capital del Reino. De facto, empezaba a pasar más tiempo fuera de la ciudad, en viajes nacionales e internacionales de proyección personal pero de dudoso retorno para el municipio.
El abandono de sus obligaciones en la ciudad lo ha pagado él mismo en las urnas, su equipo más cercano de colaboradores en forma de mayor estrés, que llevaron a pérdidas importantes entre activos del partido que controlaban el tejido asociativo tradicional. El resurgimiento de un movimiento vecinal en Santander le llevó a cometer gravísimos errores.
CONFRONTACIÓN: DE LOS PARTIDOS AL CONTRA TODO
Confrontó hasta con una anciana de 86 años, Amparo Pérez, que terminaría muriendo a los pocos días de que el Ayuntamiento derribara su vivienda. De pena. Y llegó a vincular la aparición de distintas plataformas vecinales especialmente críticas con el urbanismo del PP, a una “plataformitis”, un término que denota infección en lugar de diálogo o participación.
Tras su perfil amable, de alcalde guapo, ingeniero y que habla inglés, se esconde un carácter muy fuerte, alérgico a la crítica política y a las informaciones negativas para sus intereses. En su relación con los medios de comunicación, cabe destacar que ha presionado con fuerza, hasta copar la sección de las cartas al director en contra de una columnista de El Diario Montañés, Olga Agüero. Tendrá que modular en Madrid. No nos le imaginamos escribiendo una carta a Cebrián pidiendo la cabeza de Jabois; o sí.
Su abandono de Santander, que él mismo se encargó de sugerir antes de las elecciones municipales de mayo de 2015, estaba anunciado. En campaña, algún candidato llegó a preguntar directamente por su compromiso con la ciudad. Ha sido en el Gobierno de Rajoy pero también podía haber sido en la empresa privada.
Y puede ser bueno para todos. Para él, sin duda; para muchos cargos que están ya suspirando por ser nombrados; para Santander, que ahora tiene la oportunidad de buscar nuevos liderazgos con otras maneras de entender la política; para Cantabria, si De la Serna hace valer su posición en Fomento para lograr proyectos para reactivar esa obra pública que clama por proyectos.
Pero por ahí también se vislumbra un nuevo capítulo de esterilidad para Cantabria, en ese teatro de confrontación con Miguel Ángel Revilla, presidente de Cantabria con toda la bula en las grandes plataformas mediáticas.
Beccaria
Brillante
Anonimus
un articulo asi sobre gente del PSOE y el PRC sois capaces?? ah no! que teneis un contratito a dedo con el Gobierno
andrade
Es un anuncio muy cierto.
Y lo de la anciana , es de pena.
Juan Montero
Aquellos que os seguimos sabemos de vuestra fobia a De La Serna – algo respetable porque cada uno tenemos las filias y fobias que nos da la gana -, pero en esta especie de ajuste de cuentas se os ha ido la mano: ni una sola virtud del Sr. De la Serna. Os ha faltado pintarle cuernos y rabo porque después de leerlo creo que Satán es un becario de este señor. Lo cual me preocupa porque deja en muy mal lugar a los conciudadanos que le han votado mayoritariamente (yo no voto PP, lo cual no me impide reconocer que la ciudad ha cambiado en muchas cosas para bien).
Pues no
Pues no veo por qué va a ser bueno para Santander. Es bueno para él. Malo para España. Pero para Santander es indiferente porque va a seguir gobernando el PP y por tanto los mismos que lo dirigen.
jesús
¿El Alcalde mató a la anciana?. que cosas.Es imposible que una persona lo haga todo mal