Samuel (nombre ficticio), 17 años, en la entrevista concedida a EL FARADIO || Imagen: Guillem Ruisánchez

Podemos Cantabria ha afirmado que han tenido conocimiento que el caso de Samuel «no es único en nuestra comunidad» y que podría haber otros dos MENAS (Menores Extranjeros No Acompañados) «en la misma situación».

En una nota de prensa, Podemos ha expresado su «más absoluto rechazo» a la orden de expulsión tramitada contra Samuel (nombre ficticio), un menor camerunés al que la Delegación del Gobierno ha vuelto a abrir el procedimiento de expulsión, en un caso que ha reactivado el Gobierno de Cantabria cuando ya estaba archivado, como ha adelantado este jueves EL FARADIO.

“El caso de Samuel es un paradigma de la actuación de este Gobierno frente a migrantes y personas refugiadas. Mientras alardea de solidaridad, sus actuaciones demuestran una carencia de humanidad deleznable”, han criticado desde la formación morada.

Como han recordado, en el caso de Samuel se le practicó una radiografía para determinar su edad, sin su consentimiento, cuando tenía 15 años y a pesar de que «esta práctica es considerada ilegal según la ONU por vulnerar los derechos de la infancia y tener un alto grado de error».

Posteriormente, Samuel pudo acreditar su edad al tramitar su pasaporte en la Embajada de Camerún y el Gobierno de España anuló la orden de expulsión, acogiéndose a la jurisprudencia del Tribunal Supremo que avala la validez del pasaporte para acreditar la edad de un menor y que afirma que no se puede someter a pruebas médicas a menores con documentación válidamente expedida por las autoridades de su país.

Sin embargo, la formación, recalca que el Gobierno de Cantabria no sólo no tramitó su tutela administrativa y su permiso de residencia «a los cuales tiene derecho», sino que acusa a la Consejería de Asuntos Sociales, departamento que depende de la vicepresidenta Eva Díaz Tezanos (PSOE) de «saltarse el derecho internacional y nacional que protegen al menor para tramitar de nuevo la orden de expulsión».

«Nos parece de una inhumanidad e ilegalidad terribles”, han concluido.