Fracaso y caos en Ginebra III
(Artículo publicado originalmente en la revista de UNITAR. el Instituto de Naciones Unidas para la Formación y la Investigacion)
Era un hecho. Las conversaciones de paz, iniciadas en Ginebra por EEUU, Rusia, el gobierno sirio, la oposición policial del país levantino y mediadores iraníes y turcos, junto al relator de la ONU, Stefan de Mistura, cayeron en saco roto y en el fracaso más vergonzoso.
Desde el 26 de enero de 2016, tras la campaña aérea contra el DAESH por parte rusa desde septiembre de 2015 y la implicación gala desde los atentados de París, el grupo integrista, considerado la mayor amenaza geopolítica, se había debilitado. Las Naciones Unidas optaron por iniciar una ronda de contactos, abocada al desastre desde sus inicios. La oposición moderada y política reclamaba un futuro en el país sin Bashar Al Assad, el cual debería ser juzgado por crímenes de guerra y lesa humanidad.
El gobierno sirio hizo saber de inmediato al secretario de estado de EEUU, John Kerry, que es opción no era visible, ni la de un exilio dorado del ácrata en Moscú, Teherán o Minsk. Del mismo modo, no aceptaban que dos de los principales portavoces de la oposición política fuesen el antiguo jefe de gobierno Riyadh Hijabi, que desertó a Jordania en 2012 y Mohamed Alloush , hermano del líder de la milicia salafista “Ejército del Islam”, Zahran Alloush, fallecido en Diciembre de 2015 y del que se creía, esta involucrado en ataques con armas químicas en Ghouta y Doum’a.
Además, los negociadores rusos, a través de su canciller, Sergei Ivanov, apoyaron a Damasco, al afirmar que EEUU, Catar, Arabia Saudí y Turquía, habían hecho oídos sordos e incluso armado a los grupos rebeldes fundamentalistas, desde el Frente Al Nusra (rama local de Al Qaeda en Siria), como al DAESH -sobretodo en lo relativo al contrabando de petróleo e hidrocarburos a través de la frontera turca y el Kurdistán-.
Lo más importante es mantener el actual impulso para poder hablar en el futuro sobre un Gobierno [de unidad], de una reforma constitucional o de la celebración de elecciones [previstas en 2017] en la hoja de ruta suscrita en Viena el pasado noviembre, señaló de Mistura en palabras a la prensa.
Todo cayó en saco roto. Una administración, como la de Assad, respaldada por Teherán, Moscú y el Hezbollah libanés (como actor no estatal), tras la toma de Tadmur/Palmira y la eliminación de diversos líderes integristas, junto a una población desplazada/exiliada y agotada por 5 años de guerra, amén de el choque entre Washington-Bruselas y Ankara, optando por una federalización de Siria -e Irak, por ende- en cantones, para así controlar desde el Kurdistán a Latakia y la negativa global de los aliados del gobierno Baazista, causaron el fallo completo de dicha iniciativa.
Las perspectivas futuras no son halagüeñas, máxime tras la llegada de previsible una Administración Neoconservadora a EEUU, tras la victoria de Donald Trump en las elecciones presidenciales del 9 de pasado Noviembre. Tras John Kerry, su posible sucesor, Newt Gringich, es conocido como un halcón anti Assadista.
Pero la realpolitik del aislacionismo, quizás de pie a una limitada presencia de EEUU en Oriente Medio tras los fracasos encadenados desde 2003 con la desastrosa invasión de Irak. Es probable que los subsiguientes “diálogos de paz”, lleven la batuta de Moscú y Teherán, o Moscú y Ankara, tras el deshielo de Vladimir Putin on Recep Tayyip Erdogan, tras el derribo de un avión ruso sobre Siria por las Fuerzas Armadas Turcas, quienes incidían en que el caza había violado su espacio aéreo. Pase lo que pase la ronda de negociaciones, será sin duda larga, tediosa y virulenta.