Reikiavik, el tablero de ajedrez de la Guerra Fría
Reikiavik, el montaje que llega este fin de semana al Palacio de Festivales, es una obra con diferentes significados: por un lado se trata de una obra sobre el ajedrez, ese arte que, como la vida misma, consiste en memoria e imaginación; además de ajedrez, es una obra sobre la Guerra Fría y ante todo ello, sobre los hombres que viven las vidas de otros.
En ella, Bailén y Waterloo actúan unidos y a la vez que separados por un tablero, pero no juegan al ajedrez, ellos juegan a Reikiavik, evocando la figura del mítico Bobby Fischer,
No están solos en esta partida, en la que se mueven piezan como Boris Spasski, el árbitro alemán, el guardaespaldas islandés, la madre de Bobby, la segunda esposa de Boris, las novias que Bobby no tuvo, cien niños despidiendo a Boris puño en alto en el aeropuerto de Moscú, Henry Kissinger, el fantasma de Stalin, el Soviet Supremo, el caballo negro amenazando al alfil blanco, los padres ausentes, los campeones muertos…
Con esos nombres que remiten a grandes batallas, porque Mayorga nos habla de la guerra, unos Bailén y Waterloo acostumbrados a actuar en parejas, jugarán por primera vez con la ayuda de un tercero: un muchacho extraviado. Y lo harán con una pasión jamás vista.
Con ello, no sólo buscan comprender qué sucedió realmente en Reikiavik o qué estaba realmente en juego en Reikiavik, sino que en realidad Waterloo y Bailén buscan un heredero.
UN EQUIPO COMPLETO
El texto y dirección corren por cuenta de Juan Mayorga que contará con la ayuda de Clara Sanchís, mientras que la interpretación será llevada a cabo por Daniel Albaladejo, Elena Rayos y César Sarachu.
La escenografía y vestuario estará gestionada por Alejandro Andújar; la Iluminación, por Juan Gómez-Cornejo y la Imagen, por Malou Bergman.
En el caso del sonido, Mariano García, al tiempo que las fotografías correrán por cuenta de Sergio Parra y el cartel ha sido diseñado por Isidro Ferrer.
La actuación se desarrollará los días 13 y 14 de enero, viernes y sábado respectivamente, a las 20:30 horas en la Sala Pereda, con dos tipos de localidades, las A que tienen un precio de 25 euros, mientras que las localidades D oscilarán entre los 10 y los 14 euros.
La obra tiene una duración de 105 minutos sin descanso intermedio.