“A una voluntaria se le murió un bebé en el coche”
El pasado 2 de febrero Fátima Figuero regresó de Grecia, donde diez días antes había vuelto para repartir toda la ayuda posible que recauda la Asociación de Ayuda al Refugiado y Comunidad Solidaria Cantabria Actúa desde nuestra región.
La idea era recoger un container con ropa que se mandó hace meses, en primer momento con destino a los campamentos de Líbano y después trasladado a Grecia por problemas logísticos. Sin embargo, la mala mar y el temporal ha impedido que el container haya llegado a tiempo a la costa griega.
En su lugar, ha gastado prácticamente los 2.000 euros recaudados en la cuenta de la asociación y aportado por los socios. Los utilizó en ayudas directas a las personas refugiados, entregándoles maletas, ropa nueva y diferentes enseres entregadas desde Cantabria.
También, junto con un voluntario canadiense, ha trabajado para lograr que un campamento militar que estaba tirando comida, les dejara llevarse 1.000 raciones para distribuirlas entre las casas y hoteles abandonados y escuelas donde los refugiados están recluidos.
“MUCHOS VIVEN EN EDIFICIOS ABANDONADOS SIN INSTALACIÓN ELÉCTRICA NI AGUA”
La situación que se vive en el país heleno es dramática tal y como nos cuenta Figuero. “Siguen los horrores del año pasado pero la desesperación de la gente ha aumentado”, asegura. “No se puede matar la moral del ser humano de esta manera, ya les están matando en vida. ¿Hasta cuándo vamos a estar así?”.
Y es que, aunque el foco de las noticias haya dejado de estar sobre el país, Fátima insiste en que “Grecia está teniendo un problema inmenso y nadie les está ayudando”. En el país hacen falta sobre todo médicos y una correcta asistencia sanitaria.
“Los hospitales están lejos”, denuncia. “Las calles están sucias y hay muchos griegos en la calle que se suman a todos los desplazados”, destaca, asegurando que la indigencia está golpeando a muchísimos griegos, y en los campamentos de refugiados cada vez son más comunes enfermedades como bronquitis, sarna o pijos en los niños.
Fátima cuenta que también “hacen falta abogados que atiendan a niños y jóvenes que pasa el tiempo, llegan a la mayoría de edad y sus programas de reunificación con las familias en países europeos no se están llevando a cabo”.
También están eternizados y paralizados muchos trámites legales para que estas personas sean alojadas dignamente y tengan acceso a colegios. “Muchos viven en edificios abandonados sin instalación eléctrica ni agua caliente, ni ventanas. Duermen en el suelo frío, tapados con esterillas o tapando las ventanas con mantas. En la más absoluta miseria”, refleja Fátima.
La voluntaria cántabra relata a EL FARADIO un caso concreto para mostrar el horror que se vive día a día. “Había una familia con un bebé con problemas respiratorios que les recomendaron salir del campamento pero, ¿dónde iban a ir? Al final el bebé sufrió un ataque y, aunque llamaron a la ambulancia, ésta tardó 3 horas en llegar. Entonces una voluntaria trató de llevarlos al hospital y finalmente el bebé se le murió en el coche de camino”.
TEAMING PARA AYUDAR A LA ASOCIACIÓN
Tras vivir estos horrores, Fátima ha vuelto a Cantabria buscando hacer crecer la asociación para conseguir llevar más ayuda a los refugiados y a los voluntarios que se desviven en persona por ellos.
Para ello, además de la opción de hacerse socio de la Asociación, la Comunidad Solidaria Cantabria Actúa ha creado una página de teaming, que es como se denominan a las aportaciones mensuales de un euro a las que pueden unirse aquellos que no son socios.
Además, este domingo, día 12, El Café de las Artes Teatro de Santander ha organizado un ciclo merienda cuya recaudación irá íntegra a la asociación.
Se trata de ‘Las Mariposas de París’, una historia acerca de una época, acerca de un lugar pero sobre todo una historia acerca del amor; que se interpretará el domingo en doble función, a las 12.30 y a las 17.30 horas.