Las obras en la Bajada de Polio, adjudicadas por el cuestionado método de la baja temeraria –precios más bajos que los planteados por la propia Administración, que acaban repercutiendo en la calidad del proyecto o en sobrecostes, como sucedió en el vial de Amparo —se están retrasando.

El comienzo de las obras en Polio

El secretario general del PSOE y portavoz municipal en Santander, Pedro Casares, vinculaba el retraso con la fórmula de la baja temeraria, autorizada por el Ayuntamiento en lo que es una práctica recurrente en esta institución que causa malestar en el sector.

Casares afirma que la obra está generando problemas en el tráfico entre la avenida de General Dávila y la avenida de Los Castros “afectando a los vecinos de esa zona de la ciudad”.

En concreto, la obra de reordenación de la Bajada de Polio se adjudicó a la empresa SIEC con una baja temeraria del 40%. El proyecto para ensanchar la calle se licitó en enero de 2016 con un presupuesto de 1.156.000 euros y un plazo de ejecución de seis meses, y se adjudicó finalmente en junio de 2016, con un presupuesto de 694.177 euros.

Desde el 23 de junio de 2016 se cortó el tráfico en este vial, obligando a emplear recorridos alternativos para desplazarse entre la avenida de los Castros y General Dávila. Los trabajos acumulan ya un retraso de dos meses.

Para el líder de los socialistas santanderinos, las obras deberían hacerse “cumpliendo escrupulosamente los plazos para alterar lo menos posible la movilidad en la zona”.

“Los retrasos en esta obra confirman lo que denunciamos, que siempre queda la duda sobre si la rebaja de precio es la causa de que al final la calidad de las obras y materiales sea menor, o como en este caso, se incumplan los plazos” concluye el portavoz socialista.

Por último, Pedro Casares pide que se exija el cumplimiento de los plazos establecidos en las obras de la ciudad, “para generar la menor distorsión posible en la vida diaria de los santanderinos”. “O que se expliquen los retrasos para que la gente pueda estar informada, siendo más transparentes” concluye.

SIN CONSECUENCIAS PARA LAS EMPRESAS

En principio, si una empresa no cumple los plazos del contrato debería ser penalizada con una sanción económica.

Pero en Santander la tendencia es que el Ayuntamiento perdone esas sanciones al atribuirse a sí mismo o a factores externos la responsabilidad de los retrasos, de modo que la culpa deja de ser de la empresa, que queda liberada así de consecuencias.

Así sucedió con la reordenación a cargo de Teginser (la empresa que ha hecho el parque de La Remonta) de la Plaza del Centro Cultural Doctor Madrazo, cuyos retrasos se achacaron a la lluvia en uno de los otoños más secos que constan..

O al incumplimiento, por dos veces, del plazo de los cráteres de Tetuán, del que se culpó a la aparición de un transformador eléctrico o a las peticiones vecinales y que acabó repercutiendo en un ingreso extra para COPSESA por unas obras complementarias que se adjudicaron a través de un contrato menor.