Miércoles 15 de marzo de 2017, 22:30 horas. Sito en mi lúgubre salón, me encuentro solo frente a mi televisor. Hora y día indicados. Sintonizo Telecinco, y ahí sale Él. Don Miguel Ángel. Aguarda impaciente la llegada de Bertín Osborne, quien bromea diciendo que está «por Burgos».

Tras unos segundos de tensión, ambos se encuentran frente a la estatua de Don Pelayo. «Todo empezó aquí» afirma Revilla. Los siguientes dos minutos los dedicará a relatar, a su manera, las hazañas del que fuera el primer monarca del Reino de Asturias allá por el siglo VIII. Y aquí comienza el esperpento. Don Miguel Ángel, en un alarde de cosmopaletismo y provincianismo máximo, aprovecha la ocasión para reclamar Cantabria como tierra natal del héroe. El final de este plano secuencia nos deja a Revilla colocándole una pulsera del Año Jubilar Lebaniego a la estatua de piedra, regalándole del mismo modo otra a Bertín Osborne.

Por supuesto desde este momento yo me encuentro de pié en mi salón, gritándole a la televisión. (querida LG de 22 pulgadas, tú no tienes ninguna culpa de esto. Espero que algún día leas este mensaje. Lo siento) Pero hay que ser fuertes, hemos venido aquí a ver cómo se promociona Cantabria en horario de máxima audiencia. 95 minutos en total, vistos por millones de espectadores.  Una ocasión increíble para vender Cantabria, su gastronomía, sus parajes inigualables, etc. Qué bien, pienso. Acto seguido recapacito, y tengo la sensación de que no todo va a ser así. Que en realidad no se va a hablar tanto de Cantabria, y sí quizás sobre la magna figura de Don Miguel Ángel. Lo compruebo cuando se produce el siguiente diálogo entre Él y Bertín Osborne:

            – (…) es una tierra maravillosa esta, es una pena que España no conozca esto la gente (sic)

           – Que bueno Miguel Ángel, te iba a decir yo, tú me ibas a enseñar una casa, ¿no?

El propio Bertín cortando tajantemente con el discurso promocional de Don Miguel Ángel. Será posible, musito. Pero no, aquí no se ha venido a hablar tanto de Cantabria. Ni siquiera de Su Libro como en otras ocasiones. Para ahorraros la espera, queridos lectores, he hecho un gráfico de todo lo hablado durante el programa. Lo reproduzco a continuación:

Por dónde empezar a comentarlo. Quizás por el resume final. Cerca de cuatro minutos dedicados únicamente a hablar de la figura de Don Miguel Ángel. Lo sincero que es. Lo directo y claro que habla. Todo esto con la voz de Bertín de fondo, por supuesto. Por si nos quedaba alguna duda de que este programa tenía como finalidad principal promocionar la imagen de Don Miguel Ángel, comentaré las múltiples ocasiones en las que aparecen imágenes suyas en distintos contextos: colgadas de las fachadas de edificios, en la cima de alguna montaña, sobre rocas con fondo verde, etc.

Por si queréis forraros una carpeta

En este momento siento la necesidad de aclarar que no es nuestro Kim Jong-Un particular, no es un amado líder al que todos adoremos en plazas públicas. Y por supuesto, no, las imágenes de Don Miguel Ángel no cuelgan de los árboles como si fuesen naranjas a punto de caer.

El programa nos deja, no obstante, con otros momentos en que Él hace alarde de esa posverdad que tan bien le funciona fuera de Cantabria, dedicando por ejemplo doce minutos a hablar de la boda en 2004 de los Príncipes de Asturias. Merece especial mención cuando, hablando de Crónicas Marcianas, Don Miguel Ángel comenta: «Sardá dijo que el programa mandaría un millón de pesetas a quien haya grabado mi intervención en Canal 8, porque claro entonces aún había pesetas». Es una lástima que la peseta hubiese salido de circulación dos años antes, el 28 de febrero de 2002.

Llegamos a la parte en que Don Miguel Ángel se sincera y habla de sus creencias. «La extinción de los dinosaurios da lugar a otra especie, esto no es casualidad» dice, refiriéndose a la posible existencia de una inteligencia creadora. «Jesucristo era un tío increíble en las cosas que decía«. Una movida eso de los panes y los peces, tiene toda la razón Don Miguel Ángel. Poco tiene que ver con Cantabria la vida de un señor nacido en Belén, pero me diréis que no se os hace bola eso de multiplicar panes y peces. Para otro día dejamos el comentar cómo este programa sirve para dejar de necios y paletos a personas como Jose, un supuesto nativo de Liébana, que viene de cortar leña para la lumbre, y que dice no conocer de nada a Bertín Osborne. También prefiero no comentar eso de los 150 días de viento sur, o la afirmación de que «aquí apenas llueve». Sólo 129 días al año según la AEMET.

Sería de necios negar que durante los 95 minutos que duró el programa sí hubo promoción del Año Jubilar Lebaniego. En total, cerca de 5 minutos se dedicaron al año santo. Es una lástima que se dedicasen casi tres veces más a hablar de la boda de los Príncipes de Asturias, o hasta 5 veces más a conversar con su mujer sobre si le ha puesto los cuernos alguna vez o no.

Aunque casi igual de necio hay que ser para ir a vender lo verde que es Cantabria, los parajes naturales tan maravillosos que tiene, la naturaleza de la que aquí disfrutamos, cuando Él es el artífice de uno de los mayores esperpentos urbanísticos ejecutados en Cantabria:

Esto no es posverdad, esto es una realidad. Como leía en Twitter, si no hubiese sido por la crisis, Don Miguel Ángel hubiese dejado Cantabria como el parking del Carrefour. A diez ovejas y dos ardillas les gusta esto.