Tras las elecciones municipales de 2011, en las que fue cabeza de lista por el PSOE de Santander a la Alcaldía, sin éxito, y todo lo que vino después, Eugenia Gómez de Diego no se planteaba muchos más retos en el mundo político.

Hasta que un domingo recibió la llamada de Carme Chacón, fallecida esta semana de forma repentina por problemas de corazón.

La que fuera ministra de Defensa, y antes de Vivienda, se postuló para disputar la secretaria general del PSOE frente al cántabro Alfredo Pérez Rubalcaba, ministro del Interior, quien resultaría ganador.

Eugenia Gómez de Diego

Y quiso que la representante en Cantabria de esa corriente crítica dentro del PSOE fuera Gómez de Diego, firmante del manifiesto «Mucho PSOE por hacer».

“Ya entonces algunos defendíamos otra manera de hacer política, de ver lo que estaba pasando en la calle y como el partido no estaba respondiendo”, evocaba en EL FARADIO DE LA TARDE esta abogada santanderina.

Era en pleno post 15M, el estallido de indignación en las plazas al que la candidatura de Gómez de Diego a la Alcaldía ya lanzó algún guiño en su campaña electoral.

Todavía quedaba lejos la crisis del bipartidismo y el surgimiento de nuevos partidos como Podemos o Ciudadanos, eran tiempos anteriores a fenómenos que hoy nos parecen parte del paisaje post-crisis: el auge del activismo antidesahucios, era la época previa a las tarjetas black, las tertulias televisivas o la acumulación de casos de corrupción. Hasta había otro rey.

“Yo estaba poniéndome en duda muchas cosas, y su llamada me cargó las pilas”, admitió Gómez de Diego, quien califica el estilo de “liderazgo” de Chacón como “compartido” y “muy emocionante”, por lo que guarda “recuerdos muy bonitos” de su contacto con ella.

«LAS MUJERES NOS VEÍAMOS MUY IDENTIFICADAS CON ELLA»

Gómez de Diego no llegó a conseguir el reto de ser la primera alcaldesa de Santander: faltaban cinco años hasta que la ‘popular’ Gema Igual relevara a De la Serna tras su marcha a Madrid.

Desde esa perspectiva, de mujer, de política y feminista, Gómez de Diego señalaba que “las mujeres nos veíamos muy identificadas con ella” gracias a “esos hitos” –ese “manden firmes” pasando revista a las tropas estando embarazada—que dejaron imágenes “que han pasado a la historia de nuestro país”, “rompiendo techos” y llegando “a niveles a los que las mujeres no habían llegado”.

“Y llegó pisando fuerte”, apostilla Gómez de Diego –hoy alejada de la política activa y ejerciendo su profesión de abogada que le ha llevado a pleitear con una Administración socialista en defensa de Samuel, un menor extranjero no acompañado–, que destaca de Chacón su “sonrisa dulce”, su carácter “entusiasta, trabajadora e inconformista”, “muy generosa”.