El incremento de la preocupación por la calidad en la red de cercanías, plasmada en iniciativas como las Mesas de Movilidad y su reciente encuentro en las instalaciones de Feve, lleva a la convocatoria, este sábado, de una concentración reivindicativa.

Será este sábado, 22, a las 12.00 horas, en la Plaza de las Estaciones de Santander, con el apoyo de las Mesas de Movilidad del Besaya y la Bahía y la Plataforma Cantabria por lo Público y Sin Recortes, que apelan en su convocatoria a la necesidad de un tren “público, social y sostenible”.

El debate sobre la alta velocidad ha pasado a ser el debate sobre la mejora de la red ferroviaria convencional

Lo hacen preocupados porque los trenes de cercanías, regionales y nocturnos de largas distancias estén “amenazados de recortes en la inversión pública debido a la falsa estabilidad presupuestaria y la falsa racionalización del gasto mientras el Gobierno de España se vuelca en los apoyos al automóvil, transporte de mercancías por carretera (camión), avión y el tren elitista de alta velocidad (AVE)”.

Y se apoyan en datos como el hecho de que en los últimos presupuestos estatales se destinaron en torno a 2.000 millones de euros para la construcción de nuevas carreteras y autovías, 3.500 millones para la construcción de nuevas líneas AVE y apenas 150 millones para nuevas líneas de trenes de Cercanías.

Tal y como detallan, el AVE movió durante el año 2016, 18 millones de viajeros, mientras que las Cercanías movieron más de 500 millones. En Cantabria, el operador público movió cerca de 4 millones de pasajeros: Renfe Cercanias movió más de 1 millón, y FEVE, cerca de tres.
También argumentan con cifras económicas: mantener un kilómetro de vía de AVE cuesta al año 100.000 euros mientras mantener un Km de vía convencional cuesta 10.000 euros, es decir 10 veces menos.

Y a pesar de que estos últimos mueven a lo largo del año 27 veces más viajeros que el AVE, todo el presupuesto de RENFE es de solo 600.000 euros al año, es decir, cinco veces menos que la inversión destinada a nuevas líneas AVE.

“Los intereses vinculados a la construcción de nuevas infraestructuras, una política de transportes que solo apuesta por la carretera, la aviación y los trenes AVE, junto a la distorsión/excusa de la estabilidad presupuestaria, tratan de justificar la privatización de los servicios públicos y se amenaza con nuevos recortes en las Obligaciones de Servicio Público ferroviario, como el ministro de Fomento ha recordado recientemente. A ello se unen los avisos del cierre de estaciones en las comarcas rurales”, señalan entre las causas.

A las que suman las normas europeas que tienden a potenciar la privatización de las líneas ferroviarias, “satisfaciendo así los intereses de las grandes empresas ferroviarias de entrar a gestionar y lucrarse con las líneas que consideren rentables”. “Las otras, las que simulan no ser rentables según las leyes del mercado, evidentemente no”, apostillan.

UNA PREOCUPACIÓN QUE CRECE

El pasado mes de marzo, las Mesas de Movilidad de Cantabria convocaron un acto informativo en el vestíbulo de la estación de FEVE de Santander para denunciar el estado de abandono que sufre el servicio de FEVE por la falta de inversiones en infraestructura y personal.

Las Mesas de Movilidad, tanto en el Besaya como en el Arco de la Bahía de Santander llevan meses con el foco puesto en el deterioro del servicio de los trenes de Cercanías FEVE y RENFE, en sus líneas Santander-Cabezón, Santander-Liérganes y Santander-Reinosa.

Estas mesas reclaman inversiones urgentes por parte del Ministerio de Fomento, tanto en infraestructura como en contratación de personal que frenen el deterioro del servicio que denuncian que está causando verdaderos quebraderos de cabeza a los usuarios del transporte público: problemas como la anulación de trenes o las incidencias en las líneas, pero también por los aumentos de los tiempos en recorrer las líneas.

Entre las peticiones de las Mesas de Movilidad de Cantabria se encuentran la creación de un Consorcio de Transportes, como hay en otras comunidades autónomas, para coordinar las infraestructuras de cercanías, o una tarjeta monedero única que combine distintos medios de transporte.