Villar Mir, el marqués de Ferroatlántica
Juan Miguel Villar Mir se acaba de sumar a la nómina de investigados (al artista anteriormente conocido como imputado) en la operación Lezo, la que afecta al expresidente madrileño con el PP Ignacio González.
Su empresa, la constructora OHL, está acusada de pagar una mordida de 1,4 millones de euros para conseguir una adjudicación.
En el Consejo de Administración de esta empresa se sienta Javier López Madrid, que es yerno de Villar Mir, y amigo personal de los actuales reyes (el famoso ‘compiyogui’). Villar Mir fue ministro de Hacienda en el primer Gobierno de la Transición.
Es una figura con amplio peso social en Cantabria, presente en muchos eventos, como el reciente acto institucional en FITUR. Fue Villar Mir quien presentó a Revilla en su intervención en el elitista club Siglo XXI, así que seguramente no veréis muchas alusiones a su nombre en sus intervenciones televisivas contra la corrupción.
DE DOMINIO PÚBLICO AL DOMINIO DE LO PÚBLICO
En Cantabria, el principal signo de la presencia de Villar Mir es Ferroatlántica, empresa del sector del metal que tiene una planta en Maliaño.
Ferroatlántica (hoy dentro del grupo Ferroglobe) está siendo noticia por una doble operación en sus plantas cántabra y gallega: se trataba de vender sus centrales hidroléctricas en Galicia para financiar inversiones, y pedía apoyo social –sindical- como recurso para conseguir a su vez el visto bueno de las instituciones. En el proceso ha llegado a amenazar con el cierre de plantas allí y se ha logrado dividir a los sindicatos.
Y aunque cuando se aprobó la reforma de la Ley de Costas siempre se destacó como destinatarios a los propietarios de empresas en el polígono de Raos, -como siempre destacaron el propio PP y organismos como la Cámara de Comercio, presidida por Modesto Piñeiro- lo cierto es que, sin tanto foco, fue Ferroatlántica la principal beneficiaria de esta decisión.
La reforma de esta ley, aprobada inicialmente en 1988 y reformada la pasada legislatura con el PP en el Gobierno central, fue promovida por la senadora del Partido Popular Leticia Díaz, quien también fue consejera de Presidencia y Justicia del anterior Gobierno de Ignacio Diego.
La fábrica invade en un 45% dominio público, gracias a una concesión –el permiso que dan los Gobiernos para desarrollar actividades en zonas con determinadas particularidades- que expiraría en 2018.
Ya en su momento, la organización ecologista Greenpeace habló de “conflicto de intereses” al figurar Villar Mir como donante al PP en los papeles de Bárcenas, el extesorero, y ser beneficiado por una ley aprobada desde un Gobierno del mismo partido. En ese momento, el ministro de Medio Ambiente era Miguel Arias Cañete, y apenas hace dos semanas el grupo ha recibido préstamos del Gobierno central.
Ferroatlántica ha sido protagonista de varias ediciones del informe ‘Destrucción a toda costa’ en el que la organización ecologista repasa retrocesos y puntos negros en la protección de litoral.
CONSTRUCCIÓN, UNA DE LAS GRANDES… TOCADAS
La otra gran pata del negocio de Villar Mir es la constructora OHL, una de las grandes del panorama nacional, resultado de sucesivas fusiones.
Es una empresa en una difícil situación económica (pérdidas de 432 millones el año pasado), que acaba de anunciar hace meses un plan con medio millar de despidos de la plantilla, y no sólo por la situación del sector, sino también por el impacto de sus distintas aventuras internacionales.
OHL Y ASCAN
OHL es la responsable en Cantabria de obras como el Centro Botín, que realiza en unión temporal de empresas con la empresa local ASCAN, la constructora del Grupo SADISA.
Es una empresa con la que OHL ha coincidido también en Madrid, adjudicatarias conjuntas en una UTE junto a otras constructoras de una de las zonas de recogida y tratamiento de basuras en la capital.
Ambas empresas hubieran sido, junto a FCC, las responsables de la (larga) obra del Hospital Valdecilla si no la hubiera anulado el PP para impulsar el nuevo modelo de concesión de servicios no sanitarios a Ferrovial.
Y ambas empresas, por cierto, comparten banco, cántabro además, con el que tienen relación además por la obra, ya mencionada, del Centro Botín.
OHL Y EL SANTANDER
El fundador de Ferroatlántica siempre tuvo muy buena relación con el fallecido Emilio Botín, del Banco Santander, y esto se tradujo en un apoyo del banco a las inversiones de la constructora (y en la compra por la constructora de las oficinas bancarias sobrantes en el centro de Madrid tras las fusiones del Santander).
Un apoyo que no ha tenido el mismo entusiasmo por parte de su sucesora, Ana Patricia Botín.
Con todo, tras renunciar hace dos años a su rescate, después le auparía en su regreso al IBEX.
En cualquier caso, son relaciones de ida y vuelta: OHL ha sido accionista del Santander y el Santander de OHL, de quien también ha sido acreedor y que es uno de los firmantes de un reciente acuerdo de financiación.
ASCAN Y EL SANTANDER
El Santander también contribuyó a la refinanciación del Grupo SADISA, del que forma parte ASCAN, cuando atravesó problemas económicos y declaró el preconcurso de acreedores. (todo dentro de una delicada situación que acabó forzando cambios de leyes en Cantabria).
No fue la única ayuda recibida: el propietario del banco le compró una finca en Reina Victoria al responsable de la constructora, en una operación de más alcance para la que fue necesario modificar el Plan Sardinero, instrumento de protección urbanística de la zona cuya reforma se negó a otros vecinos en el pasado. El banco y la constructora son socios en la empresa concesionaria del abastecimiento de agua en Castro Urdiales, cuyo ayuntamiento tendrá que pagar 5,1 millones de euros por el desequilibrio económico del contrato en años pasados.
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