En el segundo intento, el Gobierno de España ha conseguido que el pleno del Congreso de los Diputados convalide el decreto que regula la actividad de la estiba.

Estibadores del Puerto de Santander

El decreto del Ministro de Fomento, el ex alcalde santanderino Iñigo de la Serna fue rechazado en primer momento el pasado 16 de marzo, siendo la primera derrota de un decreto ley del Partido Popular. En el Congreso, ningún Gobierno había sido rechazado en este trámite desde 1979.

En ese momento Ciudadanos se abstuvo porque sus votos no daban mayoría, y el PP se quedó solo con el PNV. En esta ocasión, los números han cuadrado después de que el Gobierno negociara una abstención con PDeCAT, la antigua Convergència, y le apoyarán los nacionalistas vascos y los de Albert Rivera.

Finalmente, la reforma ha logrado 174 votos a favor, 165 en contra y ocho abstenciones. Los catalanes se han abstenido tras un acuerdo con el Gobierno, que coincide en el tiempo con un movimiento que ha aligerado la presión sobre el PDeCAT en el caso Palau.

Y es que los dos representantes del Ministerio de Cultura en el Consorcio del Palau de la Música han evitado asistir a una reunión clave en la que se iba a decidir si la institución acusaba al partido de Artur Mas por recibir 6,6 millones en comisiones ilegales, y en la que se impulsó el no por la mayoría de la Generalitat.

La vista trata de aclarar el expolio de la institución, cifrado en 24 millones, pero también el presunto pago de mordidas de la empresa Ferrovial a Convergència.

DENUNCIAS POR EL SECRETISMO

Esta misma semana, desde Izquierda Unida en Cantabria, Miguel Saro denunció “el secretismo” con el que se ha negociado el decreto “con personas y entidades que poco tienen que ver con la estiba”.

Su compañero de partido Sergio Tamayo criticó ante los micrófonos de EL FARADIO DE LA MAÑANA, en Arco FM, que el PP sacara un decreto, “con la excusa de la presión de Europa”, que “defiende los intereses de los empresarios y de las grandes multinacionales”.

“Quieren determinar que sean contratas las que se encarguen de los trabajos en los puertos”, denunció, en vez de “luchar por empleo de calidad para los estibadores”.