Debate sobre el Estado de los Partidos
Queda menos de una semana para la que se consideraba una de las citas claves en la política cántabra, el Debate sobre el Estado de la comunidad.
Dos intensos días en los que los partidos confrontaban sus visiones y propuestas. Y lo cierto es que Cantabria las necesita como el comer: porque ni el verano ni el Año Lebaniego serán eternos, y empresas y trabajadores han alcanzado ese punto en el que piensan que ya que no hay ideas, se les deje al menos lanzar sus proyectos en paz, sin trabas ni clientelismos.
Porque…¿pueden debatir sobre el Estado de Cantabria unos partidos que andan perdidos en debates sobre sí mismos?
El último en sumarse ha sido Podemos, con una cascada de dimisiones entre las que se incluye la del propio secretario general, Julio Revuelta.
Un Podemos que, hay que decirlo, estaba haciendo una buena labor de oposición, con un severo marcaje y una sana desconfianza respecto al Gobierno de Cantabria –que ellos mismos contribuyeron a nombrar–, y llevando al Parlamento reivindicaciones de los movimientos sociales.
En el PSOE, están (viven) pendientes de una (otra) cita interna que o bien afianza la división o bien puede que acabe definitivamente con toda una generación al mando del partido. Tal vez ese sea el motivo de la crispación que desprenden el ala socialista del Gobierno de Cantabria.
Y en el Partido Popular han perdido su factor diferencial , que básicamente era no ser tan cansinos en eso del lío interno. Pero decidieron estrenarse a lo grande y ahí están, con una presidenta que no puede dar un paso político sin mencionar la palabra brecha.
Ahí están, camino de los tribunales, como Ciudadanos, rendidos con entusiasmo a un frenesí de bandos, actas falsas y vieja política con políticos antiguos.
Mientras, paradójicamente, la izquierda más tradicional, pero extraparlamentaria, Izquierda Unida, ha logrado culminar un proceso interno con una unidad a la que no nos tenía acostumbrados pese a llevarla en el nombre.
Así que, ante la incomparecencia del adversario, el PRC se queda con un amplio campo para la tranquilidad, con capacidad de transmitir impunemente mensajes inciertos, como que Marcano esté libre de investigación judicial, o que Revilla es un antisistema que no lleva décadas en las instituciones, sumiso a los poderes locales y causando graves perjuicios a Cantabria como el del Racing, la Fundación Comillas o el Puerto de Laredo.
Con un socio débil y con el grave riesgo de no tener oposición.
Y es una pena, porque esto llega en un momento en el que la hiperpresencia televisiva de Revilla empezaba a cansar y la sociedad civil ya había interiorizado que el presidente de Cantabria no es incriticable pese al desdén con el que actúa en lo relacionado con el día a día de la gestión autonómica.
Tendrá que ser, pues, la sociedad civil y profesional la que dé un paso al frente y se convierta en la auténtica oposición que necesitamos, y que requerirá de la complicidad de los diputados que estén siendo capaces de abstraerse de la marejada interna de sus partidos. Ese es el estado de nuestros partidos, ese es el estado de la comunidad.
Sebastián
La propaganda descarada de este medio a Podemos es bochornosa. Periodismo que cuenta.. los cojo—