El diputado de Podemos en el Parlamento de Cantabria, Alberto Bolado, ha pedido la celebración de primarias de manera urgente para resolver la crisis interna desatada y que ha supuesto una cascada de dimisiones.

Alberto Bolado

Entre ellas la suya propia del Consejo Ciudadano Autonómico –órgano de dirección del partido– y la del propio secretario general, Julio Revuelta, o los responsables de Anticorrupción, Movimientos sociales o Medio Ambiente, en medio de acusaciones a otra de las diputadas, Verónica Ordóñez.

Bolado justifica esa dimisión en que no quiere ser un “obstáculo” y recuerda que él entró en el proyecto de Podemos de la mano del dimitido secretario general, Julio Revuelta.

Por tanto, da por finiquitada esa etapa y avanza que no se presentará a ningún tipo de cargo en el futuro Consejo Ciudadano, secretaria general incluida, en unas primarias con las que espera que se devuelva “cuanto antes” la voz de los los inscritos para poder “normalizar” la situación.

Desde el Consejo Ciudadano han hecho llegar una carta a sus militantes para asegurarles que se han puesto en contacto con la secretaría de organización estatal, para ver la manera más óptima en la que solventar la problemática actual.

Por el momento no parece que tengan intención de celebrar primarias, que ya han adelantado que se retrasarían unos meses, y aseguran que su mayor objetivo a corto plazo es llegar al final del curso político «de la mejor manera posible» para afrontar el debate del estado de la región.

Eso en cuanto a Podemos, mientras cobra de nuevo fuerza el conflicto interno en el Partido Popular.

El diario digital nacional Voz Pópuli publicaba este mismo jueves que Génova (la dirección estatal del partido) ha convocado para este mismo día en Madrid a los diputados críticos con la presidenta María José Sáenz de Buruaga para trasladarles el ultimátum de que o acatan su nombramiento como portavoz del Grupo Parlamentario (es decisión del grupo, donde son mayoría los críticos, que se niegan) o se les abrirá expedientes de expulsión. Entre esos diputados se encuentra el propio expresidente del partido, Ignacio Diego, o la atleta olímpica Ruth Beitia.

Preguntado en este sentido, el parlamentario Íñigo Fernández, del equipo de Sáenz de Buruaga, aseguraba desconocer en que sentido irá la decisión, aunque sí confirmaba que varios compañeros de grupo estaban viajando a Madrid.

Y añadía que existen “flecos” del Congreso cántabro, dentro de una situación que hay que “desbloquear antes o después”, y que comparaba con el reciente congreso del PSOE Federal, al que, tras la elección de Pedro Sanchez, se produjo un relevo en la portavocía del PSOE en el Congreso de los Diputados.

“Tendremos que resolver esto algún día”, aseveraba, incidiendo en que se debe respetar el resultado del Congreso para que todos puedan “ponerse a trabajar” en la defensa de los intereses de los cántabros –la comparecencia de Fernández era para hablar sobre la financiación de Valdecilla-.

Por el momento parece que no se ha llevado a cabo ningún ultimatum, sino que desde la dirección nacional del PP han emplazado la decisión a otras reuniones mientras los críticos le han pedido por carta a Rajoy «reconducir» la situación y nombrar a una Gestora «que trabaje por una integración real».

Mientras, en el PSOE continúa el proceso interno para la elección de secretario general en Cantabria.

Los dos aspirantes, la actual líder y vicepresidenta del Gobierno, Eva Díaz Tezanos;y el alcalde de Bezana, Pablo Zuloaga, están inmersos en el proceso de recogida de avales con los que se proclamarían candidatos de forma oficial.

Desde esa perspectiva, el presidente cántabro y líder del PRC, Miguel Ángel Revilla, presumía, en un encuentro con cargos del partido, de «unidad»  y, sobre todo, de una «fortaleza» con la que asegura que los regionalistas podrían ganar las elecciones.

Sin citarlos, tuvo dardos para todos, al apuntar que los alcaldes y el grupo parlamentario regionalista son “el pilar fundamental” de un partido “democrático que respeta al secretario general elegido”.

«Cuando se decide nombrar a un secretario general se le respeta y cuando hay un congreso, la gente, que puede votar libremente, vota hasta que se presente otro. Es fundamental y una regla democrática respetar lo que la mayoría decide durante cuatro años», advertía Revilla.