Podemos exige conocer los gastos del Año Lebaniego
Podemos ha solicitado en el Parlamento de Cantabria la relación de cuentas completas del Año Lebaniego 2017, llamado a ser la gran cita turística del año en la comunidad autónoma y que está siendo marcada por distintos contratiempos.
El último, el criticadísimo concierto (patrocinado por el Año Lebaniego) de Enrique Iglesias en Santander, que ha sido noticia nacional en medios digitales y televisiones, además de trending topic estatal en redes sociales, al terminar entre abucheos y gritos de «Manos arriba, esto es un atraco» por parte de sus propios fans por su escaso repertorio y marcharse sin despedirse ni bises.
El parlamentario José Ramón Blanco ha registrado en el Parlamento de Cantabria una petición de información sobre la relación completa de gastos e ingresos, detallados, hasta la fecha, de las cuentas del Año Jubilar Lebaniego 2017, gasto cuyo interés público había cuestionado el consejero de Industria y Turismo, Francisco Martín.
Tal y como explica José Ramón Blanco, si no se le facilita esa información en 21 días, pedirá una comparecencia del consejero en el Parlamento.
La petición de Podemos se suma a la realizada este fin de semana en la misma línea por Izquierda Unida, por boca de su coordinadora, Leticia Martínez, quien enumeraba los puntos oscuros de la gestión de este evento turístico a raíz del concierto que nos «ha puesto en el mapa del ridículo».
Porque la gestión del Año Lebaniego no está siendo cuestionada sólo por el concierto del Año Santo (el Gobierno asegura que no ha supuesto coste alguno al sufragarse con los ingresos de las empresas privadas patrocinadoras).
Será una mancha que se suma a otros impactos negativos, como la dimisión del responsable de la empresa pública del Año Lebaniego días antes del inicio de los fastos y de producirse la firma de distintas contrataciones que finalmente no firmó este profesional independiente, sustituido por un militante del PRC.
Entre esas contrataciones se encuentra la del producto alimentario específico, una novedad en el merchandising respecto a otras ediciones. De hecho, la inclusión de este producto era determinante, con más puntuación, en el pliego de condiciones, que también pedía disponer de una red de tiendas y pertenecer al sector.
De hecho, en base a esas condiciones, al concurso finalmente sólo se presentaría la empresa La Gallofa, que tuvo como jefa de Recursos Humanos a una estrecha colaborada de Javier López Marcano (todavía investigado judicialmente por las ayudas del Racing pese a los intentos de rehabilitación pública de su figura por parte del propio Revilla). La Gallofa ha sido cuestionada también por sus prácticas sindicales.
O la de la gestión de los patrocinios, que finalmente, tras un convulso proceso, se acabó llevando el despacho Gema Uriarte, exinterventora del Gobierno de Cantabria en la etapa de Ángel Agudo, autora del informe que justificaba la operación del Racing de Santander, y que se llevará comisión por las empresas privadas que apoyen el evento (aunque sean conseguidas por mediación del presidente Revilla).
El Año Lebaniego viene marcado también por la opacidad: nunca se llegó a saber el coste del concierto de Jean Michel Jarre (desde el Gobierno de Cantabria se sostiene que ninguno de los conciertos costaría nada a las arcas públicas al proceder de los patrocinios de empresas privadas, y el consejero de Industria y Turismo, Francisco Martín, ha llegado a cuestionar que el conocimiento de los gastos concretos sea un asunto de interés público), en el que, además, se reveló que se había mentido en cuanto al número de entradas puestas a la venta y regaladas.