«La escalera ha evitado que se caiga todo el edificio»
Los vecinos del edificio derrumbado parcialmente ayer en la calle del Sol como consecuencia de unas obras sin licencia adecuada de las que habían advertido tratan de recuperarse del susto mientras esperan a recibir más información y soluciones a su situación.
Carolina Sánchez, vecina del primer piso, ha sido la que más cerca ha vivido las obras que creen que han podido ser la causa del derrumbe.
En una entrevista al programa AL MEDIODÍA ALEGRÍA de Arco FM, de Chuchi Guerra, ha relatado que a primera hora de la mañana empezó a escuchar ruidos extraños “como si estuvieran arañando las paredes”. “Pensé que eran los propios de la obra de abajo, me asomé y vi que no estaban haciendo nada en las paredes. Y entonces, según me volvía vi cómo se empezaban a agrietar las paredes de mi habitación, cómo corrían las grietas”.
Con el consecuente susto, llamó al 112, que le pasaron con los bomberos que le dijeron que “cogiera las llaves, cerrase la puerta y les esperase en la calle”. Cuando llegaron los bomberos le acompañaron a su piso, y “vieron cómo se iban abriendo las grietas en mi piso y automáticamente desalojaron todo el edificio”.
Por el momento, Carolina ha asegurado que prefieren tirar por la prudencia y “dejar que los técnicos sigan las directrices pertinentes” porque éstas “se nos escapan a nuestra competencias”, y temen “decir cosas que sean erróneas por el rencor de estar perdiendo sus casas”.
En el lado ‘sano’ del edificio, David Poncela tiene su negocio: Alma Mater, un local de tatuajes que tiene un gran éxito, con meses de espera para los clientes y del que viven tres personas (un empleado, su mujer y él mismo).
Actualmente no han podido entrar a trabajar ni a sacar todo lo imprescindible para continuar con su labor en otro lugar. “Estamos cambiando citas, ese es nuestro trastorno”, cuenta.
Los bomberos y técnicos le han trasladado que están tratando de salvar la parte izquierda del edificio, donde se encuentra el local que él tiene alquilado.
“El edificio está dividido en dos por la escalera” ha contado, y asegura que en la zona los vecinos están contando que se rumorea que “se han abierto dos ventanas en la pared que, por lo que dicen, en un muro de carga”. “Nos han dicho que la escalera es lo que ha aguantado para que no se caiga todo el edificio”, ha añadido.
Lo único que pide es información para “saber si tenemos que buscarnos otro local”. “Tengo todo el material dentro… Tengo todos los ordenadores con los que trabajamos, mis herramientas, máquinas, camillas… Tengo todo dentro”, se lamenta, y que este miércoles solo les dejaron entrar un minuto a coger lo imprescindible.
“De hecho, bajaba un bombero con una señora cuando se ha derrumbado y ha tenido que bajar el bombero corriendo. Por un instante no lo ha cogido”, relata.
Las obras se producían en el antiguo Masters, ahora a cargo del empresario hostelero Guillermo Vega,