El CIFA organiza las II Jornadas sobre Selección y Valorización de Cultivos Tradicionales de Tomate
Este miércoles, 2 de agosto, se han llevado a cabo las II Jornadas sobre Selección y Valorización de Cultivos Tradicionales de Tomate en el Centro de Investigación y Formación Agrarias (CIFA) de Muriedas, en Camargo.
Las Jornadas, organizadas por el CIFA, reúnen a productores, consumidores, organismos de investigación y restauradores para “poner en valor cultivos locales de tomate de Cantabria” y, al tiempo, que permiten “ahondar en su conocimiento, tanto desde la óptica del consumo y calidad organoléptica, como de la producción”.
Unos cultivos que, hasta ahora, según el consejero de Medio Rural, Pesca y Alimentación, Jesús Oria, “han sido infrautilizados y desplazados por cultivares modernos”,
Las ponencias que se desarrollan en esta Jornada abordan una visión general de los proyectos que se están desarrollando en el CIFA desde el año 2012 sobre cultivares tradicionales de tomate y sus propiedades nutricionales; la conservación de la biodiversidad hortícola en el Banco de Germoplasma del CITA de Aragón, y la puesta en valor del Tomate Rosa de Barbastro, así como la apuesta por los productos locales de cercanía como materia prima en la restauración y la calidad sensorial en cultivares locales de tomate.
LA ESTANDARIZACIÓN DEL SECTOR HA DISMINUIDO LA DIVERSIDAD DE LOS CULTIVOS
En el acto de presentación, además de Oria, han estado presentes el director general de Ganadería y Desarrollo Rural, Miguel Ángel Cuevas; el director de la Oficina de Calidad Alimentaria (ODECA), Fernando Mier y el director del CIFA, Manuel Mora.
En su intervención, el consejero ha señalado que el tomate es, sin duda, una de las hortalizas más difundidas en todo el mundo y también de las de mayor valor económico. En nuestra región, la marca de calidad ‘CC Calidad Controlada, Tomate de Cantabria’, “tiene un prestigio y una aceptación muy notables por parte del consumidor”.
Sin embargo, la estandarización en el sector hortícola, en general, y en el tomate, en particular, “ha producido una gran uniformidad en la variedad de las especies cultivadas, una disminución de la diversidad biológica y una erosión genética de los cultivares tradicionales”, que han sido sustituidos por nuevos cultivares comerciales obtenidas por grandes multinacionales.
Para el consejero, estos últimos, generalmente híbridos, “tienen un gran potencial productivo cuando se cultivan en condiciones de altos insumos (fertilizantes y pesticidas), una disminución de la rusticidad frente a determinadas características climáticas o frente a patógenos, y, lo que es muy importante, una imposibilidad de multiplicación por parte del agricultor”.
Por todo ello, para el máximo responsable de la Alimentación en Cantabria, “la situación actual es preocupante”, y avala esta afirmación al señalar que, en horticultura, “se han perdido una gran parte de las variedades locales, desplazadas por nuevas selecciones más productivas”, al mismo tiempo que otras “se mantienen arrinconadas y necesitadas de un proceso de tipificación, selección y mejora” para que vuelvan a mostrar sus características peculiares y sean devueltas al proceso productivo comercial.
LÍNEA DE INVESTIGACIÓN PARA CONSERVAR Y RECUPERAR CULTIVARES TRADICIONALES
Según estimaciones de la FAO (Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura), cada año se pierde una media de 50.000 variedades de interés para el sector agrario.
Por este motivo, el Gobierno de Cantabria, a través del CIFA, está llevando a cabo una línea de investigación relacionada con la conservación y recuperación de cultivares tradicionales en la región, que se enmarca plenamente en las Jornadas de este miércoles.