Los padres de W son citados por la justicia por tratar de dialogar con su familia adoptiva
Hay otro episodio más en la historia de W, el menor camerunés que a quienes los servicios sociales cántabros quitaron la custodia a sus padres por lo que en un primer momento se creyeron que eran malos tratos, que finalmente la justicia descartó.
Ahora, sus padres biológicos, Monique Mbakong y Ferdinand Kome, han sido citados frente al juzgado de primera instancia número 9 de Santander el próximo 11 de septiembre por tratar de establecer un diálogo con la familia adoptiva del menor.
El matrimonio, que tiene otros dos hijos más pequeños, continúa tratando de encontrar a su hijo y de desenmarañar todo el proceso que les arrebató a su primogénito hace ocho años; aunque han tratado de buscar el interés supremo del niño y no han intentado hablar con él.
Sí han buscado el diálogo con su familia adoptiva, que reside en La Rioja. Lo han hecho aprovechando la presentación del libro ‘Por su llegas a leernos querido Walter’, escrito por el pedagogo Enrique Martínez Reguera, y que se presentó en tierras riojanas, donde contactaron con un párroco de Logroño que se ofreció a mediar entre ambas familias.
Sin embargo, este hecho ha provocado que los padres adoptivos de W hayan alentado a las instituciones para solicitar una orden de alejamiento del menor, motivo por el cual los padres biológicos y el autor del libro han sido citados a declarar.
La Asamblea por la Libertad de W, compuesta por un colectivo de personas que llevan años ayudando a Monique y Ferdinand en su lucha por recuperar a su hijo, ha convocado a la ciudadanía en el edificio Las Salesas el próximo día 11 a las 10.30 horas para mostrarles su apoyo.
“La voluntad de Monique y Ferdinand por reencontrarse felizmente con su hijo no se destruye con sentencias judiciales” ha defendido la Asamblea, que considera irónico que se solicite una orden de alejamiento “cuando, de facto, Monique, Ferdinand y Enrique están respetando todas las distancias con W.: en ninguno de los momentos que estuvieron en La Rioja buscaron encontrarse con W. como demuestra el hecho de que, en las ocasiones que estuvieron allí hicieron pública tanto su visita como sus intenciones”.
Para ellos, esta citación judicial proviene de “un pobre intento de intimidación” para que dejen de tratar de saber sobre la vida de su hijo. Algo que aseguran que los padres del menor no van a hacer, con el apoyo de esta asamblea a todas sus iniciativas “les guste o no a los padres adoptivos, al ICASS, o a quien quiera ponerse entre ellos”, “incluso con la mejor de las intenciones”, porque “Monique y Ferdinand forman parte de la vida de W. y, tarde o temprano, será él quien busque activamente reencontrarse con ellos”.
LOS PADRES LLEVAN SEIS AÑOS SIN VER AL NIÑO
En 2009, W era un niño de 5 años, bastante revoltoso y activo, como han explicado sus padres. En aquel momento, el menor fue trasladado a la Residencia Cantabria tras un accidente, que en primer momento el centro catalogó como malos tratos.
Siguiendo los protocolos habituales ante esas sospechas, los Servicios Sociales se hicieron cargo del niño y detuvieron a ambos padres (para entonces su madre estaba embarazada de su segundo hijo).
Desde ese momento comenzaron un largo litigio que todavía dura hoy en día, a pesar de que la vía por lo penal, la que les acusaba de malos tratos, les ha absuelto. En la sentencia, que es firme, el juez dejó claro que no se habían producido malos tratos al niño.
Pese a ello, los Servicios Sociales sí vieron carencias en la atención, lo que les sirvió para justificar que se denegara no solo la custodia de su propio hijo (decisión respaldada por los tribunales), sino también el régimen de visitas.
Ellos tuvieron acceso al niño hasta principios de 2010, pero el ICASS (Instituto Cántabro de Servicios Sociales) presentó un informe desfavorable en el juzgado, recomendando romper cualquier lazo con el menor.
En enero de 2015 los padres trataron de conseguir que se reabriera el régimen de visitas con el menor, apoyados en aquel momento por la fiscal, que presentó un nuevo informe favorable para Ferdinand y Monique, de cuyos dos hijos se realizó un seguimiento y se comprobó que los niños no sufren ningún tipo de desatención.
Sin embargo, por el momento Monique y Ferdinand llevan más de seis años sin poder ver a su hijo, que ignora que tiene dos hermanos biológicos más pequeños.