Sala de Tres…años
En la foto se las ve tranquilas, serenas, alegres, con la ilusión de quienes montan un proyecto y el vértigo del que se lanza al abismo.
Tres eran tres, Bea, Verónica y Mariu, las tres mujeres, actrices, cántabras, que hace tres años tres pusieron en marcha el espacio escénico Sala de Tres.
Os recordamos: era 2014 y el mundo se hundía, estábamos representando el segundo acto de la crisis, el de la acumulación de casos de corrupción y el de malos datos económicos.
En ese contexto, no del todo cerrado, es cuando ellas se lanzan a lo que parecía más sensato y seguro: un proyecto empresarial basado en la cultura.
Pues desde ese 11 de diciembre de 2014 se han alumbrado sobre sus tablas ni más ni menos que 600 funciones a las que han dado vida 32 compañías teatrales, procedentes de todo el país.
Y artistas de todo tipo, porque una de las características de Sala de Tres es que no son mucho de usar las llaves: en estos tres años sus puertas se han abierto constantemente para acoger no sólo obras de teatro o monólogos, incluso talleres de formación para niños y mayores, sino también exposiciones, conciertos, recitales, presentaciones de libros…
“Maravillosos artistas y creadores han vestido con mimo los muros grises con exposiciones fotográficas y pictóricas; y poetas con y sin chistera, han bamboleado versos libres entre viga y viga, y la música ha vibrado … mucha y buena, que siempre sabe a poco”, nos cuenta Mariu Ruiz, una de las patas de ese triángulo, “irregular, escaleno y sorprendentemente ¿equilibrado?” que parieron Sala de Tres.
Sala de Tres surge de la Asociación Cultural Casa Color Mostaza y de tres mujeres que habían alcanzado un alto nivel de formación en su carrera teatral.
Beatriz Gándara se ha formado en lugares como la Escuela de Artes Escénicas del Palacio de Festivales de Santander, Miriñaque, o el estudio de actores Guindalera en Madrid, además de haber impartido clases en proyectos como El Campamento Artístico para niños y haber actuado junto a actores como Edy Asenjo, Rosa Casuso y Linker.
Verónica Ortiz, diplomada en Ciencias Empresariales, también es de la Escuela de Artes Escénicas del Palacio de Festivales de Santander y ha acudido a cursos impartidos por Vladimir Cruz,Blanca Portillo o José Sacristán. Ha participado en el musical Oliver y el Teatro para Cambiar el Mundo, ha representado obras de Vicente Vega, Javier Lavín, Linker, Miguel de Unamuno y Boris Vian.
Y Mariu Ruiz es maestra especializada en educación infantil, titulada en administración y gestión de empresas y con estudios de danza clásica y española en el centro de Carmen Luzuriaga, y es escritora de cuentos para niños. Estuvo formándose en la Escuela de Artes Escénicas del Palacio de Festivales de Santander, participó en el Laboratorio de Artes Escénicas y ha asistido a intensivos cursos para actores, ha trabajado como profesora de teatro en centros educativos de Cantabria y como coordinadora y profesora en El Campamento Artístico para niños, y ha dirigido, redactado y realizado dos cortometrajes, “Luz que no quema” y “El grifo”.
Una profanísima trinidad de mujeres que, fieles a lo que empieza a parecer una obsesión cabalística, han puesto en marcha tres montajes propios, tres.
En los libros de historia se nos habla de trienios y ellas están ya para cerrar el primero suyo dispuestas a desbaratar la geometría: “somos muchas, cada día más, un triángulo con vocación de poliedro”, nos recuerdan.
Y lo celebran renunciando al protagonismo: este viernes a partir de las 20.30 horas su espacio, en la calle Tantín, recuerda que es un espacio de todos. De todas. Por eso, sobre el escenario, habrá un micrófono y una guitarra para todo aquel que quiera utilizarla. Y ellas tres volverán a brindar, no sabemos si ya con agua.