La lotería de migrantes y refugiados
“¿Sabes que te ha tocado la lotería? Hoy y mañana salimos a la calle a recordarlo, a recordar que somos muy afortunadas… Duele ser cenizas en días de fiestas, pero no nos podemos olvidar de las más de 3.115 personas que han muerto en el Mediterráneo -hicimos el décimo hace unos días y ya se quedó corta la cifra-, del 89% de refugiados que España no ha acogido, de las 22 personas muertas en aguas españolas. Celebramos la suerte que tenemos, pero sin olvidar la lucha por el derecho de todas las personas a una vida digna.”
Así Pasaje seguro & Cantabria por las personas refugiadas nos recordaba el pasado día 21 de Diciembre, un día antes de que las bolas con los números entraran en los bombos de lotería y ser rifara un premio millonario, que si no te tienes que ir de tu casa porque la han destruido las bombas, si no tienes que huir de tu país y arriesgar tu vida para buscar refugio, te ha tocado la lotería. Si no has muerto en el trayecto migratorio, en la búsqueda desesperada de condiciones para una vida segura, si no has tenido que dejar a tu familia, te ha tocado la lotería.
Si te has puesto enferma y has recibido asistencia médica, si aún mantienes ese horizonte de futuro con las posibilidades abiertas, sin que la esperanza dependa de un visado que no llega, de una valla de concertinas enredando tu cuerpo, de un “alto” en mitad de la nada, a medio camino entre ningún lugar, te ha tocado la lotería. Si no te han matado, violado, mutilado o separado de tus seres queridos, te ha tocado la lotería. Y es que, la lotería del migrante, del refugiado, no debería ser cuestión de suerte. No lo es.
Y mientras los niños y las niñas del colegio de san Ildefonso recogen en sus voces la ilusión de un placebo que nos curará de todos los males, otros números ya han sido marcados en un sorteo que poco o nada tiene que ver con la suerte:
03.091 personas muertas en el Mediterráneo, alrededor de un 60% del total de muertes de migrantes en todo el mundo. 4.866 personas, en 2017 (a fecha 3 de Noviembre de 2017)
5.000 los muertos en el Mediterráneo en el 2016 (Según datos de la OIM).
3.711 es el número de muertos en el Mediterráneo contabilizados (muchos cadáveres yacen olvidados en el fondo del mar) a lo largo de 2015
3.500 es la cifra de muertos en el Mediterráneo correspondiente al año 2014.
7.189 fue el total de refugiados e inmigrantes indocumentados fallecidos a lo largo del 2016 la cifra global más alta registrada jamás por la Organización Internacional para las Migraciones (OIM).
He querido señalar de forma diferenciada las cifras del Mediterráneo por ser las más mortíferas haciendo del Mediterráneo un verdadero Mare Mortum, el mayor cementerio de migrantes del mundo.
Según datos de ACNUR (La Agencia de la ONU para refugiados) en el 2016 “el 55% de la población refugiada del mundo provenía de Siria, con 5,5 millones de personas; Afganistán, con 2,5 millones y Sudán del Sur, con 1,4 millones.
Por otro lado, Colombia, con 7,4 millones de personas; Siria con 6,3 millones, e Irak, con 3,6 millones, son los que tienen las mayores poblaciones de desplazados internos. Con alrededor de un refugiado cada seis ciudadanos, el Líbano acoge a más refugiados, en comparación con su población, que cualquier otro país del mundo.”
160.000 es el número de refugiados que la Unión europea se comprometió a reubicar en dos años cuya fecha límite expiró el pasado martes 26 de septiembre. A 20 de septiembre de 2017 44.300 refugiados han sido asentado o reubicados. Un 27 % de los 160.000 comprometidos, según datos de la propia Unión Europea
Mientras, de las 17.387 personas refugiadas que el gobierno español se comprometió a acoger en el año 2015, han llegado, a fecha 24 de Septiembre, 1.980 según datos del Ministerio de Interior. Es decir, el 11,4% de la cuota pactada. Y mientras gira el bombo de la lotería, una reflexión a modo de pregunta, ¿se puede poner una cuota a la vida de las personas?
Quizás con tantos números en la cabeza se nos olvida que tras cada número está la lotería del refugiado. Personas a las que, poco a poco, entre incumplimientos de la legalidad internacional, vulneración de los principios democráticos básicos, instituciones y una parte, cada vez mayor, de nuestra sociedad, van siendo abandonados a su «suerte». Quizás no debería ser cuestión de suerte. No lo es.
Una «lotería» que siempre le toca a los mismos. Tantas cifras que confunden, que abruman, que hace que nos olvidemos de las historias que hay tras cada una de ellas. Mientras, los niños y las niñas de San Ildefonso mantienen viva nuestra esperanza de darle un pellizco a la suerte para que nuestra vida mejore, para tapar esos agujeros, para darnos un capricho, o para enfrentar esta maldita crisis. Aunque sea por un instante, lo que dura comprobar que tu décimo es el premiado, pellizcarte y ver que no estás soñando. Mientras, otros hacen lo mismo para saber si es una pesadilla.