La programación de esta semana en el Palacio de Festivales de Cantabria comienza el jueves, 18 de enero, con una sesión de teatro de la mano del Centro Dramático Nacional y COART+E, que traen a la Sala Pereda la obra de Fernando J. López, “#Malditos16”.

La obra revela la lucha interna de cuatro jóvenes que deben volver al lugar que les vio romperse hasta casi acabar con sus vidas.

La función, que comenzará a las 20.30 horas, tiene una duración de 75 minutos y cuenta una historia de un viaje hacia la identidad, a través de Ali, Dylan, Naima y Rober, cuatro jóvenes que se conocieron en el peor momento de su vida: justo después de querer quitársela.

Todos ellos intentaron suicidarse cuando rondaban los dieciséis y ahora, a sus veintipocos, el hospital donde estuvieron internados les propone colaborar en un taller con adolescentes en su misma situación.

Ellos acuden con ganas de ser útiles y, a la vez, con miedo de que las grietas se abran y se liberen de nuevo los fantasmas. Pero también con la convicción de que es posible volver a la vida. Ellos lo hicieron, de hecho.

La dirección de Quino Falero es fundamental en esta obra que se enmarca dentro del programa ‘Escritos en la escena’ del Centro Dramático Nacional. Está compuesta a partir del trabajo conjunto entre el autor, el director y los actores, naciendo así del esfuerzo colectivo para dar voz a aquellos adolescentes que han visto quebrarse su vida por diversos motivos y posee el firme propósito de servir de llamada de atención tanto a sus padres y educadores como al resto de la sociedad.

Cuenta, por tanto, experiencias reales para las que han contado con la colaboración de diversos expertos en las cuestiones que se abordan a lo largo de la obra -suicidio adolescente, trastornos alimenticios, acoso escolar, violencia sexual, transexualidad…-, enriqueciéndose con las aportaciones y los testimonios de psicólogos y jóvenes que han vivido, en primera persona, las situaciones de la función.

LA MÚSICA CLÁSICA DE IVÁN EL TERRIBLE

Al día siguiente, el viernes 19, Novosibirsk Philharmonic Orchestra y la Sociedad Coral de Bilbao se unen para inundar la Sala Argenta de música clásica, al ritmo del ‘Iván el Terrible’, de Sergei Prokofiev.

Esta obra surgió de la colaboración junto al director Sergei Eisenstein en la película de 1945 Iván, el Terrible, que dio de sí dos partituras, que más adelante fueron transformadas en grandes cantatas u oratorios profanos para poder ser interpretadas en las salas de concierto.

En el caso de Iván, el Terrible, para narrador, contralto, barítono, coro y orquesta., Prokofiev nos cuenta en dos partes la historia del zar Iván IV, su coronación, la expansión territorial hacia Kazán, la lucha contra los nobles corruptos y sus grandes reformas de la administración imperial hasta su falsa abdicación en 1650. En la segunda parte habla de su regreso al poder, la conjura de los boyardos y la sangrienta represión de los mismos hasta la muerte del zar en 1584.

Se trata de una obra grandiosa, épica, adaptada a ese arte popular y propagandístico que se propugnaba desde el régimen de Stalin, en especial durante los años de la II Guerra Mundial, que debería servir inflamar los espíritus a partir de las glorias del pueblo ruso. Una obra mayor que llega por primera vez al Palacio de Festivales.

LA DANZA EN HONOR DE ISADORA DUNCAN SE UNE AL 90 ANIVERSARIO DE LA GENERACIÓN DEL 27

Beatriz Argüello homenajea a Isadora Dunca.

El sábado, a las 20.30 horas, en la Sala Pereda tendrá lugar otra actividad relacionada con el 90 Aniversario Generación del 27, una sesión de teatro/danza con las ‘Estaciones de Isadora’, de Hugo Pérez de la Pica.

Pérez de la Pica se une en la dirección a Beatriz Argüello, de quien parte la idea original , que también protagoniza la obra y a la que acompaña Mikhail Studyonov al piano. El espectáculo cuenta con la colaboración de Centro de Danza Canal y Compañía Nacional de Danza, y se trata de un homenaje de la actriz Beatriz Argüello a la mítica Isadora Duncan. precursora de la danza moderna, en un viaje poético a través del amor y la muerte.

Beatriz Argüello encarna a Isadora en un monólogo teatral en el que se fusionan principalmente dos expresiones artísticas: el teatro y la danza. La palabra y el movimiento, no como artes independientes, sino como expresión completa. El texto-danza o la danza del lenguaje.