Una treintena de organizaciones se movilizan frente al acto del Ateneo sobre la «dictadura de la ideología de género»
Charlas como la que va a acoger el Ateneo de Santander contra la “dictadura de la ideología de género” (sic) “invisibilizan” a las mujeres en cuanto a víctimas de violencia de género, y, en consecuencia, “da por hecho que no hace falta prevención, niega que haya discriminación, niega las violaciones y niega que nos maten: no es libertad de expresión, no es ideología; es fomentar el odio, es violencia”.
Un acto en el Ateneo
Así de contundente se expresaba Miriam Bustillo, presidenta de la asociación MUJOCA (Mujeres Jóvenes de Cantabria) en EL FARADIO DE LA MAÑANA de ARCO FM (103.2 FM), a raíz de la charla que ha programado el Ateneo de una dirigente de Vox crítica con las leyes por la igualdad, contra la violencia de género y para proteger al colectivo LGTBI, para este jueves, el mismo día que comienzan los Monólogos de la Vagina y apenas unas semanas antes del 8 de Marzo, el Día Internacional de la Mujer.
La convocatoria ha suscitado el malestar y la indignación de los movimientos sociales: una treintena de organizaciones han pedido en una carta al Ateneo de Santander que no acoja una charla que “fomenta el odio e instiga la homofobia”, además de “fomentar el odio a las feministas”.
En la carta recuerdan algunas de las afirmaciones de la conferenciante, como que que “el feminismo no defiende a la mujer, sólo a las lesbianas”, que el feminismo «como en la mafia» no se ama, y en que la educación en salud sexual y reproductiva “se promueve el homosexualismo, animando [a los niños y niñas] a probar, como ventajoso y moderno, el contacto homosexual”.
Teléfono de asistencia a víctimas de violencia de género. No deja rastro en la factura
La carta se remite a Manuel Ángel Castañeda, y se envía copia a la concejala de Cultura del Ayuntamiento de Santander, Miriam Díaz Herrera, y al consejero de Cultura del Gobierno de Cantabria, Francisco Fernández Mañanes. El Ayuntamiento acaba de firmar una aportación de 6.000 euros para el Ateneo y desde el Gobierno de Cantabria se le han dado subvenciones por valor de 420.000 euros.
A ellos les piden que “eviten” este “acto de odio”, pero también que “revisen” los criterios con los que se justifica su apoyo a una entidad que “de manera reiterada” acoge eventos “de carácter excluyente”, como las charlas que venía dando la asociación Alfonso I, señalada por su carácter xenófobo, a la que Castañeda respaldó pública y expresamente equiparándola con entes como la Universidad de Cantabria.
Además, añaden que una de las asociaciones organizadoras, la ADVCE (la Asociación para la Defensa de los Valores Católicos en la Enseñanza) está remitiendo correos masivos a los colegios públicos y privados animando a ir y en los que evita citar expresamente el título de la charla (en el que se habla de la “dictadura” de la ideología de género).
El escrito de las organizaciones locales detalla que el término “ideología de género” forma parte de una campaña en países de habla hispana en los que grupos de ideología radical acusan a la ONU y a los ministerios de Educación que incluyen educación sexual con enfoque de género de formar parte de una «conspiración homosexual global».
UNA TREINTENA DE ORGANIZACIONES
Las mujeres más jóvenes se están volcando en la causa feminista
La carta la suscriben alrededor de treinta organizaciones sociales cántabras, como La Vorágine, Libres (Asamblea Cántabra en Defensa de las Libertades y contra la Represión), Eureka o el espacio L’Asubiu y Cantabria No Se Vende o el Centro Social Ítaca de Torrelavega.
Entre quienes apoyan esta petición hay colectivos feministas como la Asamblea de Mujeres de Cantabria, Mujeres Jóvenes de Cantabria (MUJOCA), la Comisión 8 de Marzo, Las Gildas, La Ruda o Ijanas, las más jóvenes, además de ALEGA, que representa a gays, lesbianas, bisexuales y todos aquellos que piden respeto para la diversidad sexual o Cernégula, plataforma que promueve espacios seguros libres de agresiones sexistas o LGTBifóbicas, o ACCAS, la Asociación Ciudadana Cántabra Antisida. Entre ellos hay colectivos que trabajan impartiendo educación sexual en centros educativos.
Pero también colectivos como Andarivel (grupo de renta básica), Interpueblos, Alaire, organizaciones sindicales como CC.OO, UGT, CGT, CNT, o STEC (educación) y partidos como Podemos Cantabria, Podemos Santander –que pide al Ayuntamiento que retire la subvención de 6.000 euros al año que concede al Ateneo) y Santander Sí Puede o Izquierda Unida y el PSOE a través de su portavoz en Santander, Pedro Casares. Políticos como José Ramón Blanco, de Podemos, o Leticia Martínez, coordinadora general de Izquierda Unida en Cantabria, se han pronunciado contra estas prácticas del Ateneo.
VIOLENCIA DE GÉNERO Y DELITOS DE ODIO LGTBIFÓBICO
En Cantabria, en 2016 se produjeron tres delitos de odio por motivo de orientación sexual, cifra superior al año anterior, y el Centro de Atención a las Víctimas de Violencia de Género (Dirección General de la Mujer) atendió a 439 mujeres. Un 44% de las víctimas son menores de edad, según describió la Fiscalía Superior de Cantabria. Y existen varias operaciones policiales y judiciales abiertas contra clubes de alterne, como el Stardust, camino de juicio por un delito contra los derechos de los trabajadores como consecuencia de una operación de la Policía Nacional.
Teléfonos delitos de odio
Fernando Díaz
Habría que decirle a Miriam Bustillo lo siguiente:
-Se queja de que la ponente invisibiliza a las mujeres víctimas -lo cual está por ver y escuchar ya que no nos ha dejado oírlo- mientras que lo que hace Miriam, entre otros, es invisibilizar DE HECHO, no metafóricamente, a la ponente… Es realmente curioso. Y una contradicción más que rodea a este movimiento por la Igualdad, ¿por la Igualdad en qué?
-Dice: “Da por hecho que no hace falta prevención”. Tampoco hemos podido comprobar que diga esto la ponente.Y si lo dice: ¿qué pasa? ¿Miriam Bustillo entiende acaso que los demás solo pueden decir lo que ella les DICTE?
Por otro lado, curiosa Prevención defiende cuando después de años y de ingentes cantidades de recursos PÚBLICOS (siempre insuficientes) no consigue resultados positivos y las cifras de víctimas no desaparecen, ni siquiera descienden. ¿será tal vez por estar basada esa prevención en premisas equivocadas?
-Dice: “Niega que haya discriminación, niega las violaciones”. ¿Cuándo lo ha dicho si no la hemos podido escuchar? ¿y qué argumentos había detrás de esas supuestas afirmaciones? si la ponente no ha podido pisar la sala del Ateneo por la censura ejercida por Miriam y sus afines, que amablemente nos protegen para que solo oigamos lo que ellos han decidido que nos conviene oír, para que pensemos lo que Miriam Bustillo y sus colegas han decidido que pensemos.
Cuando alguien no soporta escuchar ni que los demás escuchen una opinión diferente a la suya tiene un nombre que todos conocemos.
-Dice:”Niega que nos maten”. Idem. ¿ De verdad niega que haya muertos y homicidios? Si esto fuera así, ¿por qué no dejar que se ponga en ridículo y en evidencia ella sola? ¿por qué no dejar que no venda un solo libro soltando ese tipo de majaderías?
Miriam: ¿Quién te ha nombrado policía política de la libertad de expresión y del pensamiento ?
¿qué te hace pensar que tienes derecho a decidir sobre lo que conviene a la ciudadanía?
-”Es fomentar el odio, es violencia”
En todo caso son palabras y opiniones. Lo que tiene toda la pinta de ser odio es esa actitud real y con hechos intolerante, agria, totalitaria, extremista, que fuerza a prohibir “preventivamente” todo aquello (¡conferencias!) con lo que no estás de acuerdo. Que además está a un paso de la violencia ya que se ha empleado por colectivos un tono agresivo y desproporcionado ante una simple charla. A los que ya tenemos una edad nos ha recordado las movilizaciones para censurar ´sea como sea´ habituales a finales de los años 70 por cierta minoría nostálgica.
Y yo no critico preventivamente lo que dices, me remito y constato tus HECHOS.
Fernando Díaz
Este movimiento por la “Igualdad” (nunca nos dicen igualdad en qué) nos ha conducido a un nivel de crispación social que está agriando y contaminando las relaciones más básicas entre hombres y mujeres.
Se ha inoculado ya tal cantidad de estupideces y de formalismos absurdos en el día a día que cualquier nimiedad se ha convertido en ofensa, delito o crimen.
Se está violentando el lenguaje, se trata de imponer por la fuerza unos códigos sociales y personales artificiales entre los sexos, se intenta reorganizar mediante ingeniería social unas relaciones que responden a fenómenos supraindividuales que desbordan la voluntad de las personas e incluso de grupos sociales o políticos.
Mientras, las verdaderas causas de la violencia en general son ignoradas.
Vamos en dirección equivocada. Las mujeres son un colectivo más con problemas, no el único, y nada avanzará mientras no dejen de achacar todas las causas al exterior a ellas, a los demás, es decir, a los hombres. MIentras no se fijen en ellas mismas nada conseguirán.
Fernando Díaz
Estos días tenemos otro ejemplo de actuación del modelo feminista. La cruzada contra las azafatas para salvarlas del mal y de la perdición del mundo poblado por hombres, aunque ellas sean «incapaces» de verlo es igual, ya están las neofeministas ojo avizor para salvaguardar sus verdaderos intereses, para saber qué les conviene realmente y llevarlas por el camino adecuado, el que sus «representantes» han decidido.
En el diario El Mundo podemos leer:
«Los nuevos propietarios de la F1 han anunciado que quieren acabar con las azafatas en los circuitos porque algunos patrocinadores temen presiones «de género». Por supuesto, las afectadas se han revuelto contra el feminismo porque como ha dicho una tal Lauren Jade, modelo, les «quieren quitar el trabajo». La española Irene Gómez, enfermera y azafata de Ducati, ha ido más lejos. «¿Acaso es pecado poder aprovechar de manera digna la imagen que Dios nos dio? Hacemos esto porque nos da la real gana. ¿De verdad lucháis por los derechos de la mujer? ¿O vuestra idea es eliminar nuestra libertad por la que lucharon muchas otras en el pasado? Y otro detalle, cuando te llaman, preguntas condiciones, si te interesa aceptas, si no, pues no. (…)
Entre las mujeres y las nuevas élites feministas hay, en efecto, un abismo».