Las Troyanas: el sucio negocio tras la guerra
La guerra no termina al acabar la lucha. Tras ella, llega el destino de los vencidos y la crueldad de los vencedores. Y en estas situaciones sufren de una forma muy especial las mujeres.
Así lo narra también la historia de una de las guerras más famosas de la literatura: la de Troya. El relato de Eurípides se centra una vez acabado el conflicto, donde comienza otra acción más sucia.
Por desgracia la situación no es diferente en las actuales guerras y no lo serán en las del futuro. Las mujeres, una vez más, actúan como moneda de cambio. Aunque al finalizar el conflicto los vencedores deciden qué se hace “por derecho” con los ciudadanos de “segunda”, el destino de las mujeres como esclavas es el más común.
Las Troyanas son Hécuba, Políxena, Casandra, Andrómaca, Briseida, Helena, a quienes se rifarán para hacer más daño a los vencidos, para acabar con un país, con una cultura. En la obra, Taltibio lo recuerda desde hoy, porque jamás lo ha podido olvidar desde que estuvo allí, porque esa “salvajada” le ha quedado dentro para toda la vida, no lo ha dejado vivir… ni morir. Por eso necesita contárnoslo cada noche, para liberarse de ese recuerdo que lo privó de la humanidad que ha de tener una persona.
De entre los personajes, destaca Hécuba, que lucha por su dignidad y la de todos porque cada palabra y cada destino de las mujeres que están esperando qué será de ellas, produce un choque frontal contra la ley, contra la democracia, que es lo que ella defiende defendiendo sus derechos.
Tras su estreno en el Festival Internacional de Teatro de Mérida, Rovima Producciones saca de gira el espectáculo, que llega a Cantabria, al Palacio de Festivales, en sesión doble el viernes 2 y sábado 3 de marzo, ambas a las 20.30 horas.
Carme Portaceli presenta la versión de Alberto Conejero, con un reparto que se completa con Maggie Civantos, Alba Flores, Gabriela Flores, Nacho Fresneda, Miriam Iscla, Pepa López y Aitana Sánchez-Gijón.