La destilería Picos de Cabariezo sigue diversificando su línea de trabajo, y además de su habitual orujo trabaja en el lanzamiento de dos nuevos productos, una ginebra dulce y su propio whisky, que se destilará en alquitara.

La bodega de Picos de Cabariezo

Estas dos elaboraciones se unirán a los seis aguardientes (blanco, crema, de hierbas, de miel, licor de café y crema de café) y los tres vinos que ya se encuentran en el mercado.

Y se suman a otros productos, como la ginebra ‘As de Picos’, que salió al mercado hace un año.
Son algunas de las novedades que los propios responsables de la destilería le trasladaban recientemente en un encuentro al consejero de Medio Rural, Jesús Oria.

Estos lanzamientos se enmarcan dentro de una tendencia a un mayor dinamismo en el sector agroalimentario cántabro, que está abriendo su abanico de opciones, con casos como el de Orulisa, que tiene su propio vino o la marca Justina de Liébana, además de haber creado un centro de visitantes en sus instalaciones en Liébana; o Siderit, que comenzó con las ginebras hechas desde Cantabria y ya se ha expandido al vodka o el whisky, abriendo además un centro de visitantes y un museo en sus instalaciones en Puente Arce.

De hecho, durante el encuentro entre Oria y Cabariezo se abordaron cuestiones como la importancia de promover el enoturismo como un recurso para promocionar las zonas rurales de Cantabria.

El sector agroalimentario es uno de los que se considera prioritarios en el Plan Estratégico del Gobierno de Cantabria.

Es ya el tercer sector más exportador de la Comunidad Autónoma, con 146 empresas exportadoras, de las que 63 lo hacen de forma regular.

Es un área de la economía que va consolidando su potencia: representa el 22,4% de su PIB y en él trabajan cerca de 500 empresas, dando empleo a unos 6.200 trabajadores de forma directa, y facturando en torno a 1.300 millones de euros.