Joaquín Estefanía: los populismos de extrema derecha contagian al resto de partidos
La generación que se hizo rodeada de mayo del 68 vive rodeada de contradicciones. Inicialmente rechazaron el acceso directo al poder, pero acabaron accediendo a él.
Provocando así una nueva paradoja, la de la desconfianza en ellos por parte de los jóvenes de hoy en día.
Y siguen: muchos de los que entonces salieron a las calles han vuelto ahora, abanderando la lucha por la defensa de las pensiones.
La peor de las paradojas es que si bien hay valores que siguen vigentes y en los que consiguieron avances, hay otros como la libertad de expresión o el estado del bienestar que “están sufriendo retrocesos”.
“La libertad de expresión tiene más límites hoy de los que tenía hace décadas”, advierte el periodista y escritor Joaquín Estefanía, vinculado durante años al periódico EL PAÍS, autor de ‘Revoluciones. Cincuenta años de rebeldía (1968-2018) un libro que mira a ese ciclo revolucionario y que se presenta esta tarde, a las 19.00 horas, en Librería Gil (Plaza Pombo), en una Santander que medio siglo después parece haber descubierto el ardor revolucionario de los diques y los autobuses.
DE MAYO DEL 68…
Su libro recuerda la época revolucionaria de mayo del 68, que no se limitó sólo a las protestas en París, sino a otros hechos como la Primavera de Praga o revueltas en México, como especifica en conversación con EL FARADIO DE LA MAÑANA de ARCO FM (103.2 FM).
Para Joaquín Estefanía, la principal aportación de todo esa “explosión de protesta” es que “contribuyó a cambiar muchos de los valores culturales y políticos”.
De modo que asuntos que entonces estaban “en el corazón de la protesta” como el ecologismo, el feminismo, el pacifismo o la no discriminación “siguen vigentes hoy, 50 años después”.
…A LOS INDIGNADOS
Más que del 15M, fenómeno español, Estefanía prefiere hablar de los “indignados”, un movimiento más global reflejado en otros países en el Ocuppy Wall Street o en las Primaveras Árabes.
Su origen hay que encontrarlo en los perjudicados de la crisis económica de la última década, de la que esta generación han salido “más empobrecidos, más desiguales y con más precarización”.
Sobre todo, o como consecuencia, con una “tremenda desconfianza hacia todo lo que se dice” y con una percepción más “instrumental” de la democracia, en la que les gusta vivir y a la que exigen que les “arregle” sus problemas.
PARECIDOS Y DIFERENCIAS ENTRE DOS OLAS REVOLUCIONARIAS
El periodista y escritor percibe una “vinculación directa” con mayo del 68, pero, también algunas diferencias.
Por ejemplo, esta nueva ola pronto comprendió que “no se puede estar permanentemente en la calle”, sino que hay que “llegar a las instituciones” para “cambiar las cosas”.
Esa tendencia contrasta con una de las premisas que guiaba a quienes protestaban en mayo del 68, que decían que “querían la palabra y la influencia, pero no el poder”, aunque, paradójicamente, luego acabaron alcanzando importantes cotas de poder en la política, la cultura, la Universidad o los medios de comunicación.
Y es el proceso en el que se encuentran “los herederos” del 15M, ya en las instituciones e intentando gobernar, algo que “nadie sabe si lo conseguirán”.
Mientras, se ha producido un nuevo cambio: fue el 8 de Marzo (fue cuando se visibilizó, cuando cristalizó algo que lleva años fraguándose) cuando sucedió una “movilización más profunda” en la que las mujeres se reivindicaron como “sujeto transformador” de la sociedad.
Es la lucha feminista por la igualdad la que parece estar consiguiendo más una confluencia de proyectos que en su momento se dio en el No a la Guerra y que no se pudo articular con las mareas por la educación o la sanidad en el último ciclo de protestas, apunta Estefanía.
LOS POPULISMOS DE EXTREMA DERECHA CONTAGIAN AL RESTO DE GOBIERNOS
Uno de los aspectos a los que se refiere Joaquín Estefanía en su libro y en las entrevistas que viene concediendo es como a las diferentes olas revolucionarias les han venido sucediendo sucesivas olas reaccionarias, como los años de Reagan y Tatcher tras el 68 o los populismos actuales de extrema derecha.
Porque, señala, “si uno mira con detenimiento puede hablarse más de un movimiento populista de extrema derecha que de izquierda” ya que los de izquierda “no se han producido con tanta potencia”.
“Lo preocupante no es sólo que ganen elecciones”, asevera, citando el caso de Trump en Estados Unidos –con sus matices–, sino que “las ideas que permean sus programas populistas de extrema derecha contagian al resto de partidos del sistema” que acaban asumiendo “muchas de sus ideas”. Y así, “muchas ideas de estos gobiernos están ahora en el debate central en países como Francia, Gran Bretaña o Alemania”, concluye.