La Llave Azul viaja a ‘1945’ para abordar el fin de la II Guerra Mundial y el antisemitismo
Este jueves, día 12 de abril, a las 20:00 horas, se proyecta el largometraje “1945”, del cineasta húngaro Ferenc Török, en el Casyc Up. Un drama histórico, rodado en blanco y negro, que nos acerca a la Europa post-bélica y a la dura vuelta a sus hogares de los judíos exiliados tras el Holocausto.
Tras su presentación en la Berlinale de 2017, la cinta ha obtenido numerosos premios en festivales de todo el mundo como el Premio de la Crítica y el Premio del Público a la Mejor Película en el Festival de Cine Judío de San Francisco o el de Mejor Película en el Der Neue Heimatfilm Festival de Austria.
La culpa, el miedo, el odio, el antisemitismo, las miserias humanas, el remordimiento, la opresión …todo el dolor que causan las guerras son algunos de los temas tratados de un modo sobrio y delicado en la cinta de Török (Plaza Moscú, 2001; La isla de ningún hombre, 2014), basada en un cuento del escritor húngaro Gábor T. Szántó.
‘1945’ es una película que invita a la reflexión sobre la condición humana, ya que, si bien la trama se desarrolla en un momento temporal concreto -la vida de una pequeña comunidad rural en Hungría tras el fin de la 2ª Guerra Mundial-, los aspectos que aborda son universales y fácilmente extrapolables a cualquiera de los países que han sufrido un conflicto armado.
Narrada en tono de western y con tintes del neorrealismo italiano, la película cuenta con una elegante y cuidada fotografía, obra del reconocido director de fotografía húngaro Elemer Ragalyi, que ayuda a crear esa atmósfera angustiosa en la que se ven envueltos todos los habitantes del pueblo durante las doce horas en que se desarrolla la acción.
La llegada de dos extranjeros destapa todos los secretos, vergüenzas y reproches de un pueblo, con muchas cicatrices que cerrar, que vive una paz que existe solo en el papel. Y es que cuando acaba la guerra, no todo acaba. En palabras del propio director «1945 era un año importante porque, en poco tiempo, se pasó del fascismo para meterse en el comunismo. Y parecía que ese momento, ese año, podría ser el punto cero y empezar todo de nuevo, pero todos sabemos lo que pasó, que no fue eso. Nos quedó una sociedad llena de traumas».
Török se une así a otra serie de cineastas húngaros como László Nemes -director de la oscarizada “El hijo de Saúl»- que están volviendo la mirada a etapas pretéritas como forma de comprender la sociedad actual que los rodea. Y es que la paz no llega con el fin de la guerra sino con el perdón y la superación.
La historia cuenta como recién acabada la guerra en Europa, los habitantes de un pueblo se preparan para la boda del hijo de un funcionario del ayuntamiento. Mientras, dos judíos ortodoxos llegan a la estación de tren portando dos misteriosas cajas. El funcionario teme que los hombres sean hijos de los judíos que fueron deportados, que vienen a reclamar las propiedades que ahora tienen ellos de manera ilegal, perdidas por sus dueños durante la guerra y el holocausto nazi. Otros lugareños tienen miedo de que vengan más supervivientes y de que éstos representen una amenaza para las tierras y las posesiones que ahora reclaman como suyas.