El Puente de La Maza de San Vicente de la Barquera, en un sello de Correos
San Vicente vive entre dos puentes, el que le da nombre –el de la Barquera—y otro, el más icónico, el de La Maza.
Es el puente que te hace adentrarte en San Vicente de la Barquera y el que, en el camino de vuelta, te lleva a las playas o al camping. A sus pies incluso surgió una nueva playa, llamada, elocuentemente, la de Los Vagos.
En los peores tiempos, antes de la autovía, estaba colapsado por los camiones que convertían las colas kilométricas en notica nacional.
Y la leyenda decía que si conseguías pasar el puente sin respirar se te cumplían los deseos. Y algunos se cumplieron, damos fe.
Es uno de los símbolos de San Vicente, junto a su ría, el Castillo o la iglesia de Nuestra Señora de Los Ángeles (y objeto, por cierto, de unas próximas obras de ampliación de sus aceras).
Y por eso figura por derecho propio desde el pasado 23 de abril en la historia de Correos, con un matasellos y un sello especial, ya disponible en la oficina postal de la villa barquereña, hasta el 4 de junio.
Pese a que ya no se envíen tantas cartas como antes, contar con un sello sigue siendo una distinción, con eco mediático e impacto promocional, además de algo que siguen buscando los coleccionistas filatélicos.
Se emitirán en total 210.000 sellos. dentro de una serie llamada Europa, que publican los operadores postales integrados en PostEuropa y que cada año se dedica a un tema común, en este caso, los puentes. El de La Maza representa a España.
El sello postal y la hoja premium que Correos está lanzando como parte de la serie Europa incluye una imagen panorámica del puente con el paisaje verde típico de Cantabria. La silueta del puente está estampada y su imagen se refleja en el agua del estuario.
El sello contiene el nombre de esta obra de arte arquitectónico, el logo de la serie Europa y la ya famosa carta ñ , siglas de la marca España.
El Puente de la Maza es una obra de ingeniería medieval que comenzó a construirse en piedra en el siglo XV, sobre otro anterior de madera. del siglo VI en el mismo lugar.
En su época, en la que llegó a contar con 32 arcos, fue considerado como uno de los puentes más grandes del reino. Su construcción llevó a un cambio radical en los enlaces de transporte.