La crisis del MetroTus llegaba anoche al horario de máxima audiencia televisiva nacional, de la mano de una de las habituales y recurrentes intervenciones del presidente Miguel Ángel Revilla en El Hormiguero, con Pablo Motos.

Con una chapa con el lema No al MetroTus, Revilla –quien también se refirió a la reivindicación de la equiparación salarial de las fuerzas de seguridad—explicaba a Pablo Motos el problema que sufren los santanderinos a raíz del nuevo modelo de transporte impuestos en la capital cántabra.

Tal y como señaló, “Santander era una ciudad que no tenía ningún problema de transporte” hasta que “unos listos, de estos que se van a San Paulo a hablar de la transformación del tráfico” se “inventaron” el MetroTus, esto es el sistema basado en carriles especiales para los autobuses que llegan a paradas específicas (intercambiadores, en la terminología municipal) en los que se hace transbordo. El resultado, según Revilla, secretario general del PRC, es que “no hay Dios que llegue al centro”, por lo que pidió “que nos dejen como estaba”.

En un comunicado, la Plataforma Transporte Santander agradecía la «palabra y valentía» de Revilla además de mostrar su «preocupación» por el «caos» que pueden suponer los nuevos cambios anunciados para los meses de verano, y que se suman a la «improvisación» y «maquillaje» con este medio de transporte.

Frente a lo que les trasladó recientemente el equipo de Gobierno en una reunión de que se han hecho cambios y el sistema está recibiendo «alabanzas», la plataforma anuncia que continuará realizando actos de visualización y convocará el  último viernes de junio (día  29) una nueva concentración en la Plaza del Ayuntamiento.

El malestar por el MetroTus se hace visible en la ciudad, con las concentraciones de carácter mensual y protestas como la reciente ‘ocupación’ de un autobús en San Román (donde la asociación de vecinos está vetando las altas de socios críticos con el sistema), con las bolsas de plástico azul muy visibles en los barrios y pueblos de la periferia o con carteles en los comercios del centro de la ciudad.

Pero también se está consiguiendo que el problema trascienda los límites de la ciudad: la Plataforma Transporte Santander se ha reunido con el presidente Revilla y el tema llegó a tratarse en el Parlamento de Cantabria.

Es algo en línea con lo que ha sucedido con las escolleras de La Magdalena, que están levantando críticas por su impacto visual, y que además de las protestas recurrentes frente a los propios diques (o la última, en el centro, en la Plaza Pombo), y que hace poco ha llegado a ser objeto de un reportaje de difusión nacional en la revista Vanity Fair. Este tema está pendiente ahora de los cambios en el Gobierno central: aunque fue una petición del Ayuntamiento de Santander, el proyecto es del Ministerio de Medio Ambiente y el portavoz socialista Pedro Casares anunciaba recientemente que pedirá al Gobierno que las paralice.