Carta de los vecinos del barrio Cumbrales
Los vecinos del barrio Cumbrales, en Polanco, queremos expresar nuestra oposición a la construcción del Vial, pagado por Solvay.
En estas últimas semanas, ha sido rechazada la petición de una vecina de la adopción de medidas cautelares, posición que ha sido recurrida y que será llevada hasta el Tribunal Supremo si fuese necesario.
Recientemente se han realizado varias publicaciones al respecto, y a nuestro modo de ver dan una versión sesgada y claramente interesada hacia la postura triunfalista de la alcaldesa de Polanco. No se tiene en cuenta la versión de los afectados. La Corporación, por mucho que le choque a cualquier votante de a pie, parece celebrar una victoria sobre los vecinos de su municipio, pareciendo olvidar que es la Corporación Municipal quien debe velar por los intereses de los todos los polanquinos, votantes o no de sus partidos políticos, frente a los intereses de una empresa privada que se lucra explotando los recursos naturales del municipio.
Los representantes políticos hacen oídos sordos a las reivindicaciones de los vecinos, que seremos quienes sufran eternamente la apertura de un vial en medio de una mies, y lindando de forma invasiva con nuestras viviendas y nuestra calidad de vida.
Nuestra oposición ha sido manifestada en numerosas ocasiones a la Corporación Municipal, y nos hemos encontrado con una actitud servil e interesada hacia los intereses de la empresa Solvay, dirigiéndose a nosotros en maneras poco democráticas y poco claras, intentando dividir a los afectados, prometiendo a unos mejoras bajo cuerda de difícil credibilidad y a espaldas de otros, formas de gobierno caciquil que creíamos ya olvidadas, pero de las que por desgracia, la realidad nos muestra cada día ejemplos claros.
Sentimos que, en nuestro caso, se está vulnerando nuestro derecho y el de nuestras familias a la seguridad y el bienestar, frente a los intereses de una empresa privada.
Aunque la Corporación Municipal se empeñe en presentar este proyecto como un asunto propiciado por la búsqueda del bien común, consideramos que esta afirmación es falsa, puesto que no beneficia a los afectados directos, ni tampoco a los vecinos de Soña y Rumosoro, a quienes, supuestamente, la construcción del Vial les acorta el recorrido de acceso a a autovía, siendo la realidad que, de utilizar el nuevo vial, aumentarían el tiempo del trayecto y la distancia de forma ilógica.
Este proyecto solo supone un beneficio económico para Solvay, puesto que a menor distancia, menor coste en el transporte.
La idea del trazado del vial en el Barrio Cumbrales surge del interés de la empresa Solvay en acortar los trayectos de sus camiones, desde la planta de producción en Barreda, localidad cercana, hacia los cráteres de Polanco, cráteres generados por su propia explotación industrial en el municipio.
El relleno de los cráteres lleva más de 2 años realizándose por varias rutas. Dos por viales municipales, y una ruta más por una carretera autonómica. Aquí ya se demuestra el servilismo que manifestamos.
Esta carretera autonómica (Sierrapando-Polanco) sería la ruta más apropiada si lo que buscan es causar molestias al menor número de población, pero es la ruta más larga. Esto queda claro en la exposición realizada por el concejal de urbanismo (PSOE) en el pleno municipal del 10-06-2016, donde defiende la realización del vial por el alto coste que supone a Solvay utilizar la ruta de la carretera autonómica. Por ello proyectan el vial en nuestro barrio, puesto que en un plano, es fácil trazar una línea recta, fría y calculada en base a meros intereses económicos.
Pero en este lugar, conviven generaciones de vecinos más mayores y asentados, con nuevas familias con niños pequeños, viviendas unifamiliares y urbanizaciones, actividades agropecuarias tradicionales y, precisamente, hemos elegido este lugar para vivir por su entorno natural y humano privilegiado y seguro.
Creemos que por encima de los intereses de una empresa privada está el derecho de todo ciudadano a poder vivir en paz y con unas condiciones mínimas de seguridad.
El deber de preservar el entorno natural para las futuras generaciones, en una zona por desgracia muy afectada ya por la actividad industrial y urbanística, nos corresponde a todos, pero de una manera especial el Ayuntamiento, pero esta Corporación, ha intentado mantener a los afectados al margen desde el principio, como dejó claro la señora Alcaldesa en el pleno anteriormente referido.
(Este pleno está a disposición de todo el mundo en la página web www.AyuntamientodePolanco.org (https://youtu.be/ZBF15wAnHso).
Tenemos la convicción de que no ha sido una negociación transparente ni justa, puesto que nos ocultan de forma tácita todo el proceso, y nos enteramos solamente cuando se aprueba el proyecto en el pleno del 31 de Enero de 2018. Antes de eso, la «rumorología» local ya nos había puesto sobre aviso, y, al dirigirse el administrador de una de las urbanizaciones afectadas al Ayuntamiento para solicitar información al respecto, le aseguraron que aquello era un antiguo proyecto que estaba siendo valorado, pero nada estaba definido.
Escasos meses después, el pleno aprueba el proyecto. En ese momento, tras el trabajo vecinal puerta a puerta, informando a los residentes de lo que se estaba negociando, se generó una gran preocupación y un gran malestar por la desinformación y la importancia de la obra. La trascendencia fue tal que en ese pleno hubo una afluencia inusual de público, con pancartas rechazando el vial y con un turno de ruegos y preguntas que se alargó durante casi 2 horas.
La Corporación municipal, claramente sorprendida por la expectación generada, e incómoda por no estar acostumbrada a que la gente saque un hueco de sus obligaciones diarias para asistir a un Pleno, y les haga preguntas que no sabían o no querían responder, intentó rebajar la tensión alegando mejoras, e intentando, sin éxito, transmitir tranquilidad.
Desde entonces hemos seguido luchando con todo lo que ha estado a nuestro alcance. Firmas, petición Change.org, Facebook, recurso de reposición, contenciosos administrativos, alegaciones a las expropiaciones, denuncia de un vertido de escombro incluido amianto en uno de los cráteres, solicitar el estudio arqueológico, denuncia al Defensor del Pueblo, y un sin fin de acciones más, como el día que nos hemos juntado unos cuantos vecinos-afectados para intentar dar visibilidad a este drama, realizando una cadena humana alrededor de algunos de los árboles más singulares que serán arrancados para que pasen los camiones, como un cerezo de más de 60 años.
Con todo este movimiento hemos llegado a recibir visitas de personas ajenas al barrio, ajenas al pueblo e incluso representantes políticos como la portavoz de Podemos en el Parlamento de Cantabria ( Verónica Ordóñez), y de otras formaciones políticas.
Quienes se acercan a nuestro barrio entienden la salvajada que conlleva construir dicho vial en un entorno natural como es la mies de Polanco, con un paisaje característico de los pueblos de Cantabria, que en cualquier otra población se esfuerzan en conservar.
Ademas de destruirlo, nos obligarán a convivir con el ruido, polvo, vibraciones y peligro potencial que el tráfico de los camiones generará en nuestra vida diaria, puesto que se trataría de una distancia mínima de 6,5 metros de casas unifamiliares de parejas jóvenes con niños que, tienen la extraña costumbre de salir a la calle a jugar al balón o montar en bicicleta, y que nadie ha tenido en cuenta a la hora de decidir lo mejor para Solvay.
El problema de Solvay es el problema de los cráteres que ha generado una empresa privada en nuestro entorno, y cuyo impacto sufrimos todos.
Este vial es la puntilla para invitarnos a malvender nuestras casas y hacer las maletas, porque así no se puede vivir.
Somos gente honrada y trabajadora que sólo quiere vivir en paz con sus familias en un entorno seguro y hermoso como el que disfrutamos ahora, y no entendemos cómo, en pleno siglo XXI, pueden tener lugar semejantes cacicadas que benefician a unos pocos que viven lejos, y perjudican gravemente a los de siempre, los contribuyentes de a pie.
Nosotros lo único que pedimos es que la empresa cumpla su obligación como ya lo vienen haciendo desde hace más de dos años.