Roberto Orallo pide proteger su mural en la Torre del Rhin
El gran mural de la torre del antiguo restaurante de La Cúpula del Rhin –hoy Maremondo- es una de las imágenes más icónicas y representativas del Sardinero.
La torre y su estilo postcubista son unos de los reclamos que más llama la atención, tanto a los que pasean por la zona como a los veraneantes que disfrutan de una de las playas más míticas de Santander.
La creación del mural data del verano de 1988, cuando el pintor cántabro Roberto Orallo ganó el concurso de murales que el Ayuntamiento de Santander había puesto en marcha para decorar la Torre del Rhin.
Después de 30 años, con unas pinturas que ya han perdido lustre, el histórico y reconocido pintor está tratando de reunir apoyos para proteger una de sus obras más conocidas y poder restaurarla.
Para ello, según relata el artista a EL FARADIO, han registrado ante el Gobierno de Cantabria una petición de que se proteja su obra. A pesar de que han pasado varios meses de este registro, ni el pintor ni su familia han recibido ningún tipo de contacto por parte del Ejecutivo.
Lo que sí han hecho es reunirse con los actuales dueños que les han trasladado que no quieren continuar con el mural y que están buscando el modo de sustituirlo. Fuentes del restaurante confirman que se ha planteado esta opción y que han estado informándose sobre los trámites a seguir.
“Con lo que se han gastado en el MetroTUS, ¿y no tienen dinero para conservar una obra histórica?”
Tras saber sus intenciones, Orallo se ha puesto manos a la obra para tratar de proteger el mural. “Se trata de una obra de más de treinta años, un emblema del Sardinero, que se realizó por concesión pública. Las instituciones algo tendrán que decir”, opina el artista.
El pintor, que no se resigna al “suicidio” de su obra, insiste en la importancia que ésta tiene para la imagen del Sardinero.
Por ello, hace tiempo que presentó una propuesta al Ayuntamiento de Santander para trabajar gratis a cambio de que le sufraguen los gastos que suponen una factura de 28.100. Esto serviría para realizar una restauración que duraría 50 años más. La propuesta la ha hecho anteriormente al exalcalde Iñigo de la Serna y posteriormente a la actual regidora, Gema Igual. “Siempre me dicen que no hay dinero”, lamenta. “Con lo que se han gastado en el MetroTUS, ¿y no tienen dinero para conservar una obra histórica?”.
UN ARTISTA POLIFACÉTICO Y UN PROFESOR VOCACIONAL
La obra de Roberto Orallo, de 71 años, comenzó hace casi cinco décadas. Desde niño vivió rodeado del mundo de la pintura, al que estuvieron ligados tantos su abuelo como su padre.
Aunque inicialmente comenzó sus estudios universitarios en carreras científicas y técnicas, tenía muy clara su vocación artística, por lo que acabó desplazándose hasta Valencia para estudiar Bellas Artes, donde descubrió la luz y el color del Mediterráneo.
Al principio se centró en series de pinturas, retratos y obras murales. Su estilo es único dentro del neoexpresionista figurativo y sus pinceladas han recorrido galerías nacionales e internacionales, con grandes críticas.
Orallo ha afirmado que el ser humano es su principal inspiración, por lo que su concepción humanista ha variado entre una vertiente más surrealista durante los años 60/70, y otras más parecidas al cubismo o el expresionismo.
El mural de la torre del Rhin es solo uno de los ejemplos de su obra, que también se puede apreciar en las monumentales bóvedas y murales que pintó en el Palacio de Soñanes; con una alegoría a los cuatro elementos: tierra, agua, aire y fuego. ‘Amanecer’, un homenaje a los cinco pescadores de la cofradía de Santoña que murieron en un naufragio en 2004. También es autor del mural del Hospital Universitario Marqués de Valdecilla, que comparte una técnica similar.
Su carrera artística ha estado compatibilizada con su labor docente, primero como catedrático por oposición en el IES Santa Clara de Santander, donde ejerció como profesor de dibujo desde 1978 hasta 2008 y, desde entonces, como el director de la primera escuela pública de artes plásticas y diseño de Cantabria, la Escuela de Arte nº1, en Reocín.
LOS AÑOS DESDE LA TORRE DEL RHIN
El objetivo de Orallo pasa porque su obra se declare un Bien Cultural de Interés, que deben gestionar conjuntamente el Gobierno de Cantabria y el Ayuntamiento de Santander.
Primero el Consistorio debe realizar un informe que, según la Ley 11/1998 de Patrimonio Cultural de Cantabria, se deberá mandar al director general de Cultura, quien debe proponer este nombramiento al Consejero de Cultura y Deporte de Cantabria.
La entonces Torre del Rhin se consideró en 1988 una imagen de interés público, al sacar el Ayuntamiento un concurso público para elegir al artista que le daría vida. Ese verano Orallo tenía 41 años y hoy volvería a subirse de buen grado a los andamios.
Actualmente, el restaurante ha cambiado de nombre, Maremondo, y pertenece e Jesús Martínez y su hijo Ignacio, sucesores de Reposterías Martínez, que en los años 90 fue a parar a la multinacional Bimbo.
Ellos adquirieron el restaurante en agosto de 2009, tras comprárselo al Grupo Silken que, a su vez, lo había adquirido a finales de 2005 junto al hotel –ahora Silken Río-. El Grupo Silken, que se desprendió de la parte hostelera que venía unida al hotel, se lo había comprado a su vez a Manuel Pérez González, uno de los hijos del fundador Manuel Pérez Mazo, por el precio de unos 19 millones de euros.
Desde que Roberto Orallo pintó a los bañistas cubistas de la Torre han pasado treinta años y el local ha cambiado tres veces de dueño. Pero su obra forma parte ya del patrimonio histórico de Santander.
.
Es Orallo, no Oralla
Cristina Pereda Postigo
Todo mi apoyo y si surge un movimiento en pro de restauración pueden contar conmigo para su difusión. Es de sentido común preservar el patrimonio de nuestros artistas, máxime si hablamos de Tito Orallo.
Jose Luis
Sr.Orallo ,mi respeto por usted y su obra; esos colores mediterráneos , sedan ,acarician ,esas olas , y los bañistas , todo un recreo para la comtemplación . Defiéndalo , pero debemos entender a los que pretenden cambios y no son como yo que aún sigo llamándola «El Gaitero» , con esa imagen la conocí y fíjese la añoro y más en estos tiempos de rememoranzas celtas. Un abrazo