La tasa de pobreza en España se ha ido extendiendo entre los trabajadores y personas ocupadas en los últimos años, con efecto a la crisis económica y la desigual recuperación financiera.

Así se desprende de los últimos datos que arroja el VIII Informe de la Red Europea de Lucha contra la Pobreza y la Exclusión Social en el Estado Español, elaborado por EAPN-ESPAÑA, que ha realizado un seguimiento del indicador de la pobreza y la exclusión social desde 2008 al 2017, y que ha presentado este martes en el Senado.

Este miércoles, 17 de octubre, se celebra el Día Internacional para la Erradicación de la Pobreza, que en nuestro país ha ido tomando cada vez más el rostro de nuestros vecinos y familiares.

El perfil de persona pobre se ha extendido hasta los trabajadores ocupados. (Foto: Carlos Atienza)

A Cantabria, este informe le da el octavo puesto de la comunidad con menor pobreza, que actualmente está situado en un 20,5%. Esto supone un retroceso del 10% de esta tasa en el año 2017.

En cuanto a la pobreza severa, que muestra el porcentaje de población cuyas rentas son aún mucho más bajas que las de la población pobre en su conjunto, los cántabros ocupamos el segundo porcentaje más bajo de la tasa, con un 2,2%, solo por detrás de La Rioja (1.9%).

Sin embargo, cabe destacar que el informe refleja diferentes claves que ayudan a ver que el perfil de persona pobre en España ha variado:

• Cada vez hay más pobres que son trabajadores ocupados

“De los datos objetivos se desprende que una parte importante de la población pobre está constituida por personas españolas, adultas, con nivel educativo medio o alto y, además, con trabajo”, destaca el estudio.

De hecho, un 33% de las personas pobres en 2017 eran ciudadanos y ciudadanas activos y ocupados.

• Aumenta el porcentaje de pobres con estudios superiores

Aunque la tasa de pobreza sigue siendo superior en aquellos con estudios básicos o inferiores, en los últimos años han aumentado hasta un 14% los pobres que disponen de estudios universitarios o superiores.

“Tras la salida de la crisis se está elevando el perfil educativo de las personas pobres y esta cuestión se refleja muy claramente cuando se comparan los estudios de la población pobre en el año 2008 y en el 2017”, destaca el informe.

• Se ensancha la diferencia económica entre personas pobres y no pobres

Además, el estudio ha detectado una variable que destaca la desigualdad, y es que cada vez hay más diferencia en la velocidad en la que se reduce la renta y se recupera entre los pobres y no pobres.

Mientras que en 2017 la renta media de las personas no pobres se incrementó en 367 euros, en el segundo grupo solo lo hizo en 43 euros.

“Esto muestra la falacia de la recuperación proclamada”, denuncia el estudio. “Dentro del grupo de personas pobres, también se cumple la regla que ha caracterizado la evolución de la distribución de ingresos en el conjunto de la población española: cuanto más pobre, la renta se redujo más rápidamente y su proceso de recuperación, a partir de 2014, ha sido más lento”.

• La brecha de género vuelve a crecer y la pobreza se feminiza

Según destaca el informe, la distribución de la pobreza es mayor en mujeres que en hombres, un 52.2% frente a un 47,8%. Esto se produce porque las mujeres ingresan menos al mercado laboral y, una vez dentro, trabajan menos, tanto en lo que se refiere a la capacidad efectiva de conseguir un empleo como a que, una vez conseguido, sea de menos horas.

La cuestión es que el informe recalca que la tasa de pobreza femenina ha variado muy poco tanto en el período de crisis como en el período de recuperación macroeconómica. Por ello, las diferencias entre hombres y mujeres se deben fundamentalmente a la mayor dependencia de la tasa masculina de la coyuntura.

“El efecto de la crisis fue que un mayor número de hombres ingresaran en la pobreza, entre otras cosas por el efecto del frenazo en la construcción, mercado laboral exclusivamente masculino, y ahora, cuando vuelve a reactivarse, son los hombres los que salen en mayor medida de la pobreza. En el último año, la tasa de pobreza masculina se redujo 1,6 puntos y, sin embargo, la tasa de pobreza femenina se incrementó en una décima”, hasta el punto de que este año es la más elevada de toda la serie histórica para las mujeres, según refleja el informe.

• Los jóvenes pobres no están en paro

El mayor rango de edad en riesgo de exclusión, con un 26,9%, es de los 45 a los 64 años, que han ido mermando su capacidad económica año a año desde el año 2008. Aunque hay que destacar un dato que incluye a la población infantil y juvenil y es que “dos de cada cinco pobres tienen menos de 30 años”.

Sin embargo, las personas de más de 15 años que se encuentran en situación de pobreza no están relacionadas con el desempleo, ya que sólo el 26,5% de ellos, es decir, una de cada cuatro, está en paro.

“No es el desempleo, entonces lo que define a la pobreza; por el contrario, el grupo más numeroso es el de las personas ocupadas: exactamente una de cada tres personas pobres, mayores de 15 años, trabajan, es decir, disponen, al mismo tiempo, de un empleo remunerado. Además, el 11,8 % están jubiladas y el 28,7 % restante de personas pobres corresponde a otros/as inactivos”, muestra el estudio.