Alberto Bolado, en la rueda de prensa del Parlamento || Foto: Facebook El Faradio

El Grupo Parlamentario de Podemos ha decidido este viernes que Alberto Bolado releve a Verónica Ordóñez en la Portavocía, acusada por los otros dos diputados de haber desoído el mandato de los inscritos y de participar en «maniobras» para lograr el cese «sin motivo alguno» de la secretaria general, Rosana Alonso, «legítimamente elegida».

El abogado ha acusado a Ordóñez de ser «la primera sospechosa de dar un golpe de estado contra la dirección legítima de Cantabria», porque es «la primera beneficiaria» y «la única beneficiada» a la vista «del arma, el cuerpo y el móvil» – en referencia a las denuncias contra Blanco, la purga al equipo de Rosana Alonso y la proclamación de la castreña como única candidata a encabezar la lista de Podemos en las próximas elecciones autonómicas-.

Bolado ha recordado que la exportavoz «aún no ha interpuesto denuncia en el juzgado» por «los hechos de agosto» (las denuncias internas contra Blanco por un supuesto acoso hacia una extrabajadora, la exportavoz y la secretaria general de Santander), lo que, a su juicio, le «resta credibilidad».

Tampoco «nadie ha impugnado nadie en el juzgado» un acta «válida» del Círculo de Camargo que denunciaba una reunión en la que participaron Ordóñez y otros afines a la diputada para conspirar contra la secretaria general legítima.

Ausencia de acción judicial que ha contrastado con el auto que aceptó las medidas cautelarísimas solicitadas por el equipo de Alonso que paralizó el proceso de primarias por presunta vulneración de sus derechos fundamentales de participación.

NO RECONOCE A LA «GESTORA ILEGÍTIMA»

En la misma reunión, ha decidido encomendar la tarea a Alberto Bolado, en un nuevo episodio de la crisis de la formación morada que hace previsible un choque de legitimidades hasta el final de la legislatura porque la mayoría de diputados del Grupo no reconoce a la Gestora que ha anunciado la dirección estatal.

«No reconocemos la autoridad de una Gestora ilegítima» que ha tenido el fin de dar «un golpe de estado interno«, ha acusado Bolado en una comparecencia en solitario ante los medios de comunicación. El abogado ha asegurado que lo hace «por compromiso» y que «no le compensa en absoluto», porque entre otras cosas tiene que dejar su despacho profesional durante el periodo.

Formalmente, no reunir al Grupo Parlamentario en más de un año; no avisar de su inasistencia a la Comisión de Economía que debatía los últimos presupuestos de la legislatura; sus declaraciones acusando a la secretaria general de «encubrimiento» sin que «nadie haya explicado en qué consiste»; la «reiteración» y el «espectáculo constante e innecesario» han sido «causas que abundan en la decisión» de cesar a la diputada de la Portavocía.

En respuesta a preguntas de los periodistas, Bolado ha considerado que el silencio de Ordóñez desde que se anunció la Gestora responde al mensaje de «tranquila que te lo dejamos atado y bien atado», desde una dirección estatal en la que ha señalado, al igual que hiciera Alonso recientemente, a la responsable del Equipo Legal, Gloria Elizo, y su compañero Pablo Fernández, gerente y responsable de Recursos Humanos.

Además del cese de Ordóñez, el Grupo Parlamentario ha reasignado los dos portavoces con los que cuenta en las distintas comisiones parlamentarias.

Las decisiones de este 28 de diciembre en el Grupo Parlamentario se han adoptado por dos votos a favor (Alberto Bolado y José Ramón Blanco) y ninguno en contra, porque la exportavoz, Verónica Ordóñez, está formalmente de baja médica desde el 20 de diciembre, y no se ha presentado ni ha respondido a la convocatoria extraordinaria y urgente de Bolado.

BLANCO ELUDE A LA PRENSA

José Ramón Blanco habla por teléfono instantes antes de la llegada de Bolado a la reunión || FOTO: El Faradio

Blanco, que al igual que Ordóñez fue suspendido cautelarmente de militancia el pasado 22 de diciembre por el Consejo de Coordinación Autonómico, y a quien días antes, el 17, la dirección autonómica había pedido que entregara el acta, ha eludido comparecer ante la prensa. Preguntado por la situación de su compañero, Bolado se ha alineado con la dirección de Rosana Alonso.

Blanco había reaparecido en el Parlamento en el Pleno del lunes 17, después de trascender que se había estado ausentando de las sesiones con el alta médica desde el 13 de noviembre.

Previamente había alegado su situación médica para no concretar su anuncio de dimisión del 10 de octubre, tras filtrarse a la prensa el contenido de unas grabaciones enmarcadas en las tres denuncias de acoso contra él, presentadas por una extrabajadora de prensa, la ya exportavoz, Verónica Ordóñez y la secretaria general de Santander, Lydia Alegría.

En su regreso, Blanco explicó que había reconsiderado su dimisión; que la anunció en caliente y presionado por la filtración de un procedimiento que era supuestamente confidencial para la investigación de las denuncias, y que estuvo instruido por el Comité de Seguridad y Salud Laboral que admitió la indefensión del diputado a petición de las denunciantes y sus testigos.

La petición de que entregara el acta fue de la secretaria general Rosana Alonso, acusada por el mismo comité de encubrir a Blanco, al igual que la secretaria de Feminismos, Belén Milán, y el secretario de Organización, David González.

Ese informe negativo permitió a Ordóñez proclamarse candidata única en las Primarias pero el juzgado nº 6 de Santander paralizó el proceso en una medida cautelarísima por una presunta vulneración de los derechos fundamentales de participación de Alonso, Milán y González.

Rosana Alonso pidió el acta a José Ramón Blanco en la previa de una reunión que estaba convocada con el secretario general de Podemos, Pablo Iglesias, el día 18 en Madrid. El encuentro fue cancelado unilateralmente por la dirección estatal, que la siguiente vez que se pronunció fue para anunciar la gestora, como reacción a la suspensión en Cantabria de Ordóñez.

¿Y AHORA QUÉ? EL CHOQUE DE LEGITIMIDADES

¿Y ahora qué? Es la pregunta que se hace todo el mundo dentro y fuera de Podemos. Alberto Bolado ha referido «escenarios diversos» y fuentes parlamentarias externas al partido apuntan a una mayor inestabilidad en el inicio del año electoral.

Aunque Bolado ha asegurado que «no es la voluntad» expulsar a Ordóñez, la diputada  puede optar por salir por su propio pie y demoler el Grupo Parlamentario de Podemos, al pasar de tres a sólo dos diputados.

En ese caso Ordóñez pasaría a diputada no adscrita, y además de perder la asignación económica que tenía hasta ahora como portavoz (se hará efectiva el 14 de enero en la próxima reunión de la Mesa del Parlamento) perdería la posibilidad de tener asistente (contaba con Luis del Piñal hasta este 31 de diciembre) y también perdería a la jurídico, Rebeca Tombelle – señalada por Rosana Alonso en la coordinación de un montaje con cargos de estatal para perpetrar la purga-.

En ese escenario de desaparición del Grupo, Bolado y Blanco pasarían a engrosar el Grupo Mixto, donde tendrían que convivir con Rubén Gómez (Ciudadanos) y Juan Ramón Carrancio (Tránsfuga de Ciudadanos que ha creado el partido Ola Cantabria). Se repartirían de nuevo las comisiones y los tiempos de intervención en los debates. Y sobre todo los recursos económicos y humanos.

Por su parte, Podemos, propietario de la marca, puede no reconocer a ambos diputados – en el actual contexto de confrontación es previsible su expulsión del partido-, pero no pasaría de ser un gesto de cara a la galería sin efectos en la Cámara regional, según las fuentes consultadas.