|| Fernando Llorente ||

En las obras de arte se van acumulando impresiones de las miradas de quienes las contemplan, después de haber sido impresionadas, las miradas, por la obra contemplada. Las impresiones de mi mirada se habrán añadido a las ya depositadas por otras miradas en las fotografías sobreimpresionadas, que componen la exposición ‘10 fotografías y 20 impresiones’, con la que Santiago A. Sagredo, fotógrafo burgalés, vinculado a Cantabria, resultó ganador de ‘Tercer Certamen de Fotografía Urbana Contemporánea Leonesa’, y que se exhibe en el Museo de León hasta el día 3 de marzo. Tuve la oportunidad y la suerte de visitarla el pasado fin de semana.

Marrakech.

Desde hace ya algún tiempo nadie pone en duda que la fotografía es un arte, que debería figurar entre las consideradas bellas, y no solo, cuando, como ocurre, según mis impresiones, con la colección ofrecida por Sagredo, las fotografías se sobreimpresionan de pintura, sin ser por ello un cuadro. Y es que la mirada del artista, objetivo fotográfico mediante -¿o es al revés, el objetivo fotográfico, la mirada del artista mediante?-  mira más allá –más adentro- que lo que ve la mirada del ojo de la carne, que es sede del arte realista, que diría el escritor norteamericano Ken Wilber.

En esa mirada de sobreimpresiona la mirada del ojo de la mente, que también diría Wilber, hacedora de un arte conceptual, cuando no surrealista, dando lugar a un conjunto de piezas fotográficas, informadas por una poética, en la que se compadecen las impresiones de la experiencia externa con las sobreimpresiones de la experiencia interna –vivencia-, que trasciende del artista a su obra.

Los paisajes urbanos, con paisanaje o sin él, figuran entre los temas preferidos por Sagredo. Como el título d la exposición declara son diez las ciudades elegidas –de Asia; de Europa, cuatro españolas, entre ellas; del caribe; de Latinoamérica; de África-, de diferentes estéticas urbanas.

Son diez vistas parciales, diez fragmentos de ciudad, como mónadas, en las que la mirada del artista ve la ciudad entera. Y, como el arte no puede ser objetivo, por más rabiosamente realista que se presente, así a las ciudades representadas en sus fotografías, Sagredo sobreimpresiona manchas, líneas, reflejos, dibujos geométricos, sombras, motivos diversos…en una especie de deconstrucción, de análisis de las imágenes, por los que indaga en los contrastes, cuando no en las contradicciones, que conviven en algunas ciudades, y que una mirada atenta e incisiva descubre, después del clic.

O, por el contrario, capta y sobreimpresiona la coherencia, mantenida a lo largo del tiempo, en algunas ciudades. Porque, no solo el espacio, también el tiempo transita por la mirada del artista y se hace presente en las obras expuestas, que no precisan de figuras humanas, para dejar constancia de que son organismos vivos, al desnudo.

¿20 impresiones, 2 por fotografía? Vale, las del artista, que dio por cerrada su obra, dejándola abierta ¿a cuántas sobreimpresiones? Aquí, una más. La mía, aunque solo sea de palabra.