Esther Castanedo, magistrada sobre La Manada: “Estos asuntos se deben visibilizar para acabar con ellos”
Con motivo de la conmemoración del 8 de marzo, Comisiones Obreras de Cantabria (CCOO) ha organizado un acto para analizar el impacto de la sentencia de La Manada como exponente de la mayor desigualdad que atraviesa nuestra sociedad, la violencia de género y sexual.
En concreto, el encuentro ‘Entre la Justicia y el ‘Yo si te creo’: Análisis del impacto de la sentencia de La Manada’ es el título de la mesa redonda que se celebrará este jueves, a las 12.00 horas, en el Salón de Grados de la Facultad de Derecho de la Universidad de Cantabria (UC).
En la jornada, que cuenta con la colaboración de la Dirección General de Juventud del Gobierno de Cantabria, participarán Alba Pérez, abogada feminista e integrante de la plataforma 7-N contra la violencia machista, Brezo Gómez Láinz, activista de Ijanas, la redactora de El Faradio, Eva Mora y Esther Castanedo, portavoz de Juezas y Jueces por la Democracia y magistrada en el Tribunal Superior de Justicia de Cantabria.
La Magistrada cree que el caso de La Manada ha puesto sobre la mesa un tema que ha propiciado que se mueva un poco el mundo jurídico. “Estamos asistiendo a novedades en el ámbito judicial, como la necesidad en formación en materia de género, que fue la primera medida que adoptó el nuevo ejecutivo de Pedro Sánchez”, cuenta.
Castanedo cree que es importante “estudiar todos estos asuntos con perspectiva de género”, por lo que valora positivamente los movimientos en la calle, al contrario de lo que manifestaron en su momento otros compañeros de profesión que acusaron a los movimientos de tratar de imponer su visión.
“Ha sido un tema muy indignante”, confiesa. “Yo, como mujer y como madre, me he horrorizado al pensar en lo que puede estar pasando por las noches y creo que la sociedad tiene que sentirse como yo y por eso se sale a la calle”, comprende.
De hecho, cree que “lo mejor que puede pasar es que la gente salga a la calle y le diga a los tres poderes del Estado que nos sentimos de una manera concreta y sepamos cuáles son las distintas sensibilidades e ideologías”, ya que el objetivo es “buscar el interés general y que todo el mundo se sienta protegido por las soluciones que tomemos”.
“Estos asuntos se deben visibilizar para acabar con ellos, igual que con la violencia de género y otras muchas cosas”, insiste la magistrada, que valora también el impacto mediático del tema porque le da espacio público y permite compartir experiencias comunes. “Yo recuerdo cuando era pequeña y empezó a hablarse de violencia de género, por lo que salieron muchos casos. Y criticaban que, de repente, habían salido todas y no, a lo mejor es que anteriormente se callaba”, prosigue.
“Este era un caso muy nuevo, muy especial, con circunstancias que no se conocían o no eran habituales, y esto ha conllevado un cambio de chip que es lo que suele pasar cuando ocurren cosas así”, insiste, asegurando que también la justicia es sensible a estos cambios de percepción.
“LOS JUECES SOLO PODEMOS APLICAR LA LEY, NO PODEMOS HACER LO QUE NOS VENGA EN CONCIENCIA”
No es la primera que insiste en la necesidad de establecer una visión de género en la justicia para comprender ciertos problemas que, hasta ahora, habían estado visibilizados y silenciados.
Al publicarse la sentencia, fueron varios magistrados y magistradas los que apuntaron a esa carencia que, en todo, caso no es lo que más le preocupa porque “en España tenemos la gran suerte de tener un modelo garantista que implica que varios tribunales compuestos por otras personas que revisan esas sentencias”. “No es cuestión de que un solo juez haya visto este caso sino que se verá por muchos jueces hasta en tres instancias”.
El hecho de que los jueces sean diferentes en los distintos tribunales de apelación le parece un seguro, aunque advierte que hay que tener en cuenta que “los jueces solo podemos aplicar la ley, no podemos hacer lo que nos da la gana o lo que nos venga en conciencia”. “Nosotros somos una especie de operadores que nos debemos abstener de nuestra ideología y nuestros sentimientos y aplicar la ley”.
Castanedo critica que son necesarias una serie de soluciones legislativas “que no se han tomado” y que, en el ámbito judicial, “hay que esperar a ver lo que dice el Tribunal Supremo con esta sentencia y otras posteriores porque, desgraciadamente, no es un caso único”.
Sobre los cambios legislativos, sus ojos –y el de todo, están en los resultados de las elecciones nacionales. “Lo que de verdad me preocupa ahora es que a partir del 28 de abril pueda haber un cambio hacia una extrema derecha y muy conservadora, como ha ocurrido en Andalucía, y tengamos que escuchar a nivel nacional lo que se está escuchando allí”, confiesa.
“Tengo compañeros andaluces que están espeluznados porque se niega la existencia de violencia de género o de la desigualdad de la mujer. Y es que, cuando se oyen hablar a representantes políticos en el espacio nacional a la posibilidad, por ejemplo, de volver a un aborto anterior al de los años 80, a mí se me ponen los pelos de punta. Espero que esto no ocurra y que cada uno de los poderes del Estado hagamos lo que tenemos que hacer con cabeza”, reclama.
Por ello, cree que lo importante es que los legisladores respeten los derechos “que mucha gente se piensa que ya son nuestros”. “Pero si ahora un nuevo Gobierno decide que no hay que luchar contra la violencia de género o contra casos tan sangrantes como el de la Manada, ¿qué vamos a hacer?”, se pregunta. Y quizá sea una de las cuestiones que se hagan en la mesa redonda de este jueves.