Pasaje Seguro protesta contra el regreso de cargas de explosivos al Puerto de Santander
Pasaje Seguro y Cantabria por las personas refugiadas ha mostrado su rechazo al regreso de cargas de explosivos al Puerto de Santander, esta vez de la mano del Panthera en lugar de la habitual de la compañía saudí Bahri, que lleva tres meses sin recalar en Cantabria.
Este movimiento social convocó el pasado viernes, 8 de marzo, justo antes de la manifestación del Día Internacional de la Mujer, y tras conocerse la llegada del Panthera J, que además obligó a incrementar los servicios mínimos respecto a los que se tenían previstos en el Puerto con motivo de la huelga convocada por el Día Internacional de la Mujer-.
Este barco es un viejo conocido del Puerto de Santander: en una de sus últimas visitas, tras pasar por aquí, acabó llegando semanas después a Arabia Saudí, embarcada en la guerra de Yemen.
Ha sido de 8 de marzo a 8 de marzo: la primera visita de Bahri trascendió justo en plena lectura del manifiesto del Día Internacional de la Mujer, y si bien habían pasado tres meses sin ninguna estancia más, este año se ha conocido la del Panthera, que ha cargado más de 70 contenedores de material peligroso, incluyendo explosivos.
Aurora Otero, la activista que hace un año informó a toda la Plaza del Ayuntamiento de la primera llegada del Bahri tras ser repudiado en Bilbao, hablaba del «gran disgusto» que se llevaron todos al conocerlo justo en el 8M, recordando que el movimiento feminista «es pacifista».
En la misma línea se pronunciaba una activista de Bilbao, la ciudad donde se desencadena el movimiento La Guerra Empieza Aquí –espoleado por la negativa del bombero Ina Robles a escoltar un barco de Bahri que cargaba armas–, que recordaba que barcos como el Panthera «ocultan» su propósito real llevando otra bandera, en este caso la de Liberia, para acabar siendo usadas en guerras en las que hay víctimas en la población civil.
Pasaje Seguro se concentró, como hace con cada visita, en el monumento al Cabo Machichaco, y recuerda que la “mortífera carga” se acaba usando por Arabia Saudí para “masacrar” a la población yemení, algo que va en contra de la legislación internacional y nacional.
De hecho, este colectivo ya ha planteado una estrategia legal contra la presencia de estos tráficos en el Puerto de Santander, que se suma al rechazo institucional mostrado por el Gobierno de Cantabria y el Parlamento autonómico, o a los llamamientos que se han trasladado tanto a la Autoridad Portuaria como a Capitanía Marítima.
Además, ha pedido que se sancione a Bahri por desconectar sus sistemas de navegación (esto impide un seguimiento exacto de los tráficos y rutas), los denominados AIS, algo que la Ley de Puertos del Estado considera una infracción muy grave, con multas de hasta 901.000 euros, al ponerse así en peligro la seguridad del buque y la navegación.
Pese a que el Puerto de Santander insiste en que la venta de armas es legal, lo cierto es que en el caso de Arabia Saudí, participante en la coalición de la guerra de Yemen, no se ajusta a leyes y normas internacionales y españolas.
En concreto, Naciones Unidas tiene un Protocolo contra la fabricación y el tráfico ilícitos de armas de fuego y un Tratado contra el Comercio de Armas, la Unión Europea tiene un Código de Conductay la denominada Posición Común , España tiene una la Ley sobre el control del comercio exterior de material de defensa y de doble uso y la Ley de Puertos puede restringir tráficos considerados ilícitos.
Todas estas normas inciden en que no se permite la venta de armas que puedan ser usadas en conflictos bélicos o humanitarios en los que se ataque a la población civil o se vulneren derechos humanos.
Y en Yemen una larga guerra que ya se ha alargado tres años ha costado la vida de más de 11.000 personas yemenís y causado 21.000 heridos, y dos millones de desplazados con bombardeos a objetivos civiles como colegios u hospitales.