La plantilla de Sonrionansa irá a la huelga el 25 de abril
La plantilla de Sonrionansa, la piscifactoría ubicada en el municipio cántabro de Val de San Vicente, lo que antes era Tinamenor, han decidido acudir a la huelga ante el impago de los salarios.
La empresa les adeuda tres nóminas (era cuatro, pero una se les abonó el pasado martes, al conocerse públicamente su situación por la denuncia de los trabajadores).
La decisión, tomada el jueves por unanimidad en la asamblea que se celebró en el centro de trabajo, conlleva la convocatoria de una huelga general que afectará a los tres turnos de trabajo el próximo día 25 de abril.
Estos impagos son reiterados desde el verano de 2017, según recordaba Santiago Pelayo, secretario de Negociación Colectiva y Empleo de la Federación de Industria de CCOO en Cantabria, quien además hacía hincapié en que la empresa se ha beneficiado de “numerosas ayudas públicas desde que se instaló en Cantabria que, en ningún caso, han repercutido en las condiciones laborales de la plantilla”.
La plantilla de la piscifactoría advierte de que “ya no puede aguantar más esta situación y, cansada de que la empresa no dé respuesta a su obligación de pagar los salarios de los y las trabajadoras, ha decidido dar un paso más y visibilizar un problema que afecta a sesenta familias y que amenaza nuevamente la situación de la comarca, donde se vuelve a repetir la situación de una piscifactoría que vuelve a maltratar a quienes siguen acudiendo a diario a su puesto de trabajo, conscientes de que se trata de una actividad acuícola importantísima no sólo para el municipio de Val de San Vicente y su comarca sino que trasciende a toda la geografía regional”.
La Federación de Industria de Comisiones Obreras en Cantabria (CCOO) ha insistido una vez más a la dirección de la empresa en que “es necesario establecer medidas que garanticen que los y las trabajadoras reciban puntualmente sus salarios”.
“La situación se ha vuelto ya dramática. En su día todos apostamos por esta empresa, española y con mucha experiencia en el sector, que trajo a Val de San Vicente tecnología pionera que generaba confianza y nos parecía una buena apuesta de futuro para mantener el empleo en la zona”, recuerda.