28-A: A la andaluza o a la portuguesa
Ya está, la suerte está echada. El domingo los españoles elegimos la España de los próximos años: a la portuguesa (socialdemócratas e izquierda) o a la andaluza (derecha y ultraderecha).
Esta noche termina la campaña electoral, con alguna certeza, muchas dudas y algún miedo, que es libre. La principal certeza es que España tendrá ultraderecha en el Congreso, como el resto de países europeos.
La gran duda y el gran riesgo es el tamaño de esa ola, porque representa a los que siempre han estado incómodos en esta democracia: revisa la historia y quiere dar marcha atrás demasiados años; no tienen inconveniente en poner en riesgo nuestra convivencia, que puede ser más frágil de lo que nos pensábamos.
La sensación es que España se juega mucho el domingo. En nuestra opinión, se juega abordar los problemas reales, los grandes retos de futuro, o que todo se reduzca a una confrontación de banderas, con una exageración en el lenguaje que lleva a discursos de odio.
Banderas que no son nuestro principal problema, pero que sí tienen el poder de tapar nuestras preocupaciones del día a día. Y esa será nuestra bandera, hoy y el lunes, los problemas reales.
Lo sentimos, si es que hay que pedir disculpas, pero Cataluña no debería ser lo único que centre la política española ni la agenda. Unos dirigentes intentaron algo (un desafío político) y están en la cárcel desde hace más de un año y siendo juzgados. Es decir, nuestro sistema institucional ya tiene blindada la unidad.
La emergencia es social. 8.500 cántabros llevan dos años buscando trabajo. Ayer han salido los datos de la Encuesta de Población Activa, malos en Cantabria, la segunda comunidad autónoma donde más sube el desempleo, y a nivel nacional con la lectura positiva de que el trabajo es de más calidad.
Pero el problema del trabajo tiene múltiples caras, a unos días también del 1º de mayo. Hay empresas en crisis y empresarios que no pagan las nóminas a sus trabajadores, por eso en Sonrionansa, antigua Tinamenor, los empleados han hecho huelga.
Además, ya están aquí las máquinas que sustituyen la mano de obra. Y según la OCDE se van a perder 1 de cada 5 empleos en los próximos años.
El domingo también es el día de la Seguridad y Salud en el Trabajo, porque entre tanta precariedad y temporalidad, se han incrementado las muertes en el tajo.
Por eso no entendemos los intentos de llevar la campaña allí, a las banderas, al contrario que lo que dice ese CIS y otras encuestas a las que tanto miran en los partidos, que revelan que nos preocupa la economía, el trabajo, los derechos sociales y la corrupción, muy por delante de todo lo demás.
Frente a eso y pase lo que pase, queremos hablar de los problemas que son reales. La precariedad, la carga de trabajo: las horas de trabajo y la carga que supone para vivir, para conciliar, para estar con nuestra familia y con nuestros hijos.
A la falta de trabajo se suma el riesgo de que no nos queden pensiones dignas, el reto del envejecimiento, la financiación del sistema de salud, el abordaje de los cuidados, la dependencia… los servicios públicos, que haya para todos, que nadie se quede atrás.
A futuro ya no, en el presente, nos tiene que preocupar el Planeta, el cambio climático, el medio ambiente. La salud, porque las nuevas epidemias están relacionadas con este mercado laboral: las enfermedades mentales, el estrés, la ansiedad, la depresión.
Si vuelven las turbulencias económicas, ahora sin red de protección como hace 10 años, con prestaciones de paro ínfimas, con el ahorro destruido… vamos a quedar en manos de la solidaridad o la beneficiencia.
Tienen que cambiar las políticas, o no se evitará tampoco el éxodo de nuestros jóvenes, la España vaciada.
El uso de la bandera para alcanzar el poder no es nuevo, pero no nos gusta, porque consiste en dividir a los españoles entre buenos y malos, en crispar a la sociedad y en poner en riesgo la convivencia, que es muy frágil. De hecho, mucho nos tememos que lo que se esté rompiendo es el consenso del 78, con esa divisoria interesada del constitucionalismo.
Y la constitución está ahí, para todo el que la quiera releer. Constitucional es la unidad de España y el idioma, pero también las lenguas co-oficiales, las autonomías, el derecho a la vivienda, el reparto de la riqueza, las pensiones.
Las expropiaciones –hoy que Blackstone ha retirado todas sus viviendas disponibles en el mercado, más de 11.000 casas- en pro del interés general, también son constitucionales.
Las libertades fundamentales, las leyes de igualdad y contra la violencia de género, el matrimonio LGTBI…están refrendadas por el Tribunal Constitucional ergo son constitucionales.
Así que si se está en contra de todo eso, no pasa nada, pero se está en contra de la Constitución. Por tanto, ese es el auténtico voto antisistema. Y el hecho de que partidos como PP o Ciudadanos lo hayan asumido por miedo a que viene la ultraderecha, nos deja con mucha incertidumbre ante lo que pueda pasar el domingo.
Una cosa está clara: Andalucía o Portugal. La suerte está echada.
Luis Sainz
España siempre tuvo ultraderecha en el Congreso. Abascal se crió en el PP y mamó de las mamandurrias de la lideresa. Fabra apoya a VOX. Son los descendientes del franquismo. Siempre han estado al mando del PP.